Destino 80

Sus manos que ahora estaban sobre los hombros duros y tensos se desplazaron y abrazaron su cuello y lo atrajeron hacia ella. Pronto los labios de Vladek estaban sobre los suyos y fue la mejor sensación que pudo sentir en todos esos años.

Ante este acto la tensa espalda de Vladek se relajó. Había aceptación. No el rechazo de antes, ese que le había hecho darse cuenta que había cometido un grave error. Y eso lo hizo sonreír y gemir contra la boca de Jade, su Jade, reforzando el beso. Volviéndolo más profundo.

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