Irse de este mundo no es morir, es liberar el alma del infierno donde vivimos.
—Quédate en el ascensor, Julie, con la puerta cerrada, yo saldré para poder ayudar a Marcos y traeré a tus padres.
—¡Está bien! No quiero ser tampoco un estorbo en medio de la pelea. Ya estoy herida, necesito de alguna forma dejar de sangrar y eso solo lo lograré manteniéndome quieta.
—Gracias por entenderme.
Julie era bastante prudente y paciente cuando uno lo necesitaba.
Ayudé a que se sentara sobre el piso del ascensor y gritó una vez más, eso casi provoca que se me destrozaran los tímpanos, sí que tenía una potente voz, mi princesa. Le di un beso en la mejilla y ella solo se me quedó mirando. Tenía más de cuatro siglos anhelando un solo beso de ella, hasta que al fin hoy pude acercarme, sí que me sentía más fuerte, con la capacidad de matar hasta el mismísimo Lucifer si se me paraba enfrente.
—Abre las puertas, ascensor —exigí.
—Un momento, guerrero, hay dos demonios esperando por usted frente a las puertas. Apunté una flecha al lado derecho y una al frente a la altura que usted crea prudente, los herirá de inmediato —sugirió el ascensor.
—Gracias, eres muy amable —este tipo de tecnología, es más leal que los extintos perros —pensé.
Si fuera una sombra le daría un empujón amistoso por tan oportuno e ingenioso dato. Sostuve mi arco y sin más le dije:
—Abre ahora mismo la puerta… estoy preparado.
Y así fue, abrió las puertas y saltaron ante mis dos demonios, que de inmediato quedaron paralizados, porque mis flechas lo atravesaron en todo el corazón, con la espada los decapité y fui en busca de Marcos.
Él luchaba y estaba todo ensangrentado, se encontraba herido y a pesar de su gran tamaño se veía a punto de colapsar.
—¿Qué pasó mi compañero… no era que este lugar nadie lo conocía? —le pregunté en tono irónico y sonriendo.
—Cállate, no tengo tiempo para tus ironías... mejor lucha y ayúdame.
—Eso hago, malagradecido acaso no ves que ya he eliminado a cuatro de ellos —respondí, ya que mientras le hablaba decapitaba a dos Licht más.
—¿Dónde están las dos sombras que quedaban vivas?
—Han muerto... ¡cuidado atrás! —me gritó Marcos, pero era demasiado tarde, un demonio me atravesó con su espada y el dolor fue punzante, logré ver cómo salía la punta de la espada por mi estómago.
Me desmaterialice y le arranqué la cabeza, en un solo movimiento llenándome así de esa asquerosa sangre negra que ellos tenían.
—¿Dónde está el Rey? ¡Lo quieren a él! —exclamé mirando hacia los lados para ver si lograba localizarlo.
—Está por aquel pasillo —contestó Marcos señalando hacia su derecha, entonces continuó diciendo—, el cuida de la Reina, que está herida, la hirieron hace un rato.
—¡No, mamá, nooo! —gritó Julie, saliendo del ascensor— era un hecho, la princesa había escuchado lo que el guerrero había dicho.
—Maldición, Julie, te dije que te quedaras adentro —le grité y me acerqué a ella para derrotar a dos demonios que querían atraparla. Los eliminé en dos segundos. Miré a los lados y vi a Julie, corriendo hacia donde había señalado Marcos, así que corrí detrás de ella.
—Ya vuelvo, Marcos… arréglatelas solo.
—Gracias, como siempre, eres de buena ayuda —gritó en tono irónico Marcos.
Logré alcanzarla, pero era demasiado tarde, ella veía la horrible escena que estaba enfrente de nosotros.
El Rey estaba tirado sobre el suelo a un lado de la Reina, todos llenos de sangre y ambos estaban muertos.
Julie simplemente se desmayó. La sostuve acostándola sobre un sillón que estaba cerca y me enfoqué en tapar los cuerpos desangrados de los Reyes de la vista de cualquiera.
¡Qué situación! No podía creer lo que veía.
La noticia de estas muertes terminaría por desbordar la guerra, hasta en el lugar más escondido de la tierra. Estos Reyes eran los únicos que impedían que las sombras no terminaran por abandonar sus puestos y así defender a los humanos. Pero era un hecho... los humanos y demonios provocaron estas muertes y eso jamás sería perdonado.
—¿Qué pasó? ¿Dónde están los Reyes? —preguntó Marcos, entrando a la habitación.
—Están muertos —respondí en tono seco.
—¿Pero cómo? ¡Yo los dejé aquí y ambos aún vivían! Para este lugar nadie entró, si yo he estado luchando cuerpo a cuerpo en toda la puerta del pasillo para evitar que nadie entrara.
—No sé... no sé... qué ocurrió, pero la realidad es que están muertos y Julie por otro lado los ha visto, es por eso por lo que está desmayada. Tal vez algún demonio entró sin que te dieras cuenta mientras estabas con nosotros.
—Es posible... ahora ¿Qué haremos? —preguntó Marcos, pasándose una mano por el rostro y viendo el panorama de la habitación.
—No tengo la menor idea, solo sé que hay que salir de aquí... en este lugar no tenemos ya nada que hacer... que las sombras se protejan para que no hayan muchos caídos, es evidente que esta pelea logró su objetivo —señalé los cadáveres de los reyes—, que era matarlos y desestabilizar todo; la batalla la hemos perdido, así que hay que salir de aquí para proteger a la heredera del reino... a Julie.
—Tienes razón... salgamos de este lugar.
Esto era lo malo de vivir en tan enorme edificación, salir de allí nos traería más problemas que los que tuvimos para entrar.
—Ascensor, abre las puertas —grité apurado, llevaba entre los brazos a Julie, de la impresión aún no se despertaba.
—¿Qué hora es, ascensor?
—Son las siete de la noche, guerrero Rut.
—¡Bien, llévanos a planta baja de inmediato! —exigí impaciente. Marcos estaba algo inquieto y estaba sangrando. No mencionamos palabras en ningún momento. Al llegar a planta baja el ascensor nos dijo:
—Tres humanos muy armados los esperan… hay dos en la puerta principal.
—¡Ah sí! Pues ya se joderán —repliqué con malicia.
Tomé a Julie y la coloqué en brazos de Marcos y le pregunté al ascensor.
—A ver, sácame de una duda... ¿Las puertas de este ascensor son de acero?
—Sí, exactamente. Por otro lado las paredes están hechas de la misma forma que todo el edificio y están forradas de un fuerte concreto, situación que protege aún más las puertas de este ascensor.
—Bueno, usaré a una de estas chiquitas —contesté mientras sacaba una granada.
Marcos puso los ojos como platos y le sonreí.
—Las personas no cambian, seré el mismo destructor de siempre.... abre la puerta, ascensor, y ciérrala de inmediato, sube unos cuantos pisos y vuelve a bajar.
—Como usted diga, guerrero Rut.
El ascensor abrió un poco la puerta y lancé dos granadas. Inmediatamente se cerraron las puertas y subimos tres pisos. A los segundos se escucharon las dos potentes explosiones y el estruendo del edificio que parecía moverse.
—¡Bájanos! Esos desgraciados ya deben de estar bien muertos —proclamé disfrutando del hecho.
Al llegar a la planta baja. Salimos del ascensor y como era de esperarse el lugar estaba todo destruido.
—Vámonos, es de noche, ya repondremos fuerzas y seremos invencibles, aunque con la muerte de los Reyes, necesito que ahora Julie pronuncie las palabras para que me devuelva completamente mis poderes.
—Tienes razón. Vamos a un sótano que tengo en uno de los edificios que están a varias calles de aquí, para que la princesa se reponga y nosotros pensemos con cabeza fría lo que haremos —sugirió Marcos, mirándome con mala cara y a la vez lograba mostrar un poco de indignación.
—Bien, vámonos —le dije sonriente— ¡Bienvenido de nuevo al mundo de la guerra! —Me dije a mí mismo.
Al parecer la jodida vida se enfrascaba en no salir de este círculo vicioso de huir, asesinar y sobrevivir… necesitaba unas malditas vacaciones.
El destino no está escrito, minuto a minuto lo vives y puedes sobrevivir o morir en tus intentos.—¿Qué coño es lo que está pasando aquí? ¿¡Por qué la princesa está así!? ¿Quién la ha herido?—Se nota que estabas durmiendo, Joss —respondí con ironíaÉl puso los ojos en blanco y nos dejó pasar.—Marcos dime de una vez, ¿por qué pareciera que vienes de una guerra?, ¿y por qué razón hay demonios Licht por toda la maldita calle? —exigió en tono seco y alto Joss.Marcos colocó a Julie en un sofá y le vio la herida que tenía a un costado, yo me quedé lejos de ella, estaba seguro que si me le acercaba estos dos me matarían a golpes.—Julie no es la princesa… es la heredera… nue
Mi necesidad puede que no sea la tuya, pero debes entender que tú me alimentas el ser.Empecé a desnudarme, quedando en ropa interior. Observé la herida que me había provocado aquél demonio en mi estómago, ya estaba a punto de curarse por completo, el orificio de entrada en la espalda ya estaba bien curado y el de salida estaba a punto de cerrarse.—Si Julie fuera tan fuerte como una sombra hombre, ya a esta altura estaría curada, pero pasará todo un día para poder recuperarse por completo —susurré, la situación me angustiaba.Empezaba a ponerme el pantalón cuando escuché una explosión que venía de la sala.—Mierda ¡Julie! —exclamé.Salí corriendo y me tropecé con Marcos en el camino. No llevaba pantalones, al parecer había empezado a vestir
El amor cuando llega es como el conquistador, se sabe cuándo conquista... pero no cuándo se marchará.—Ni loco la volveremos a llamar —replicó Ricardo.—¿Quién la llamó? ¿Quién la invocó? —pregunté.—Marcos, fue el que la llamó, antes de que despertaras, pero pensamos que no le interesaba aparecer.—¿Con qué fin? —respondí alterado, caminé hacia Joss a ver si despertaba.—Queríamos saber qué te pasaba, si en realidad eras ese príncipe que esperábamos desde hace siglos y ahora futuro rey luego de casarte con Julie… ¡Claro está! Aunque, la leyenda está desde que se crearon las sombras, por eso prácticamente se olvidó, pensábamos más bien que el elegido sería un hibrido entre
Cuando un ser dice: no creo en el amor... solo necesita una cosa: amor.—No creo que deberíamos…—empezó Andrea diciéndome, pero la interrumpí.—Más te vale que de una sola vez nos expliquen, qué es lo que está pasando. Si no… ¡no las tomaremos en cuenta! y nos largaremos de una sola vez de aquí, de todas formas tenemos cosas más importantes, que andar insistiendo a que nos cuenten algo, que es secundario en toda esta jodida realidad… ¡no me hagan perder el maldito tiempo! Necesito conseguir a Julie y algo me dice que ustedes nos pueden ayudar —prácticamente les grité, pues estaba exasperado por la situación.—¡Ok… bien! Te lo diremos, pero solo porque eres el esperado, el próximo rey… así que nos lavamos las manos ante tan gran exigencia
Cuando el verdadero amor se pierde... se lleva todo... incluyendo el alma, el corazón y, en el peor de los casos, la razón.El encendido del motor me llevó a varios lugares, de un cercano pasado.—Julie, mi amor ¿estás allí? —escuchaba la delicada risa de mi amada por el pasillo, pero no lograba verla. El juego del escondite entre sombras podría ser bastante traumático, hasta para nuestra misma especie, ya que era imposible saber dónde estabas, sentía su presencia, pero no lograba verla.Aunque al tenerla, lo suficientemente cerca, podía voltear y asustarla, ese era siempre el plan.—¡Aquí estás! —exclamé con determinación y eso provocó que el cuerpo, hecho materia de Julie apareciera con un chillido lleno de susto y luego soltara una pequeña risita picara.—¿Acaso crees q
El exceso de sinceridad, en muchas ocasiones no es bueno, al final, también es criticado y poco soportado.La casa de Ariano, era una mansión enorme de máxima seguridad y con los grandes lujos. Aparcamos la camioneta en todo el frente, nos aseguramos que las chicas llegaran después de nosotros. La situación aparentemente estaba normal, no se veía por ningún lado ninguna amenaza, pero por alguna razón tampoco estaban Marcos, ni Ricardo.—Llama a esos idiotas por teléfono, no se ven por ningún lago —sugirió Joss.Las chicas se acercaron hasta nosotros, se veían relajadas. Al parecer ellas no se sentían incómodas con la situación.—¿Nos abrirán? ¿De qué forma entraremos a la mansión? —preguntó Miriam.Por el intercomunicador de la enorm
Aquél que diga que el amor no lo puede todo, es porque jamás ha sentido el amor.—Julie, perdona que te moleste ¿será que puedes decir las palabras que me liberan de la atadura? Necesito tener mis poderes por completo.—¡Y! ¿Qué gano yo con eso?Me desmaterialice y la besé ejerciendo un poquito de fuerza.—Vamos, no te hagas de rogar.Julie empezó a poner cara de pícara, pero tocaron la puerta.—Pasen —dijo con delicadeza Julie.Era Gaby, sonreía cada vez que veía a Julie, a decir verdad, era la única forma en que se podía verla sonreír.—Hola Gaby, dime a qué debo el honor.—Princesa… ya está todo listo para su coronación —aquí me miró y saludó con la mano; la chica era maleducada conmigo tan
El peor veneno es el enamoramiento, aún no hay cura para ello, entre más amas y aprecias, más te contamina el cuerpo, tus sentimientos terminan dañándote el ser, y si no prestas atención, seguro terminarás muerto.—¡Vamos, levántate! —escuché la orden de un hombre con voz fuerte.Ignoré lo que me decía, no tenía ganas de verle la cara a nadie.—¡Te he dicho que te levantes! —me gritó con mucha determinación —¿Acaso crees que tienes opciones?Me di la vuelta para poder mirarlo de frente. Él medía casi dos metros y medio, era realmente enorme. Estando de pie le llegaba casi a los hombros y eso que mido uno noventa. De ojos azules con una piel tan mulata, que en las noches prácticamente no se veía, solo se podían observar esos grandes ojos abiert