¿Magnolia nunca pensó que esa Magdalena diría que abusó de ella?

¿Era algo que un ser humano podía decir?

Magdalena dijo desafiante, —¿me equivoco? ¿Quién fue la que me abrazó y se metió en el ascensor conmigo, y justo ahora me apretó contra la pared y no me dejó ir?

...

Magnolia sintió que su personalidad había sido insultada.

Estaba a punto de explicarse cuando Ricardo, a su lado, tiró de su brazo, dijo con frialdad, —¡Magnolia, ven conmigo!

—¡Ricardo, suéltame!

Magnolia miró a Magdalena que estaba allí, mostrando realmente una expresión de suficiencia, ¡mierda, le tendió una trampa!

¿Qué le pasó a ese tal Ricardo?

Magnolia fue llevada a la esquina, levantó la mirada e iba a decir algo cuando el hombre le cogió la barbilla, —Magnolia, cada vez eres más capaz de llamar la atención, ¿por qué no me di cuenta antes?

Ella vio los ojos oscuros del hombre y respondió con un bufido, —bueno, ya te dije que no me comentaras a tus ojos porque me temo que no serás capaz de comprenderme.

Los labi