CAPÍTULO 6 – Mentiras.
Cuando salí de trabajar, bastante más pronto de lo que esperaba, ya había alguien esperándome en el aparcamiento.
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Llegamos a mi piso casi una hora más tarde, el tráfico aquella noche era horrible.
De nuevo se auto invitó y entró en la casa sin ser invitado.
Me senté sobre el sofá, mientras escuchaba la puerta. Se había marchado sin decir ni una sola palabra más, sin tan siquiera volver a mirarme. Me sentía como una idiota, por haber vuelto a pensar en la mínima posibilidad de besarle. Ya no había nada entre nosotros, y él parecía haber seguido adelante con su vida.
El móvil me sacó de mis pensamientos, haciendo que lo cogiese, admirando el número de David en la pantalla, ya que él no solía llamarme a menudo, y después de haberle visto en aquel estado, estaba bastante preocupada, y para qué negarlo, también me sentía bastante culpable.
Capítulo 7 – Se detiene mi corazón
Cuando desperté, a la mañana siguiente, no podía dejar de pensar en David, que dormía sobre mi sofá, pues había perdido las llaves de su casa y no tenía forma alguna de entrar, y puesto que su amigo se marchaba al día siguiente de la ciudad, no tenía donde más quedarse.
Me levanté y llegué hasta el salón, admirando como tomaba un poco de café, con la camisa entre abierta, mirando hacia la televisión.
Casi dos horas más tarde, llegamos al hospital, como siempre me había dejado convencer por David que insistía en que él me llevaría, pues quería saber cómo estaba mi amiga, por supuesto nos habíamos aseado y cambiado de ropa.
Cuando Charlotte me vio aparecer con David me miró con ojos como platos, para luego informarme de la situación: al parecer Carly había empeorado, y por eso sus padres y sus suegros también se encontraban allí. Todos parecían preocupados de que la joven aún no hubiese recuperado el conocimiento, pues los médicos aseguraban que, si aquello seguía así, no habría otra opción que desconectarla.
Pero no fue eso lo que hizo que se me detuviese el corazón y que dejase de respirar e introducir aire en mis pulmones. No. Nada más entrar en la sala de espera, pude ver claramente aquello que había estado temiendo durante todo el camino: Jaume tenía novia, pues había una joven abrazada a él, mientras este le acariciaba la cabeza, intentando calmar a la joven.
Nuestras miradas se cruzaron, apenas una décima de segundo, pues me obligué a mí misma a mirar a otro lado, a hacer como si no me molestase ni lo más mínimo el verlo con otra. Pero no había nada que pudiese hacer, había sido aquella mi elección desde el principio.
Sentí como David me cogía de la cintura, intentando transmitirme paz, haciendo que le mirase sobrecogida, olvidando a Jaume, por un minuto.
Me negué a contestarle, pues tenía la mirada fija en Josh que agarraba fuertemente la mano de su suegra, intentando transmitirle fuerzas.
CAPÍTULO 8 – EL DESPERTAR.Me pasé el resto de la mañana en aquella sala de espera, intentando no mirar hacia Jaume, que ahora descansaba sobre una silla con la cabeza apoyada en la pared, mientras la joven que le acompañaba le agarraba de la mano, para darle fuerzas.Sobre las cuatro y media de la tarde, el doctor aparecía por la puerta, para indicarnos, bastante aliviado, que Carly había despertado, y que estaba preguntando por su esposo.Casi me pongo a saltar de alegría cuando me dieron aquella noticia, pero tan pronto como vi a Jaume, abrazando a su chica, se me pasó.Cuando entré a ver a mi amiga, por segunda vez, ya eran casi las 6. Estaba recostada en la cama, con miles de aparatos conectados a ella.No te asustes, ya estoy bien – aclaraba, al ver mi rostro, haciendo que le dedicase una tímida sonrisa – siento haberos preocupado a
CAPÍTULO 10 – LA TRANQUILIDAD REGRESA A MÍHabía pasado casi una semana, me encontraba en aquella urbanización que tantos recuerdos traía a mi mente, en la casa de Carly, donde había decidido pasar unos días por petición suya.Josh se había marchado el día anterior, a un curso en Londres, después de que su esposa le rogase y le rogase que se marchase, pues él no quería dejarla sola después del accidente, pero tenerme a mí allí, parecía haber calmado un poco al hombre.Carly descansaba sobre el sillón de la sala, con el pie yesado sobre un taburete, mientras yo recogía la cocina. Era un día precioso, y me apetecía mucho salir a pasear, pero aun así no lo hice, pues tenía miedo de encontrarme con él.El timbre de la puerta sonó, haciendo que Carly despertase sobr
CAPÍTULO 12 – ESCONDIDA DENTRO DE MÍPaul conducía hacia la fiesta, mientras Carly, Laia y yo, esperábamos impacientes llegar a nuestro destino. Sabía que cada una estábamos nerviosas por llegar allí por algo: Carly tenía ganas de ver a todos nuestros amigos, ya que en los últimos días se la había pasado encerrada en casa, a causa del reposo absoluto Laia se moría de ganas de ver el resultado de todos sus esfuerzos por prepararle a su hermano una fiesta sorpresa, y estaba ansiosa por llegar antes que él, que había sido distraído por Kiara, su novia. Yo, bueno, no estaba nerviosa por verle, estaba atacada porque no quería estar allí, no quería verle con otra, no quería verle sonreír con otra, no quería…. Sabía que aquello me mataría, pero no podía hacer nada, no podía dejar q
CAPÍTULO 13 – ENTRE SOLLOZOSPasó demasiado deprisa como para que nadie más pudiese intervenir, Laia levantó la mano y me dio una fuerte cachetada en el rostro, haciendo que los presentes se quedasen de piedra con aquello.¡Laia! – le recriminó él, mientras ella me cogía de la mano y tiraba de mí hacia el exterior de la casa, dejando solos a Shana y a Jaume, y no me soltó hasta que estuvimos frente al lago.¿Crees que puedes venir a hacerle daño cada vez que se te antoje? – Preguntaba, mientras yo luchaba por que mis lágrimas no saliesen al exterior - ¿crees que voy a dejar que vuelvas a jugar con él? Solo porque las cosas con David no hayan funcionado no significa que… - proseguía, mientras yo intentaba no saltar, no quería contarle a nadie sobre cómo me sentía, pero estaba tan cans
CAPÍTULO 15 – AFERRÁNDOSE A LA ESPERANZA.Me vestía rápidamente, mientras él me miraba apenado, al mismo tiempo que escuchábamos los gritos desesperados de Shana para que su novio abriese la puerta. En aquel momento me sentí como una idiota, no debería haber cedido a aquello, no debería haber hecho el amor con él.Se levantó de la cama, se puso unos pantalones y una blusa, sin mirar hacia mí ni una sola vez, caminando después a grandes zancadas hacia la puerta, mientras yo recogía el sujetador del suelo y lo guardaba en mi bolso, al mismo tiempo que él abría la puerta y enfrentaba a la muchacha.La joven entró en la casa, mirando primero, aterrada a Jaume, como si pensase encontrar cualquier atisbo de culpabilidad en su rostro, pero no pareció encontrar nada, porque entonces, cambió su punto de mira y me mir&
CAPÍTULO 17 – SIN PONER ETIQUETAS.Apenas acabábamos de llegar al éxtasis, juntos, cuando escuchamos el motor de un coche, apagarse, al otro lado. Se separó de mí, y se abrochó los pantalones, saliendo del taller, para recibir a la persona que había venido a verle.Me quedé allí, poniéndome bien la falda y acicalándome un poco el pelo, cuando sentí su llamada…Isabel – me llamó, haciendo que saliese del taller y caminase hacia él, percatándome de que no estaba sólo, Laia estaba con él. – te buscan. – aclaró, para luego despedirse de su hermana y caminar hacia el taller, para seguir trabajando.Carly me dijo que estabas aquí – anunció, mientras yo recordaba como Jaume me decía aquel día en la parada del autobús, justo cuando impidi&oacut
CAPÍTULO 19 – SEÑALES.Jaume se dio la vuelta, listo para volver a entrar al club, percatándose de que ya había alguien en su camino, impidiéndole el paso. Se trataba de Carly, que estaba mucho mejor de la pierna, aunque aún usaba un bastón para caminar.Pasó demasiado deprisa, y antes de que él pudiese haberse dado cuenta de lo que ocurría, la mujer ya le había dado un bofetón en la cara.¡Eres un idiota! – le espetó, parecía haberlo escuchado todo, pues no había otra explicación para su reacción – Te avisé ese día para que te aferrases a ella… pero si hubiese sabido que la dejarías ir, que te comportarías como lo estás haciendo, nunca te hubiese llamado.Deja de meterte en lo que no te importa, Carly – le amenazó él, mientras C
CAPÍTULO 21 – RADIANTE DE FELICIDADEstaba sentada sobre la mesa del taller, viéndole trabajar, totalmente concentrado en lo que hacía, estaba construyendo una caseta de madera para Beta.Reí divertida cuando sentí a Beta debajo de mí, pues me hacía cosquillas con sus pelos en los pies. Esto hizo que el levantase la vista, desconcertándose de lo que estaba haciendo y mirase hacia mí con una sonrisa en el rostro.Moví los pies, intentando espantarla, pero a la perra parecía gustarle el sonido de mis risas, porque no se movió ni un milímetro.Jaume se levantó de su silla y dejó lo que estaba haciendo, caminando hacia mí, agarrando a la perra del collar para apartarla de mí, haciendo que le mirase agradecida, dejando de reír en ese justo instante.Me encanta el sonido de tu risa – asegur&oacut