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Kate se congeló y cerró la boca sin poder retraer sus colmillos. El olor a sangre era demasiado fuerte y su garganta seca solo pedía ser humedecida por este néctar delicioso. Pero aun así fue consciente de la situación, sobre todo porque no salía de la impresión de que su jefe la hubiera salvado. No se veía ese tipo de hombres.

Ahora venía el otro problema. Dado el impacto de los hechos estaba más lúcida, sabiendo que, si la descubrían en ese momento, como vampira que era quizás lo que le había pasado años antes se repitiera.

Se asustó y apretó al hombre más fuerte contra ella, pudiendo sentir aún más su cuerpo. Si no fuera por el estrés y el lugar, pues quitarle la ropa allí mismo no sería un problema metiéndole la corbata en la boca.

Pronto las cosas sobre ellos fueron apartadas poco a poco haciendo que la luz golpeara el rostro de Kate que lo escondió en el pecho de Nicolae. El calor se extendió por su piel casi como si la quemara. Gimió de dolor. Era como si todo el efecto de la sangre que había consumido en la mañana se hubiera desvanecido dejándola vulnerable en pleno día y rodeada de peligrosos humanos. Tembló ante este hecho y el pánico comenzó a recorrerla.

-Ceo- el rostro de Domic se asomó entre todos y corrió hacia ellos.

Agarró el cuerpo de Nicolae y tiró de él una vez que los objetos fueron retirados. El personal se reunió alrededor de ellos. Tenía los ojos ligeramente abiertos, estaba algo mareado. De su sien salía sangre que bajaba por su mejilla y manchaba su elegante traje.

- Ceo - Domic lo volvió a llamar y este frunció los labios.

-Cállate- se removió y apenas se mantuvo sentado necesitando ayuda con esto- Mi cabeza me está matando- se llevó la mano a donde sangraba.

-Llamen a una ambulancia urgente- ordenó el secretario para después centrar su atención en la joven que todavía estaba sentada entre el desastre y alguien intentaba ayudarla a levantarse.

Casi nadie le prestaba atención, después de todo, había alguien importante que había sido herido como era Nicolae y esto podría costarles el trabajo. Partida de hipócritas.

Notó que ella tenía la cabeza gacha y temblaba notoriamente. No podía ver la expresión de su rostro perdida entre su cabello que se había vuelto un desastre. Se apretaba la parte del pecho de su ropa donde la sangre de Nicolae también había terminado.

Nicolae sacudió la cabeza en un intento de quitarse el aturdimiento y la miró.

-Kate- la llamó, pero esto hizo que la chica se alarmara aún más y antes de poder hacer algo por ella, la vio levantarse y salir corriendo como si fuera perseguida. Tan rápido que no pudo reaccionar.

Aquello llamó la atención de los presentes que comenzaron a murmurar.

-Que malagradecida, ni siquiera preguntó cómo está el Ceo-

-Ni porque la salvó-

-Chiquilla malcriada-

-Cállense- la voz gélida de Nicolae hizo que los que hablaban cerraran la boca y se apartaran. Él tampoco comprendía por qué ella había reaccionado así cuando le había salvado el cuello y él recibido todo el impacto.

La ambulancia llegó algunos minutos después y Domic lo llevó a atender. Aunque por la expresión de Nicolae, no estaba muy de acuerdo con ir al hospital.

Kate corrió. Corrió tanto que tropezó y cayó sobre el terreno inestable de alguna parte de las grandes ruinas. Allí se quedó tirada por varios minutos ansiando tomar el control de su cuerpo. Al menos la sombra de uno de los muros la cubría y su piel dejaba de arden un poco.

Sollozó adoptando una posición fetal. Había tenido tanto miedo. Aun cuando vivía rodeada de humanos, fingiendo ser uno, eso no quitaba que les tuviera miedo. Aun recordaba todas las cosas que le habían hecho a su cuerpo muchos años atrás.

Eres una vampira, no te rindas tan fácilmente.

Jadeó incorporándose y dejando su espalda contra la pared vieja más cercana. Miró sus manos. Las uñas estaban retrocediendo lentamente pero no del todo. Y sin mencionar sus colmillos. Estaban tan grandes que tuvo que morder su brazo para aliviar el dolor en ellos.

Dos líneas carmesíes bajaron por el costado de este y el dolor la atravesó de arriba abajo queriendo gritar. Morderse o ser mordido por un vampiro era lo más doloroso para ellos. Pero al menos de esta forma su cuerpo tendría otra cosa en que entretenerse que no pensar en su pasado.

Además, todo sería más fácil si el olor a sangre no estuviera envolviéndola. Bajó la mirada hacia su ropa y encontró que esta estaba manchada. Se relamió los labios inconscientemente y no pudo evitar quitarse la chaqueta y la llevó a su nariz aspirando.

Demonios. Olía tan bien. Cerró los ojos y se estremeció. ¿Cómo algo podía ser tan bueno? Se mordió el labio inferior. A pesar de toda la situación solo le faltó eso para excitarse. Todo a su alrededor y el malestar en ella pasó a un segundo plano. Ese era el poder de la sangre.

Apretó inconscientemente sus muslos con ansias de liberarse. Tomar sangre no era solo un acto de alimentación. Podía ser lo más erótico del mundo si se incluía el sexo y a Kate le gustaba usar todos los métodos posibles siempre y cuando fuera placentero.

Pero...

¿De quién era esa sangre? Su mente funcionaba en total confusión por el reguero de emociones cuando el rostro de Nicolae invadió por completo su conciencia.

Eso no podía ser. Debido a que había vuelto a alguien su esclavo la sangre de otras personas se volvía casi insípida por no decir asquerosa. Solo respondería a una persona.

Entonces.

¿Nicolae era su Esclavo de Sangre?

Se estremeció… eso era un problema grave. Tragó en seco, tenía que confirmarlo lo antes posible.

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