El amor cuando llega es como el conquistador, se sabe cuándo conquista... pero no cuándo se marchará.
—Ni loco la volveremos a llamar —replicó Ricardo.
—¿Quién la llamó? ¿Quién la invocó? —pregunté.
—Marcos, fue el que la llamó, antes de que despertaras, pero pensamos que no le interesaba aparecer.
—¿Con qué fin? —respondí alterado, caminé hacia Joss a ver si despertaba.
—Queríamos saber qué te pasaba, si en realidad eras ese príncipe que esperábamos desde hace siglos y ahora futuro rey luego de casarte con Julie… ¡Claro está! Aunque, la leyenda está desde que se crearon las sombras, por eso prácticamente se olvidó, pensábamos más bien que el elegido sería un hibrido entre un humano y una sombra, pero hasta hoy, se nos tenía prohibido unirnos a uno de ellos… todo esto es confuso aunque lo importante es que la Diosa ya nos sacó de dudas —explicó Marcos, levantando una ceja y pasándose la mano por el rostro, era evidente que aún no creía todo lo que pasaba en este momento.
Empecé a levantar el pesado cuerpo de Joss.
—Hey, despiértate, sombra lujuriosa, ya es hora de abrir esos ojos —le dije abriéndole los ojos a la fuerza para que me observara.
Es probable que me golpeé al despertarse —pensé.
Él pestañeó dos veces y abrió los ojos. Luego frunció el ceño y me dijo.
—¿Qué haces tan cerca de mí? ¿También quieres besarme?
—Ah, desgraciado mal agradecido ¿Quién te crees? No estás tan bueno —le dije entre risas, soltándolo y haciendo que su cabeza se golpeara de nuevo con el suelo.
—Grandísimo desgraciado… me ha dolido —musitó levantándose, sobándose donde había recibido el golpe. Unos segundos después siguió diciendo—. Ok… Bien… aquí pasó algo… Sí, yo sé, yo recuerdo que los quiero… pero… ¿Por qué no siento nada, ninguna emoción, por ustedes? —dijo Joss en voz alta.
—¿A qué te refieres? —le contestó Ricardo.
—Recuerdo que los quiero, pero en este preciso momento no me interesan —dijo Joss en tono seco.
—La maldición… ¡Ohhh! Mira lo que te has ganado por andar de lujurioso —contestó Ricardo.
—Mejor cierra la boca, no me importaría patearte hasta verte morir en este preciso instante —le dijo Joss con mala cara—. Me vale m****a el príncipe, la reina… y… ¿Qué coño? ¡No puede ser! los humanos son los únicos que me interesan.
—Ahh bien, la Diosa no te borró el recuerdo de los humanos, ¡bueno mejor así! De esa forma nos ayudarás a combatir, sin que tengamos que persuadirte para que lo hagas —le dije sonriendo, él solo me miró con mala cara.
—Más respeto hacia el futuro rey —le recalcó Marcos.
—Sí ya… ya… como sea… hagamos algo más provechoso… ¿Por qué tú no vas y te pones un pantalón? Y tú, Rut, te pones una camisa… llevan dos días así… tú por estar inconsciente —dijo señalándome—. Y tú por estar cuidando cada segundo de tu adorado príncipe… Rey o lo que sea en que este desgraciado se convirtió —Joss hizo una pausa como si se acabara de acordar de algo, entonces continuó diciendo— ¡Mejor vamos todos a cambiarnos! Debemos buscar a Julie… ¿O la olvidaron?
Joss se escuchó tan vacío, la verdad sentía que le daba igual si le decían vamos a ver una película, o vamos a salvar a la futura reina, este nuevo Joss sí que podría convertirse en un problema más adelante.
—Mierda ¿Aun estoy así? ¿La Diosa me vio así? Sin pantalones —murmuró Marcos
Ricardo y yo soltamos una carcajada. Joss permanecía serio.
—Ya dejen la estupidez, muevan el trasero ya es hora, de que busquen a la princesa antes de que la maten, les aseguro que no andarán con esas estúpidas sonrisas en el rostro, después que eso pase —gruñó Joss, tan fríamente que la afirmación, cortó de golpe nuestro buen humor y el aire de la habitación se puso tenso. Sentí como si me hubiesen arrancado el corazón con esas palabras.
Joss al ver que todos estábamos mortalmente serios y callados concluyó diciéndonos:
—Así es, mis amigos ya no queridos, busquemos a la princesa y acabemos con esto.
El cambio de vestimenta fue rápido, todos estábamos armados hasta los dientes con dagas y armas de fuego para los débiles humanos, estaba seguro que no le haría gracia a la Diosa que asesináramos a un solo humano de ahora en adelante, así que el plan era inhabilitarlos y avanzar, no correría el jodido riesgo de que un amigo falleciera.
—Los autos ¿Dónde están? —le pregunté a Joss.
—Afuera… listos para nosotros, por cierto, tú —me señaló a mí—, y yo nos iremos en la camioneta plateada, mientras que Ricardo y Marcos se irán en la camioneta negra —habló Joss con desdén.
Escucharle decir eso me pareció gracioso, éramos sombras ¡por el Dios ausente!… podíamos desmaterializarnos a cualquier lugar sin ser vistos. Además era de noche.
—Cambia esa cara de chiste, Rut, ¿o se te olvidó que no te puedes desmaterializar, a un lugar que no ves, porque tus poderes están limitados? Y que no podremos viajar de día sin esas máquinas.
M****a, es cierto, asentí de mala gana. Empezamos a caminar hacia afuera donde estaban las monstruosas camionetas, equipadas con armas por doquier, vidrios antibalas y una protección máxima contra los rayos del sol… las conocía bastante bien y no habían cambiado mucho, eran las que usábamos en nuestros tiempo para salir a cazar Licht antes de que me encarcelaran hace años.
—Yo manejaré —exigí.
—Ni se te ocurra, desgraciado, que algún poste o pedazo de hierro me atraviese el cuello y me decapite, en esas maniobras tuyas que haces cuando estás detrás del volante.
A pesar que Joss lo decía de manera seria, me hizo rechinar los dientes porque estaba más pedante que antes. El comentario le hizo gracia a los muchachos y estos empezaron a reírse.
Lo empujé mientras le decía:
—¡Vamos, dame las llaves! No creo que te preocupe morir —le regalé media sonrisa y él subió y bajó los hombros entregándome las llaves, definitivamente no sentía nada ni por él mismo. No le di importancia. Cada quien marchó con sus respectivos compañeros a las camionetas y arrancamos.
Los caminos estaban desérticos, pasamos por frente de nuestra antigua residencia y estaba toda destruida, solo quedaban ruinas.
—¿Cómo hicieron esos desgraciados Licht y los humanos cómplices, para ocultar tanta destrucción ante los ojos de los otros humanos? —le pregunté a Joss asombrado por todo lo que veía.
—Con un informe de bomberos que indicaba que hubo un corto circuito y por ende se prendió el lugar.
—¿Solo eso? —pregunté asombrado por tan simple solución.
—Naaa… también dijeron que era un lugar, donde se practicaban hechos ilícitos.
—Me estás tomando el pelo ¿cierto? —pregunté asombrado.
—Pues claro que sí… la verdad dijeron que fue un hecho terrorista de una secta, contra unos supuestos satánicos que vivían en el gran edificio, a los que no les importó llevarse la vida de personas inocentes, la otra versión es que fueron unos satánicos que atacaron a unos adoradores de Dios… ahhh la verdad ni idea, no saben por qué sucedió, están en investigaciones. Lo único que sí puedes tener claro, es que las sombras que quedaron vivas, se fueron a otras partes del mundo y otras están aquí, luchando contra los Licht a modo de venganza por el asesinato de los reyes. Los demás protegen a los humanos como siempre, en conclusión… estamos oficialmente dispersos.
Escuchar todo eso, con el tono frío y seco de Joss, hizo que me recorriera un escalofrío por mi columna vertebral, mi sociedad estaba toda separada y eso no era bueno, nos hacía débiles ante los ataques de los Licht, éramos siempre mejores en grupo, más letales y perfectos asesinos.
Joss me sacó de mis divagaciones diciéndome exaltado.
—¡Mira, son humanos luchando contra Licht!
—¿Cómo? —me sobresalté y enfoqué mi vista, si lo que veían mis ojos era cierto, tres humanas luchaban contra cinco demonios Licht y eran todas unas guerreras, pues era claro que contra ellas no podrían esos demonios.
—Hijos de puta… pero ¿Cómo? ¿Qué está pasando? No es normal ver a unos Licht atacando a humanas por diversión.
Frené en seco la camioneta en plena calle, Joss fue el primero en salir.
Sacó su espada y eliminó a un demonio con un solo movimiento, una de las chicas, la única rubia del grupo, se paró en seco y les gritó a sus compañeras:
—Este es otro demonio… cuídense de él… amigas —dijo alertando a las demás ya que no habían notado la presencia de Joss.
Corrí a ayudarlo. Él se veía tan letal, que era difícil observarlo y ver que no disfrutaba de la matanza ni de la pelea, simplemente estaba allí, pero no mostraba sentimiento alguno.
—No me mires así, mata a los Licht y no dejes que las humanas te maten —sugirió Joss.
—Claro que te mataremos, no dejaremos que nos tomen como sus putas… como siempre intentan hacer —gritó la rubia con mucha rabia, mientras las otras dos seguían luchando.
Joss se paró en seco y la miró, pero no hubo reacción de su parte, la chica lo miraba con molestia y estaba a punto de atacarlo. Joss no perdió la oportunidad y se desmaterializó colocándose a un lado de ella, la levantó por el cuello dejándola a la altura de su rostro diciéndole:
—Jamás te usaría como una puta jovencita, no soy un demonio, soy una sombra y quiero que me respetes —la chica empezó a mover sus piernas y brazos para que él la soltara, pero Joss no lo hizo.
—Suéltala, Joss es suficiente —grité, me desmaterialicé y eliminé a dos demonios, quedando así en plena escena solo dos demonios, a los cuales las jóvenes sin más los aniquilaron sin ningún esfuerzo, era claro que en un combate de uno a uno, éstas podrían defenderse sin ningún problema.
En eso las chicas vieron que su amiga rubia, estaba siendo ahorcada en sus narices y una de ellas, la de cabello negro como la noche gritó:
—¡No! ¡No es un demonio! Ellos son los que nos protegen.
—Mierda, sí como no y mira lo que el desgraciado hace con Gaby —le respondió la otra chica.
—Bájala, Joss—grité.
Las chicas me miraron frunciendo el ceño, como si por primera vez hubiesen percibido mi presencia y rápidamente dijo, la que al parecer era la líder del grupo, la chica de cabello negro:
—Dile a la jodida sombra que baje a Gaby sino entre… —la oración fue interrumpida cuando Marcos apareció de la nada y golpeó con fuerza en la cabeza a Joss, cayendo metros más adelante, mientras la chica rodó a un lado de él, ya que Joss le soltó la cabeza unos segundos después de salir volando por los aires. La chica se levantó como si nada y salió corriendo hacia las demás jóvenes, por alguna extraña razón noté que ninguna de ellas parecía mayor de veintiséis años.
—Desgraciado, ¿quieres que la diosa nos maldiga de nuevo? ¡Ibas a matarla! —gritó Ricardo, que acababa de aparecer en escena.
—Nooo, claro que no —contestó Joss, sobándose la cabeza.
—¿Cómo que no estabas ahorcándola? —le pregunté. Miré hacia la chica y esta respiraba entrecortadamente mientas las demás la inspeccionaban, mirándonos a cada rato y aun con sus espadas en mano—. Si no la soltaste en casi un minuto— terminé acusándolo.
—¡Por eso mismo no la solté, tarado! esas jóvenes no son humanas… ¿no ves que no se desmayó?… solo quería dejarla inconsciente para seguir en la matanza de los Licht que quedaban, pero al ver que no se desmayaba… intentaba ver qué carajo era.
Las chicas nos miraban con cara de asombro ante la afirmación de Joss.
—¿Qué son ustedes? —Pregunté— ¡Y sí! Joss tiene razón, ustedes peleaban de forma tan natural contra esos demonios y ahora que lo pienso nos reconocieron como sombras… ¡Tú! —Señalé a la de cabello negro— Tú nos reconociste como tus protectores ¿Quién te dijo eso? ¿Cómo es que pelean como nosotros?
—Yo lo único que diré es que no vimos la pelea, veníamos detrás de ustedes, porque nos encontramos con unos Licht en el camino así que debimos acabar con ellos, en cuanto llegamos solo vimos a Joss ahorcando a la jovencita, solo actué —explicó Marcos, mientras Ricardo asentía de manera divertida.
—Me llamo Andrea, somos humanas… a las que se nos dio un Don por la diosa de la noche… la diosa que los creo… Oscuridad… no tenemos autorización de decir nada más… solo que estamos de su lado y que tenemos años cazando Licht y defendiendo a nuestra especie original... los humanos.
—¿Qué carajo? ¿y eso lo sabían los Reyes? —preguntó Ricardo asombrado.
—No tenemos conocimiento, solo se nos entrenó para que cuando ellos murieran, nosotras apareciéramos. Somos tres, somos las únicas de nuestra especie… nacimos de humanas, pero somos sombras… es solo que la tarada de Gaby dice que sombras y Licht son demonios por igual, aun no tolera nada de lo que le pasó, reniega de lo que es —dijo la chica con cara de “eres una tonta” a Gaby, la rubia que aun sobaba su cuello.
—Tú no te metas, Andrea, yo no elegí estar aquí y no quiero seguir con esto —se quejó Gaby.
—Suicídate entonces o si quieres te hago el favor y te asesino en este momento —le respondió Joss con ironía.
—Si quieres te arranco tus dos cabezas en un solo movimiento —le contestó la chica con rapidez.
Marcos no evitó la carcajada y más atrás Ricardo empezó a reírse. Joss no le dio importancia al asunto, le dio la espalda y si dirigió hacia la camioneta… sin decir palabra alguna.
—No me hables así, Gaby, si no quieres que sea yo, la que te separe la cabeza de su lugar —le gritó Andrea con molestia y autoridad.
Gaby sencillamente bajó la cabeza y no dijo nada más. Entonces la otra joven dijo alargando cada palabra:
—Mucho gusto soy Miriam…—la chica nos ignoró a todos y caminó hacia Marcos extendiéndole su mano.
Marcos ante la acción, la saludó sonriendo:
—Soy Marcos, este es Ricardo, este es el futuro Rey… se llama Rut y el desgraciado que intentó asesinar a tu amiga —aquí miró hacia Gaby— se llama Joss.
—Es un placer —dijo Miriam—, estaba ansiosa por conocerlos, la Diosa nos dijo que eran los mejores guerreros.
—Miriam, cierra la boca y no hables de más —dijo Andrea.
—Ok… bien, moriré callada —soltó Miriam, mientas pasaba un dedo por su boca en señal de silencio— la chica era bastante extrovertida.
—¿Desde cuándo están en esta nueva situación? —preguntó Ricardo todo serio.
—Como diez años —contestó Miriam, en medio segundo.
—¡Mirian! Cierra la bocota —le gritó Andrea.
—Les ordeno me digan lo que saben —exigí con autoridad— necesitaba saber lo que pasaba y no estaba dispuesto a esperar por las respuestas.
Ese fue el momento en que Andrea palideció y tomó aire, luego de unos minutos en lo que pareció pensar con mucho detenimientos, nos respondió...
Cuando un ser dice: no creo en el amor... solo necesita una cosa: amor.—No creo que deberíamos…—empezó Andrea diciéndome, pero la interrumpí.—Más te vale que de una sola vez nos expliquen, qué es lo que está pasando. Si no… ¡no las tomaremos en cuenta! y nos largaremos de una sola vez de aquí, de todas formas tenemos cosas más importantes, que andar insistiendo a que nos cuenten algo, que es secundario en toda esta jodida realidad… ¡no me hagan perder el maldito tiempo! Necesito conseguir a Julie y algo me dice que ustedes nos pueden ayudar —prácticamente les grité, pues estaba exasperado por la situación.—¡Ok… bien! Te lo diremos, pero solo porque eres el esperado, el próximo rey… así que nos lavamos las manos ante tan gran exigencia
Cuando el verdadero amor se pierde... se lleva todo... incluyendo el alma, el corazón y, en el peor de los casos, la razón.El encendido del motor me llevó a varios lugares, de un cercano pasado.—Julie, mi amor ¿estás allí? —escuchaba la delicada risa de mi amada por el pasillo, pero no lograba verla. El juego del escondite entre sombras podría ser bastante traumático, hasta para nuestra misma especie, ya que era imposible saber dónde estabas, sentía su presencia, pero no lograba verla.Aunque al tenerla, lo suficientemente cerca, podía voltear y asustarla, ese era siempre el plan.—¡Aquí estás! —exclamé con determinación y eso provocó que el cuerpo, hecho materia de Julie apareciera con un chillido lleno de susto y luego soltara una pequeña risita picara.—¿Acaso crees q
El exceso de sinceridad, en muchas ocasiones no es bueno, al final, también es criticado y poco soportado.La casa de Ariano, era una mansión enorme de máxima seguridad y con los grandes lujos. Aparcamos la camioneta en todo el frente, nos aseguramos que las chicas llegaran después de nosotros. La situación aparentemente estaba normal, no se veía por ningún lado ninguna amenaza, pero por alguna razón tampoco estaban Marcos, ni Ricardo.—Llama a esos idiotas por teléfono, no se ven por ningún lago —sugirió Joss.Las chicas se acercaron hasta nosotros, se veían relajadas. Al parecer ellas no se sentían incómodas con la situación.—¿Nos abrirán? ¿De qué forma entraremos a la mansión? —preguntó Miriam.Por el intercomunicador de la enorm
Aquél que diga que el amor no lo puede todo, es porque jamás ha sentido el amor.—Julie, perdona que te moleste ¿será que puedes decir las palabras que me liberan de la atadura? Necesito tener mis poderes por completo.—¡Y! ¿Qué gano yo con eso?Me desmaterialice y la besé ejerciendo un poquito de fuerza.—Vamos, no te hagas de rogar.Julie empezó a poner cara de pícara, pero tocaron la puerta.—Pasen —dijo con delicadeza Julie.Era Gaby, sonreía cada vez que veía a Julie, a decir verdad, era la única forma en que se podía verla sonreír.—Hola Gaby, dime a qué debo el honor.—Princesa… ya está todo listo para su coronación —aquí me miró y saludó con la mano; la chica era maleducada conmigo tan
El peor veneno es el enamoramiento, aún no hay cura para ello, entre más amas y aprecias, más te contamina el cuerpo, tus sentimientos terminan dañándote el ser, y si no prestas atención, seguro terminarás muerto.—¡Vamos, levántate! —escuché la orden de un hombre con voz fuerte.Ignoré lo que me decía, no tenía ganas de verle la cara a nadie.—¡Te he dicho que te levantes! —me gritó con mucha determinación —¿Acaso crees que tienes opciones?Me di la vuelta para poder mirarlo de frente. Él medía casi dos metros y medio, era realmente enorme. Estando de pie le llegaba casi a los hombros y eso que mido uno noventa. De ojos azules con una piel tan mulata, que en las noches prácticamente no se veía, solo se podían observar esos grandes ojos abiert
Lo último que se pierde es la esperanza, pero hay seres que nunca la sintieron y jamás la sentirán.Las explosiones eran más fuertes y más seguidas. El edificio parecía que iba a colapsar en cualquier momento.Un humano le disparó hacia Marcos más de veinte veces, pero este se hizo sombra a tiempo y no logró ser herido, el desdichado murió segundos después con el cuello roto.Las sombras se defendían muy bien, pero a pesar de eso, ya había visto varios caídos. El cuerpo de nuestra raza al morir quedaba intacto y debía ser llevado al sol para poder desaparecer y descansar en paz.Por todo el edificio tenía un vidrio especial para que no entrara ningún tipo de luz... era por eso que tanto de día como de noche, podíamos andar sin ningún cuidado por la gran ciudad, como nosotros les dec&iacu
Irse de este mundo no es morir, es liberar el alma del infierno donde vivimos.—Quédate en el ascensor, Julie, con la puerta cerrada, yo saldré para poder ayudar a Marcos y traeré a tus padres.—¡Está bien! No quiero ser tampoco un estorbo en medio de la pelea. Ya estoy herida, necesito de alguna forma dejar de sangrar y eso solo lo lograré manteniéndome quieta.—Gracias por entenderme.Julie era bastante prudente y paciente cuando uno lo necesitaba.Ayudé a que se sentara sobre el piso del ascensor y gritó una vez más, eso casi provoca que se me destrozaran los tímpanos, sí que tenía una potente voz, mi princesa. Le di un beso en la mejilla y ella solo se me quedó mirando. Tenía más de cuatro siglos anhelando un solo beso de ella, hasta que al fin hoy pude acercarme, sí que me sent&i
El destino no está escrito, minuto a minuto lo vives y puedes sobrevivir o morir en tus intentos.—¿Qué coño es lo que está pasando aquí? ¿¡Por qué la princesa está así!? ¿Quién la ha herido?—Se nota que estabas durmiendo, Joss —respondí con ironíaÉl puso los ojos en blanco y nos dejó pasar.—Marcos dime de una vez, ¿por qué pareciera que vienes de una guerra?, ¿y por qué razón hay demonios Licht por toda la maldita calle? —exigió en tono seco y alto Joss.Marcos colocó a Julie en un sofá y le vio la herida que tenía a un costado, yo me quedé lejos de ella, estaba seguro que si me le acercaba estos dos me matarían a golpes.—Julie no es la princesa… es la heredera… nue