Leandro.-Han pasado varios días y mi plan por acabar con Vanessa va viento en popa, es hora de que siga con mi papel de esposo abnegado y obediente hago la llamada.— Hola mía regina –Ruedo los ojos con fastidio.— Hola esposo mío –Su voz suena enferma, débil. – ¿Cómo está yendo nuestro plan? ¿Cuándo regresarás con el mocoso?— Mi reina ¿Te sientes bien? –Le pregunto con un tono de voz preocupado.— Sí, estoy un poco enferma, creo que ha sido el cambio de clima, no respondiste a mi pregunta— Pronto mi reina no te preocupes, decidí alargar un poco la decisión del juez en cederme la custodia para que Daniel Mercer no sospeche que lo tenemos comprado, solo necesito conocerlo y luego trataré de hacer mi mejor papel como padre abnegado que quiere a su hijo cerca, tendremos éxito ya verás.— Está bien, aunque deseo que regreses cuanto antes, te necesito aquí –Comienza a toser desesperadamente y sonrío satisfecho, el veneno está haciendo efecto, el mismo que utilizamos para matar a su padr
Emily.-Ya estar en mi hermosa casa donde pensé que sería muy feliz me asfixia, esta situación con Daniel me ha tenido estresada no sé cómo enmendar lo que hice ¿Por qué él no lo entiende? Todo lo que hago es por nuestra familia, por nuestro hijo, “nuestro” suena tan bonito.Me duele haberlo herido, lo amor y sé que hace lo mejor para nosotros, pero a veces pienso en que sería más sencillo pasar por esto sola sabría cómo defenderme que hacer y que no, ahora tengo miedo de dar un solo paso y no tener la seguridad de si estoy o no haciendo bien, si afecta o no nuestra relación, no puedo seguir así.— Señora Mercer –Me pongo de pie y extiendo mi mano hacía Leonor, decidí venir a aclarar algunas dudas con ellas, quiero estar segura de cómo proceder.— Leonor, vine a agradecerte por lo que dijiste en la audiencia— Pues… no fue un favor personal señora Mercer, mi trabajo es asegurarme que los niños que están bajo mi supervisión tengan el mejor bienestar posible, esos pequeños fueron abando
Daniel.-El sonido de la alarma atronaba en mis oídos como el estruendo de un tambor descontrolado, cada tono agudo perforaba mi tranquilidad sacudiéndome de mi letargo con su insistente llamado, desperté con una punzada en la cabeza que parecía empeñada en abrirse paso a través de mi cráneo, estiré el brazo tirando al piso al endemoniado aparato, cada rayo de luz que se filtraba por la ventana se convertía en un martilleo constante y el simple acto de abrir los ojos era como enfrentarse a un vendaval de sensaciones desagradables, me restregué el rostro con ambas manos hasta que sentí una presencia a mi lado, una rubia con trasero voluptuoso que de inmediato trajo a mi mente los recuerdos de la noche anterior, rodé mis ojos con fastidio, salí de la cama colocándome el bóxer que se encontraba tirado en el suelo.— ¡Ey despierta! –No recordaba su nombre, aunque siendo sincero no me enfoco en prestar atención a ese detalle. –Despierta, tienes que irte.La mujer se gira con mi sabana de c
Emily.-Podía escuchar el ruido que se oía en toda mi casa abrí un ojo en dirección al despertador eran las seis de la mañana, apenas volví a cerrarlo la puerta de mi habitación se abrió de golpe, intenté hacerme la dormida, pero no funcionó para la personita que saltó a mi cama colocándose sobre mí y gritando a todo pulmón.— ¡Mami, mami, mami despiertaaaa! –Me gritó en toda la pata de la oreja, sonreí y me giré tumbándolo a un lado castigándolo con una carga de cosquillas, el espacio se invadió con las risas de Diogo. – ¡Basta mami, basta!— Pequeño demonio, no dejas dormir a tu madre –Le dije mientras seguía haciéndole cosquillas.— ¡Ay aquí está! –Ligia la niñera de Diogo entró suspirando. –Lo lamento le dije que usted estaba descansando, pero ya sabe cómo es.— No te preocupes, me encanta despertar y ver esta hermosa y traviesa carita –Acuné su rostro en mis manos y dejé un sonoro beso en su mejilla regordeta.— ¡Mami, hoy es mi cumpleaños! –Ligia y yo reímos al escucharlo.— Lo
Daniel.-Mi día comenzó con un escritorio lleno de papeles para revisar, mi rutina prácticamente diaria, era lo que necesitaba tener la mente ocupada, las ganancias con el último lanzamiento de la aplicación que creó Derek van de maravilla muchos clientes nos han solicitado instalarlas en sus empresas.— ¿Señor? –Escucho la voz de Marco mi asistente entrando a mi oficina con la mirada fija en su Ipad. –Sé que pidió no tener citas hoy, pero afuera hay una señorita que desea hablar con usted, ya ha llamado en otras ocasiones, pero no me da mucha información y hoy se presentó.— ¿Cuál es su nombre? –Pregunto sin levantar la mirada de los documentos.— Vanessa Lorusso, puedo decirle que está en una reunión…— No, la conozco hazla pasar, por favor –Marco asiente y abre la puerta mientras yo me pongo de pie para recibirla a mi oficina entra una rubia de cabello ondulado y ojos verdes con un cuerpo exquisito a decir verdad, pero Vanessa fue una mis mejores amigas en la universidad, habíamos
Emily.-El día ha sido ajetreado metida en los juzgados supervisando casos, buscando sentencias, agradecía que mi madre estuviera en casa ayudándome con Diogo, tengo una niñera y un buen equipo en mi bufete, pero tengo la necesidad de supervisarlo todo yo misma, es una manera de cubrirme las espaldas.— ¿Emily Doman? –Doy un respingo al escuchar mi nombre, al girar una mujer joven de cabello negro corto y ojos color café me aborda en la salida del juzgado.— ¿Quién la solicita? –Pregunto con desconfianza.— Disculpe que la tome por sorpresa así mi nombre es Eugenia Suarez necesito de su ayuda –Dice con la voz entrecortada al borde del llanto.— Ok, Uhm… ¿En qué puedo ayudarte? –Aunque la joven se ve afectada yo debo ser muy precavida, soy muy desconfiada con quien se acerca a mí, pero por lo que veo es una chica humilde viste unos jeans gastados, con una sudadera rasgada y una chaqueta negra que está a punto de deshilacharse por completo. –Vamos por aquí cerca hay una cafetería, te in
Daniel.-Navidad, una época que en los últimos años comencé a odiar, me he convertido en un grinch, la ciudad estaba adornada con una ligera capa de nieve mientras que el centro se alzaba con la majestuosidad del enorme árbol de la ciudad, el correteo de la gente de un lado a otro por obtener las últimas compras navideñas ocasionaban un colapso en las calles que me daba fastidio. He estado obligado a formar parte de la cena navideña de los Morgan sin derecho a réplica.Conduzco dejando atrás el caos de la ciudad y me adentro en la soledad de carretera a las afueras donde se encuentra la mansión de los Morgan, acelero a 90 sintiendo la necesidad de un poco de adrenalina corriendo por mis venas.(…)Observo la enorme mansión adornada con luces brillantes y coloridas, las figuras navideñas dando la bienvenida en la entrada, suspiré intentando pensar en una excusa para no entrar allí, pero amaba ver el rostro de mis ahijados cuando les entregaba sus obsequios solo eso me motivaba a bajarm
Emily.- Los días siguientes a navidad han sido caóticos Remi Jones un abogado excelente que conocí en España acudió a mi llamado, confío en mi personal, pero no deseo ponerlos en la mira de nadie ni siquiera de mi bufete. He supervisado cada detalle del caso junto a Remi, Eugenia sigue oculta en la casa donde la envié, los Lavoie no asistirán tampoco esta es solo una audiencia para llegar un acuerdo aunque su abogado no nos ha contactado y eso me da mala espina.— ¿Lista? –La mano de Remi sobre mi espalda me saca de mis pensamientos, es un hombre apuesto con el cabello castaño, pero lleva un corte estilo militar, sus ojos son de color café y su piel es morena, su rostro varonil y marcado hacía suspirar a las pasantes en España y por lo que veo aquí también, nos hicimos amigos, pero sé que espera que pase algo más aunque no ha sido tan valiente para confesármelo y siendo sincera deseo que no lo haga, no me gustaría rechazarlo y perder a un gran amigo y colega.— Sí, adelántate iré a t