Magnolia salió del restaurante y vio un coche limusino negro aparcado a un lado de la carretera, «¿Es Ricardo?»

Miró a Emilia, —Vayan ustedes, tengo que ir al baño.

Magnolia entró al restaurante por unos minutos, no quería que sus compañeros la vieran con Ricardo.

Sonó su teléfono móvil. Magnolia contestó.

—Sal. —dijo Ricardo.

—Sí.

Después de colgar, Magnolia salió lentamente del restaurante y se dio cuenta de que sus compañeros se habían dispersado antes de dirigirse hacia el coche negro.

Subió al coche rápidamente, como una ladrona.

Ricardo se burló, —¿Necesita socializarse una universitaria?

—He salido a comer con mis compañeros. No es una ocasión social.

Los dos regresaron a la villa sin decir más.

Magnolia vio a María esperándola, «Si no hubiera necesitado mentirla, no le habría importado dónde estaba yo.»

Magnolia fue a la universidad todos los días puntualmente, estaba demasiado ocupada para pensar en otra cosa.

Estaba estudiando en la biblioteca cuando recibió una