Sintiendo los pies increíblemente pesados, Ariel avanza hacia el altar en el que un arco de flores lo espera, a pesar de que los invitados junto a los que pasa lo felicitan con enormes sonrisas, él no es capaz de oír más que el sonido de su propia respiración. Cada paso que da hacia ese lugar que mira fijamente parece acercarlo a un fatal destino, uno que aunque su mente ha aceptado, su corazón aún parece negarse enérgicamente, solo que en este caso lo que siente no importa, y en realidad tampoco importará mucho luego de ese casamiento.
—Pídelo y activaré la alarma de incendios, en menos de dos minutos estarás afuera yendo hacia el aeropuerto —murmura Daniel acercándose a su nervioso amigo una vez que este se para a un lado del Ministro evangélico que llevará a cabo esa unión.—Ya basta con esas ideas —reclama el empresarioSentado en su oficina, Daniel lee en su computadora cada una de las noticias sobre el gran evento social del que todos hacen eco, el casamiento de Ariel Steinberg, su amigo. Mientras que hay quienes aseguran que siempre supieron que era inevitable que esa pareja se formara, hay quienes consideran que ha sido un intento de desviar la atención de los recientes sucesos que han manchado la reputación de la familia. Lo cual es la gran verdad, solo que ignoran que su amigo no se casó voluntariamente, sino obligado por su padre.—Ese maldito hombre que ha demostrado no tener límites, porque utilizar a su hijo de esa manera solo para poder guardar las apariencias, solo podría hacerlo un maldito loco que no le importa nada, o mejor dicho solo le importa su estúpido apellido —murmura el empresario meneando la cabeza con desaprobación.Ahora su amigo se encuentra en su luna de miel con la mujer que se ha cas
—Es algo increíble, todas las revistas publicando solo sobre la dichosa boda de tu jefe, como si el mundo entero girara en torno a eso, ¿Puedes creerlo? —protesta Malena revolviendo en la sartén unos huevos con queso.—No me sorprende, se supone que es la unión de dos grandes familias de la aristocracia argentina, ¿Al menos alguien tuvo la decencia de fijarse en todo el trabajo que hice para que eso se vea como un paraíso? —pregunta Julieta desde el baño en donde se está secando el cabello mojado con el secador de pelo.—Creo que sabes la respuesta a eso, a nadie le interesa esos detalles, solo la gente que asistió y lo que llevaban puesto. Por cierto tú estabas hermosa, pero bastante simple —comenta la amiga pareciéndole que podría haber tenido más protagonismo.—No podía opacar a la novia, después
—¿Qué tan dulces son estas mandarinas? —pregunta Valentina al verdulero señalando una frutas coloridas que resultan sumamente atractivas a la vista.—Muy dulces, puede probar una si gusta —ofrece el robusto hombre con una sonrisa confiada.—Oh, no, está bien, confiaré en su palabra —responde la mujer con una sonrisa amable mientras centra su atención en el un pequeño televisor que da la noticia del hallazgo de ciertos estudios comprometedores en la casa de Fernando Steinberg sobre el caso de contaminación en Las flores.—Es increíble como esos hombre bañados en dinero destruyen la tierra y pasan por encima de los pobres laburantes —se queja el negociante al notar el interés de su clienta en la noticia.—Lamentable, pero es el mundo en el que vivimos, y que según parece no va a cambiar por mucho q
Sentado en el bar de la playa, Ariel observa a toda la gente que disfruta del sol y del mar con autentica felicidad, empresarios buscando un poco de tranquilidad junto a bellas mujeres que no necesariamente pueden llegar a ser sus esposas, familias que buscan compensar a sus hijos por todo el tiempo que no le han dedicado durante el año, e incluso algunas parejas de luna de miel como él. Se supone que él debería de ser una de esas parejas acarameladas que simplemente parecen no ser capaces de despegarse el uno del otro, pero desde que llegaron ha intentado evitar cuanto ha podido de su esposa.—¿Otro trago, señor? —pregunta un sonriente muchacho moreno al ver el vaso vacío de ese turista que se ha convertido en uno de sus clientes habituales.—Sí, puedo resistir uno más antes de salir a caminar un poco —responde el empresario decidiendo escabullirse de allí antes d
Sentado en su oficina Avilés observa los estudios que fueron sustraídos por la policía en el allanamiento a la residencia Steinberg, todos y cada uno hechos por laboratorios de renombre, demostrando la presencia de contaminantes nocivos para la salud de las personas. Lo cual al haber estado en el poder de Fernando, lo convierte no solo en el responsable de esa contaminación, sino en encubridor. Si bien contar con eso ha sido una acertada jugada de Valentina, sabe que no será suficiente para meter a Fernando en la cárcel, si bien le sí podría costar unos cuantos millones al verse obligado a compensar las perdidas de las familias cuyos seres queridos murieron por cáncer a causa de la contaminación, y seguramente el generoso aporte que deberá hacer a la municipalidad de Las flores.—Él debe de saberlo muy bien, por eso no ha vuelto a presionarme, y lo peor es que estoy comenzando a qu
Julieta baja del taxi contemplando el frente de la casa de sus padres, las plantas que adornan la fachada de la casa le provocan una sonrisa ya que siempre ha sido una vista que le ha transmitido cierta paz. Una paz que ahora parece necesitar más que cualquier otra cosa en el mundo, a causa del casamiento de los Jefes, Daniel aceptó brindarle algunos días para descansar, aunque probablemente fuese porque se compadeció de ella al saber cuanto le afectaba esa unión. Y si bien estuvo a punto de rechazar ese descanso, finalmente se decidió que le vendría muy bien el apoyo de sus padres. Sobre todo ante la decisión tan importante que debe tomar.—¿Julieta? ¿Cariño, qué haces aquí? ¡Qué gran sorpresa! —exclama una mujer de cabello rubio en el que algunas canas han comenzado a invadir abrazando a su hija a la que hace tiempo que no veía.&mdas
Sentado en su oficina, Timoteo observa con una sonrisa complacida la entrevista que Avilés está dando, ver el rostro mojado por las lagrimas del hombre que refleja una amarga angustia que incluso a él llega a conmoverlo un poco. Sin duda, está dando la imagen que esperaba, incluso en este momento ya ha de ser tendencia en las redes, y no pasara mucho para que se hagan escuchar con protestas en la calle.—Con esto te mantendremos distraído para que no hagas otra jugada, tendrás que encargarte de lidiar con la presión de esto —murmura el empresario que si bien sabe que se está metiendo en una batalla peligrosa, no está dispuesto a echarse atrás.—¿Hola? ¿Puedo? —pregunta Julieta asomándose tímidamente, aun teniendo ciertas dudas sobre si debería haber ido hasta allí.—Claro, cariño, pasa. No es
—Sé que puede sonar algo cliché, pero debes pensar que él ahora se encuentra mejor, sin problemas ni preocupaciones, gozando de la paz y el silencio —comenta Fernando sentado junto a su sobrino en la parte trasera del vehículo que los traslada hacia el hogar de su hermano en donde están velando el cuerpo.—Supongo que es algo que a él le agradaría, siempre ha dicho que había buscando esa casa apartada del ajetreo de la ciudad para poder disfrutar de la tranquilidad y silencio, si dependía de él quería que lo enterráramos en el patio de la casa —murmura Timoteo mirando a través de la ventanilla sin poder evitar sentir un nudo en la garganta.—La verdad es que siempre fue algo reacio a estar en lugares con demasiada gente o demasiados ruidoso, tenía una personalidad algo solitaria, si bien al momento de tratar un negocio parecí