CAPÍTULO 13 – ENTRE SOLLOZOS
Pasó demasiado deprisa como para que nadie más pudiese intervenir, Laia levantó la mano y me dio una fuerte cachetada en el rostro, haciendo que los presentes se quedasen de piedra con aquello.
CAPÍTULO 15 – AFERRÁNDOSE A LA ESPERANZA.Me vestía rápidamente, mientras él me miraba apenado, al mismo tiempo que escuchábamos los gritos desesperados de Shana para que su novio abriese la puerta. En aquel momento me sentí como una idiota, no debería haber cedido a aquello, no debería haber hecho el amor con él.Se levantó de la cama, se puso unos pantalones y una blusa, sin mirar hacia mí ni una sola vez, caminando después a grandes zancadas hacia la puerta, mientras yo recogía el sujetador del suelo y lo guardaba en mi bolso, al mismo tiempo que él abría la puerta y enfrentaba a la muchacha.La joven entró en la casa, mirando primero, aterrada a Jaume, como si pensase encontrar cualquier atisbo de culpabilidad en su rostro, pero no pareció encontrar nada, porque entonces, cambió su punto de mira y me mir&
CAPÍTULO 17 – SIN PONER ETIQUETAS.Apenas acabábamos de llegar al éxtasis, juntos, cuando escuchamos el motor de un coche, apagarse, al otro lado. Se separó de mí, y se abrochó los pantalones, saliendo del taller, para recibir a la persona que había venido a verle.Me quedé allí, poniéndome bien la falda y acicalándome un poco el pelo, cuando sentí su llamada…Isabel – me llamó, haciendo que saliese del taller y caminase hacia él, percatándome de que no estaba sólo, Laia estaba con él. – te buscan. – aclaró, para luego despedirse de su hermana y caminar hacia el taller, para seguir trabajando.Carly me dijo que estabas aquí – anunció, mientras yo recordaba como Jaume me decía aquel día en la parada del autobús, justo cuando impidi&oacut
CAPÍTULO 19 – SEÑALES.Jaume se dio la vuelta, listo para volver a entrar al club, percatándose de que ya había alguien en su camino, impidiéndole el paso. Se trataba de Carly, que estaba mucho mejor de la pierna, aunque aún usaba un bastón para caminar.Pasó demasiado deprisa, y antes de que él pudiese haberse dado cuenta de lo que ocurría, la mujer ya le había dado un bofetón en la cara.¡Eres un idiota! – le espetó, parecía haberlo escuchado todo, pues no había otra explicación para su reacción – Te avisé ese día para que te aferrases a ella… pero si hubiese sabido que la dejarías ir, que te comportarías como lo estás haciendo, nunca te hubiese llamado.Deja de meterte en lo que no te importa, Carly – le amenazó él, mientras C
CAPÍTULO 21 – RADIANTE DE FELICIDADEstaba sentada sobre la mesa del taller, viéndole trabajar, totalmente concentrado en lo que hacía, estaba construyendo una caseta de madera para Beta.Reí divertida cuando sentí a Beta debajo de mí, pues me hacía cosquillas con sus pelos en los pies. Esto hizo que el levantase la vista, desconcertándose de lo que estaba haciendo y mirase hacia mí con una sonrisa en el rostro.Moví los pies, intentando espantarla, pero a la perra parecía gustarle el sonido de mis risas, porque no se movió ni un milímetro.Jaume se levantó de su silla y dejó lo que estaba haciendo, caminando hacia mí, agarrando a la perra del collar para apartarla de mí, haciendo que le mirase agradecida, dejando de reír en ese justo instante.Me encanta el sonido de tu risa – asegur&oacut
Me encontraba en la discoteca, había salido con las chicas, pues no quería despertar sospechas, ya que ellas aún seguían sin saber nada en concreto sobre Jaume y yo, pues él había convencido a su hermana de que sólo éramos amigos, así que todo parecía estar en calma.Bailaba sensualmente, al ritmo de una canción de mi tierra, con Carly intentando seguir mis pasos, haciendo que Charlotte riese por lo mal que lo estaba haciendo y que Laia dejase de prestarnos atención, pues siempre solía decir que éramos unas payasas.Mi hermano parece haber encontrado novia nueva – comenzó, haciendo que dejase de prestar atención a mis amigas, y mirase hacia ella.Sólo está bailando con ella – recalcó Carly, al darse cuenta de que Jaume parecía estar bastante cerca de aquella chica con la que bailaba, sin lug
EL CISNEBLANCOAlzando Mis Quebradizas Alas.Capítulo 1 – Cambio de planes.Un rayo nos asustó, en aquella lluviosa noche, haciendo que ambos, que estábamos sentados en el sofá, el uno frente al otro, con las piernas entrelazadas las unas con las del otro, mirásemos hacia la ventana, por donde se vislumbraba la espeluznante tormenta.Deberías quedarte – rogó él, intentando convencerme de que ir a aquella reunión de chicas en casa de Carly, no era buena idea en una noche como aquella.Tengo que ir a vestirme – le dije, mientras bajaba las piernas del sofá y sonreía hacia él, con calma, admirando como él me cogía de la mano, para retenerme un poco más.Sólo te dejaré marchar si soy yo el que te lleva allí – rogó,
Capítulo 3 – Una visita inesperada.Charlotte se portó como una verdadera amiga, fue la única que supo estar ahí para mí en un momento como aquel, cuando tanto necesitaba a alguien en quien apoyarme.Apenas me preguntó mucho sobre lo que había pasado, tan sólo me preparó algo de cenar y me ayudó a ducharme, lloré hasta altas horas de la noche, y luego me quedé dormida, mientras mi amiga me arropaba con cariño.Jaume no volvió a casa al día siguiente, aunque me escribió un mensaje desde un número que no conocía y me puse que no me preocupara, que tenía trabajo que hacer.Deberías de venir a casa por unos días – me decía Charlotte, mientras nos tomábamos un té en el porche.Ni siquiera pude contestarle a su insinuación, pues de nuevo el
Capítulo 5 – Ni una sola lágrima más.Llevaba tan sólo unos pocos días en casa de mi amiga, y ya sentía que me ahogaba allí dentro, necesitaba salir, necesitaba saber que era lo que estaba ocurriendo, aún me sentía tan perdida, parecía todo aquello tan irreal. Una parte de mí quería creer en él, quería creer que todo aquello tan sólo era una equivocación, Jaume no podía estar haciéndome aquello.Salí de casa de Charlotte y me encaminé hacia la tienda 24 horas más cercana, ya que con la excusa de que iría a comprar un poco de café había logrado salir de casa. Odiaba aquella situación, mi amiga me controlaba todo el tiempo, y no me dejaba salir de casa, según ella aún estaba demasiado débil como para salir de casa. Pero lo cierto es que yo me