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Kate había visto ropa femenina sexy varias veces en su vida, pero la que Sebas acababa de sacar de una caja y se la ponía en su mano... acaso entraba dentro de esa categoría. Miró al humano con los ojos muy abiertos y con la vena de la sien palpitando.

-¿Es en serio? ¿Esto es lo más caro que tienes en tu tienda?

Sebas alzó las cajas.

-Si supieras de donde viene esa tela, cariño, cada milímetro es súper cotizada y cara.

-Es que esto apenas es tela y lo acabas de decir, tiene milímetros- alzó la prenda completamente diminuta y además transparente por el encaje- Dios, esto va a ser impresionante. Esto no cubre nada.

-Esa es la intención. Es lencería, no ropa interior cómoda, su intención es poner como olla de presión a tu pareja con el cuerpo desnudo, pero no tan desnudo- le guiño el ojo- si sabes a que me refiero.

Kate cerró los ojos y respiró. Por un momento se permitió imaginar el musculoso cuerpo de Nicolae con la prenda puesta y su boca se hizo agua, aunque no creía que fuera capaz
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