-Suéltame- sollozaba cada vez más fuerte-Suéltame- y comenzaba a reír tontamente para volver al sollozo -Déjame tranquila. Déjame morir. Déjame ir con mi papá y mi mamá-
Vladek no le prestó atención a las palabras de la chica y solo siguió caminando.
-Que me sueltes- repitió Jade al sentir las náuseas llegando a su garganta.
-Cállate de una vez niña borracha. La próxima vez le ordeno a Izen que no te quite los ojos de encima-
Hubo un silencio seguido de un sollozo.
-Izen, Izen me odia- sobó su nariz- Tú también me odias, todos me odian-Vladek suspiró. No tenías ganas de oír los lamentos. La había visto salir tambaleándose de la sala mientras él se entretenía y no le quedó más remedio que ir detráJade se revolvió entre la suave colcha de piel que lo envolvía. Dormir, algo que no era normal en su rutina por su insomnio crónico era algo que había olvidado lo bien que le hacía a su cuerpo. A pesar de que sentía que había dormido una eternidad, cómodamente, junto a algo que le había abrazado toda la noche, su cabeza era una sinfonía andante. Le dolía al punto de casi no poder abrir los ojos y tuvo que cubriese la cabeza con la colcha. La oscuridad al menos ayudaba a disminuir una décima el dolor. Extendió la mano para atraer más hacia él la almohada sintiendo que la parte de la cama a su lado esta aun cálida y había un suave olor masculino familiar, aunque no recordaba absolutamente nada de lo que había ocurrido el día anterior. No volvería a tomar más nunca en su puñetera vida. Un sonido en la puerta fue como un taladro para su cabeza y se tuvo que cubrir los oídos para que sus tímpanos no explotaran. El toque fue constante haciendo que tuviera que salir de
Jade podía decir, con toda seguridad, que la escena que se desarrollaba delante de ella era lo más extraña que había visto en toda su vida. El lobo que la había estado persiguiendo tenía el camino bloqueado por otro de pelaje oscuro que le sacaba varios centímetros y kilos de peso, por lo que no podía llegar a ella.Este último también mostraba sus colmillos y el lomo erizado le daba un aspecto amenazante. Cada vez que el lobo marrón intentaba agredir a la humana era mordido por cualquier parte y arrojado, sin mucha fuerza pero si con la suficiente para alertarlo. Esa escena se mantuvo igual por dos largos minutos.
El lobo quiso retroceder sintiéndose abrumado ante aquel intenso abrazo, pero los brazos alrededor de su grueso cuello se lo impidieron. Cuando lo hizo se llevó a Jade consigo dejándola sentada. Aun así no hizo nada para agredirla o dejar que la dejara de abrazar. La joven parecía sentirse reconfortada por estar junto a él y no era una sensación para nada desagradable.Después de al menos tres minutos Jade soltó al animal después de darse cuenta que debía estar sofocándolo. Después de todo ya era lo suficientemente grande para percatarse que no era un simple perro, sino un lobo.
Respiró profundo y se levantó poniendo el pie herido sobre la cama de hojas debajo de ella solo para que un fuerte escalofrío recorriera su pierna haciéndole tragar un grito. Se sujetó de un árbol lidiando con las fuertes pulsadas e intentó sellarla en su mente, sin mucho resultado.-Sé fuerte Jade, dijiste que no morirías y no puedes hacerlo- se recordó a sí misma y comenzó a avanza aun si cada paso era una total tortura.A medida que avanzaba a saber dónde las voces se volvían
Todos los sentidos de la joven se petrificaron y su pequeño cuerpo comenzó a temblar tan fuerte que Izen, que la llevaba en su espalda pensó que convulsionaba.-¿Y ahora qué te pasa?- le dijo brusco pero en su voz había un deje de preocupación -Oye, la llamó pero Jade desenroscó los brazos de su cuello y apretó sus hombros con las manos intentando esconderse con miedo, mucho miedo.-No quiero, no quiero- decía escondiendo su rostro entre las telas de la espalda del sirviente y esta vez Izen alzó una ceja sin comprender que ocurría realmente.-¿De qué estás hablando? Estás actuando como una loca. No me ignores. Te estoy hablando- se detuvo intentando mirar hacia atrás pero la chica solo repetía las mismas palabras mientras su cuerpo era un mar de temblores. Incluso comenzaba a transpirar.-Él...él está ahí...no me lleves con él...volverá a hacerme daño...no quiero--¿Pero qué demonios estás diciendo?--Izen- la voz de Vladek se oyó delante de él y el lobo miró
El hombre comenzó a aflojarse el cinturón primeramente para después hacerlo con la túnica superior. Primero Jade se alarmó pero cuando el cuerpo de Vladek se fue descubriendo poco a poco se quedó absorta en él. Ahora con la luz del día podía apreciar perfectamente los músculos delineados del pecho, de los brazos, del definido abdomen y de la delgada línea de vello claro que se perdía en el borde de la ropa interior que este comenzaba a aflojar.Por reflejo giró el rostro con un leve sonrojo. Nunca había tenido delante a un hombre totalmente desnudo y menos a uno como él.-No apartes la mirada- le ordenó Vladek ya totalmente desprovisto de sus prendas -No pierdas ningún detalle-Era más fácil decirlo que hacerlo. Ella no estaba adaptada a la desnudez.Jade dudó en hacerle caso por lo que apenas prestó atención al principio pero después su boca se abrió de la impresión. El cuerpo del mayor comenzó a cubrirse por una fina capa de pelo oscuro, los músculos humanos se m
Jade apretó los labios y calló lo que tenía en su mente. La vergüenza cubrió su rostro. Estaba totalmente desnuda y antes no acostumbraba a enseñarse por lo que sus movimientos fueron rápidos y torpes cuando salió de la bañera y agarró una toalla cubriéndose. Pero estaba segura que el lobo había visto otra vez todo. Eso creo una extraña sensación en su estómago.-La ropa está encima de la cama, es de tu talla- Vladek le señaló por encima del hombro y el chico pasó inclinándose levemente por su lado sin mirarlo y dejando un fino trillo de humedad por el suelo.Ya sin que le doliera su pie corrió hacia la cama y dejó caer la toalla al suelo poniéndose la túnica inferior. Sentía el peso de la mirada del lobo pero no se dignaba a girarse para comprobarlo. Estaba a medio vestir cuando la puerta se abrió de golpe con una bandeja de comida.-Yo soy su siervo señor Vladek, no el de ela- Izen pateó la puerta para que se cerrara en su espalda dejando después la bandeja sobre una mesa
El lobo apretaba sus dientes sobre la suave piel de la nuca. El instinto primario de reclamar algo por encima de los otros reinaba en su cabeza y no dejaba que su presa se liberara aun cuando esta se revolvía constantemente para ser liberada. Y mientras más esta luchaba más fuerte apretaba él, tanto su boca como los brazos alrededor del delgado y cálido cuerpo. Sus ojos tan dorados que estaban más allá de lo humano. Su bestia estaba tan al borde que sus brazos comenzaron a cubrirse de pelaje oscuro. Su transformación reclamando ser liberada.Sus sentidos salvajes solo dictaba que desnudara a s