Théo—Sé que todavía no puedes aceptarlo, pero esto es inútil, no hallaremos nada —me dice Evadne con desgana. Se encuentra sentada en una silla cómoda y no se mira nada bien. Tal vez es porque ya no necesita aparentar que no sucede nada, pero de un día para el otro, de pronto su semblante se entristeció y las energías la están abandonando. Me duele demasiado verla en ese estado.Desde que me confesó que tiene una enfermedad que amenaza con apartarla de mi lado hace a penas tres días, no he parado de buscar una solución al respecto. Sabía que Evadne me ocultaba algo, pero nunca creí que fuese esto. Imaginar mi vida sin ella me es completamente imposible. Es mi destinada, mi Mate, la razón de mi vida junto con mis cachorros por nacer, y no puedo permitir que su vida se apague sin siquiera haberlo intentado.—Yo no me he rendido, por favor no lo hagas tú. Tiene que existir una respuesta para la enfermedad. Ya envié personalmente a Killian a hablar con la reina Elowina, quizá la magia
EvadneLa oscura silueta que aparece en la entrada de la puerta parece un fantasma en medio de la noche tormentosa. De pronto se desploma en el suelo y de inmediato todos corremos para ver de qué o quién se trata. —Espera, podría ser peligroso —dice Théo interrumpiendo mi camino.—No creo que sea nada peligroso, déjame ver —respondo apartando su mano. Odio que ahora me trate como una lisiada que no puede hacer nada por sí misma. Sé que se preocupa por mí, pero no puedo evitar sentir que lo que lo mueve es la lástima.Al final los dos nos terminamos acercando a la silueta. Por el vestido sucio y los pies blanquecinos sobresaliendo, me doy cuenta bastante rápido de que se trata de una mujer. Por mera inercia me agacho y le descubro la capucha negra que le cubre el rostro.Théo se agacha, la toma de los hombros y le da la vuelta. Ambos soltamos un jadeo de asombro. Él no puede evitar soltarla de nuevo y se aleja como si de repente esa figura inconsciente pudiera hacerle daño.Un nuevo
EvadneMi cuerpo se congela y un escalofrío recorre mi espalda al escucharla llamarlo “mi amor”. Doy un paso hacia atrás, casi involuntario. Théo se queda inmóvil, pero mi hermana sigue con la mano extendida, esperando que él se acerque. —¿Buscarte? ¿De qué estás hablando Calliope? —No lo sé con certeza… yo… no puedo recordarlo —dice sosteniendo su cabeza.—Hermana, ¿qué te sucedió? —cuestiono, pero manteniendo la distancia. Cubro mi vientre cruzándome de brazos, aunque dudo que eso oculte lo abultado.—Yo… —frunce el ceño tratando de recordarlo—… tenía que huir del palacio, alguien trataba de matarme.—Había una conspiración en el palacio, mataron a todas las Lunas que se embarazaban de mí. Pero, Calliope, yo te vi muerta. Te encontré fría como un témpano de hielo en esta misma cama. Ella levanta los ojos hacia él, puedo ver el anhelo que hay en ellos. Creo que mi hermana no tiene idea de que han pasado más de cinco años.—Perdóname Théo, pero tuve que fingir morir para que no me
Théo¿Podría existir una fuerza externa que, de manera macabra y retorcida, disfrute planteándome desafíos aparentemente insuperables? Jamás habría imaginado, ni en un millón de años, que Calliope resurgiría de la muerte, como si el tiempo no hubiera dejado su marca en ella.Prometí a Evadne que abordaría el asunto con serenidad para no perturbarla, pero me resulta difícil contener la verdad y no revelársela de una vez. Ingreso nuevamente a la habitación, anhelando por un instante que todo sea solo un sueño y que ella no esté presente. Sin embargo, Calliope me recibe con una sonrisa y los brazos abiertos.—Théo, mi amor, ¿qué sucede con mi hermanita? Creí que ustedes dos se detestaban —dice con voz suave.Evito responder esa pregunta. En cambio, me deslizo en la cama y tomo asiento a su lado. No puedo pretender que no me afecta verla aquí de nuevo, con su piel cálida y la sangre fluyendo por sus venas. El día que la encontré muerta fue devastador para mí. En aquel entonces creí tener
EvadneNo pude conciliar el sueño en toda la noche. Cuando los primeros rayos de sol de la mañana se asomaron por el horizonte recién cerré los ojos y caí en una especie de sueño incómodo por algún par de horas. Sin embargo, me desperté poco después.Una parte de mí desea que todo lo de ayer haya sido nada más que una pesadilla. Recuerdo que cuando recién me casé con Théo, todas las noches soñaba que Calliope regresaba y tomaba mi lugar. Así yo por fin terminaba con el tormento de ser su reemplazo.Sin embargo, ahora las cosas han cambiado, Théo y yo estábamos en nuestro mejor momento y, a pesar de mi enfermedad, él estaba dispuesto a luchar por mí. En cambio, ahora… ahora no sé si yo siga siendo su prioridad.Sé que fui yo la que le pedí que pretendiese con Calliope mientras asimila el peso de la verdad, pero lo que vi… ese beso no me pareció a mí algo forzado. Él la rodeaba por la cintura y no aparentaba estar incómodo o molesto.La imagen se ha clavado en mi mente y por más que lo
Evadne—¡¿Es verdad?!Mi abuelo irrumpe en la habitación, algo que nunca habría hecho de no ser por la información que ha llegado a sus oídos. Al final el rumor se corrió como la pólvora y no hubo manera de pararlo. Ya casi todos los altos mandos lo saben, pero no todos han llegado al castillo para saber qué ocurre. En especial los vampiros y las hadas, quienes tienen nuevos líderes que juraron lealtad a Théo y Mystara. No obstante, ya no pueden participar como miembros activos del consejo. Se les considerará, pero eventualmente.De más está decir que todo es un caos ahora mismo. Mi hermana sobrevivió de alguna forma que no puedo explicarme durante cinco años con el cáncer lupino sin morir, y en cambio a mí me quedan los días contados.Hay algo muy extraño en todo esto, pero todavía no sé muy bien qué es. Todos parecen preocupados por la loba que ha regresado de la muerte, todos quieren saber qué le pasó, pero, sobre todo, parece que yo he pasado a segundo plano.No es que desee su at
ThéoEl impacto inicial de ver de nuevo a Calliope me confundió, pero ahora que han pasado los días ya tengo más claras las cosas. Mis sentimientos por ella murieron hace muchos años. No puedo decir que no la aprecio, pero mi verdadero amor es Evadne.Hemos estado intentando descubrir cómo es que sigue viva y quién la ayudó todo este tiempo, sin embargo, no hemos tenido suerte al respecto.Desde ese día que me reclamó haberla engañado con su hermana, no ha vuelto a mencionar el tema, pero la tensión puede sentirse en cada rincón del castillo.—Mi señor —llama Killian—. Por fin he terminado de preparar todo para el viaje, yo aconsejo que no se aventure solo, podría ser muy peligroso.—Por supuesto que no lo haré solo, tú vendrás conmigo.—Yo también iré. —La irrupción repentina de Evadne me hace dar un sobresalto. Ambos volteamos con sorpresa. Le miro con una ceja enarcada, pensando que tal vez se trata de una broma.—Estás de broma, ¿verdad?—No, lo digo muy en serio.—Evadne, ¿estás
EvadneMe encuentro afuera del castillo, más específicamente, en los jardines, observando la puesta de la luna llena. Mi loba interior aúlla al enorme astro, deseando que la deje salir, pero en mi estado, eso no es buena idea.De pronto escucho pasos detrás de mí, sin embargo, no volteo hasta que puedo percibir su aliento rozando mi nuca.—¿Sabes lo difícil que es para mí resistirme a tomarte como mía? —susurra de forma seductora. Mi cuerpo se eriza solo con escuchar su voz y esas palabras que me excit4n solo de imaginarlo. Pero no puedo permitir que me toque como si nada, no después de lo que vi.—Si no puedes controlar a tu lobo, entonces ve y busca a Calliope, seguro que ella estaría encantada de que pierdas el control.—Evadne, ¿qué sucede ahora?Théo toma mi hombro y me hace girar para encontrarme con su intensa mirada.—Te vi, abrazándola otra vez. Dices que me amas, que soy la única, pero veo que vuelves a sus brazos desde que llegó aquí.Frunce el ceño en respuesta. No parece