Magnolia salió del coche y miró a David, —No te preocupes, no se lo diré a Javier.

Los dos entraron juntos y Magnolia olía el aroma, que Yolanda había cocinado algo delicioso.

Magnolia entró por la puerta principal y se encontró con un hombre guapo sentado en el sofá, sus ojos se abrieron de par en par, —¿Roberto(el cuarto primo)?

Roberto se levantó sonriendo, caminó hacia ella y le acarició la cabeza, —Magnolia, ¿por qué has vuelto tan tarde hoy, has tenido muchas clases en la universidad?

Magnolia hizo una pausa y dijo, —No, hoy operaron a la abuela Vargas, fui al hospital y esperé a que terminara la cirugía.

Roberto miró a David, él también sabía que Magnolia había trabajado alguna vez como acompañante en la familia Vargas, de hecho, siempre había estado en desacuerdo con que David fuera a operar a gente de la familia Vargas.

Pero al final, fue Magnolia la que le convenció, y Roberto no pudo decir nada.

Su prima era tan amable, ¿no?

Roberto sonrió, —comamos primero entonces.

Yolanda