El silencio del bosque era absurdo. Ni siquiera los animales nocturnos lo perturbaban. Solamente el sonido de la suave respiración de aquel cuerpo acostado sobre el suave manto de hierba. Jade estaba callado. Su mirada se encontraba con la luz de la luna sobre él. Hermosa, grande, brillante y que a la vez le traía tantos recuerdos. Recuerdos que cada vez se iban difuminado y se congelaban en su mente.
Su pierna a carne viva, con nuevos patrones debía doler. Lo sabía pero no sentía nada. Era como si estuviera muerta tanto por fuera como por dentro.
Izen se levantó después de recostarla en la cama y taparlo. Veló hasta que se durmiera y salió. Vladek estaba recostado en la pared al lado de la puerta. Sus brazos estaban tensos, doblados a la altura de su pecho.-¿Cómo está?- sonó angustiado-No me quiero inmiscuir, pero tendrá que usar todos los métodos de persuasión posibles para convencerlo. Está muy cerrado y dolido. Lo mantuvo mucho tiempo en la ignorancia y se siente más usado de lo que es ya. Está en un punto de quiebre y ten
El cuerpo de Jade se sobresaltó ligeramente en la cama ante esta declaración. Su mente era un caos total. No confiaba en nadie pero tanto las palabras de aquel miserable que le había hecho aquello en su piel como las de Vladek se mezclaban y superponían.La peor parte es ¿a q quién debería creer? Lo más lógico era que le creyera a Vladek, pero este le había mentido primero.Por ahora solo sacaría la mayor cantidad de información posible y después pensaría. Vladek no era el único
Fue en ese momento que te conocí.Aquellas palabras hicieron que el corazón de Jade latiera. Recordaba muy bien aquel día a pesar de haber sido solo un niño.Una persona normal se hubiera espantado de ver a una bestia tan grande y llena de sangre pasar tan cerca, y más si eres un niño, pero con ella fue diferente. Había sentido algo caliente dentro de su pecho cuando miró al animal y simplemente salió de donde estaba. Hubo una conexión. Estaba segura de ello.
Más tranquila Jade se inclinó y agarró la mano del lobo donde descansaba la manilla que le había regalado y que nunca se quitaba. La acarició con sus dedos pero su verdadera intención fue ponerle un papel en sus manos.-Este es el resto del mapa. Le pedí a Izen que lo dibujara. Puedes usarlo para resolver tus asuntos con el pasado para que puedas vivir tu futuro sin cadenas o puedes simplemente obviarlo y olvidar todo. Una vez que lo hagas estoy segura serás feliz Vladek- le sonrió.El lobo se quedó mirándola y con un ágil movimiento la abrazó. Jade se dejó pues no sabía cuánto tiempo tomaría en que volviera a estar en sus brazos. Si, seguía molesta con él pero dejar las cosas como estaban solo agravaría el problema. Jade necesitaba crecer internamente y volver a aprender a confiar.Por el momento eso no era posible.
Izen dobló por el pasillo con la bandeja de comida para Jade. A esa hora de la tarde donde el atardecer comenzaba a caer era cuando la chica solía encerrarse y concentrarse en su trabajo. El lobo se enorgullecía de sí mismo de tenerle una rutina de comida para que así no perdiera peso. Todo lo contrario. Había ganado las libras que necesitaba para estar totalmente saludable.Para su sorpresa no la encontró en su estudio sino sentada en el borde del pasillo del patio. Arriba de sus hombros tenía una túnica de Vladek que la cubría de la suave brisa de la pronta noche.
Sus manos que ahora estaban sobre los hombros duros y tensos se desplazaron y abrazaron su cuello y lo atrajeron hacia ella. Pronto los labios de Vladek estaban sobre los suyos y fue la mejor sensación que pudo sentir en todos esos años.Ante este acto la tensa espalda de Vladek se relajó. Había aceptación. No el rechazo de antes, ese que le había hecho darse cuenta que había cometido un grave error. Y eso lo hizo sonreír y gemir contra la boca de Jade, su Jade, reforzando el beso. Volviéndolo más profundo.
Se relamió los labios y se irguió buscando los de Jade acomodando su cadera entre las piernas de la menor. La chica sabía que venía por los que abrió más sus muslos para acomodar mejor la cadera dura y la erección grande y caliente que se froto contra su hinchado clítoris sacándole un gemido. Jadeó en la boca de Vladek apenas sin libertad. La lengua del lobo se movía en su interior y jugaba con la de ella de forma que la estaba volviendo loca. Completamente loca.Y aun así no era suficiente. Jade necesitaba más, mucho más. Su estómago ardía y
Izen caminaba desesperado de un lado a otro. Casi podía sentir el sabor de la sangre de las mordidas en las puntas de sus dedos. Sus rodillas dolían y por no hablar de su cabeza.¿Y si le había pasado algo al cachorro?¿Y si lo habían atrapado?Último capítulo