—¿Por qué lo ha hecho? No encuentro ninguna razón para justificar que haya aceptado vivir con nuestro padre —protesta Ariel apretando los labios con disgusto ante esa noticia que no le hace ninguna gracia. —¿Quién sabe? Estabilidad, protección, contención, estar apartada de la atención de la gente, hay una larga lista de beneficios que la pueden haber convencido de que era lo mejor que podía hacer. Además de que ambos sabemos que Fernando puede ser muy persuasivo cuando se lo propone —defiende Timoteo cortando un pedazo del bistec que el han servido en el restaurante al que ha ido a almorzar. —Él solo lo ha hecho para mantenernos cerca y controlados, tú irás por tu novia, y yo por mi hijo. Además del hecho de que sin duda intentará ganarse su confianza e incluso hasta ponerla de alguna manera en nuestra contra —señala el empresario soltando un suspiro de exasperación al ver que su padre nuevamente logra ponerlos en aprietos. —No perdamos de vista lo importante, hemos conseguido una
Julieta observa la enorme habitación a la que el mayordomo la ha conducido para que se instale, el lugar es casi tan grande como todo su apartamento. Dejando la maleta al lado de la puerta observa loa hermoso muebles de madera labrada que parecen propios de la época colonial. Con pasos lentos y la mano apoyada en su vientre recorre la habitación admirando cada detalle, la alfombra persa con coloridos símbolos, el amarillo pastel de las paredes, y al llegar a la cama la palpa sintiendo la suavidad de las sabanas y lo acolchado del colchón. Sin duda puede tener la certeza de que comodidades no le faltarán en ese lugar, aunque a pesar de eso no puede evitar sentir la duda de si será capaz de sentirse a gusto allí. De hecho aún no está muy segura de que haya tomado la decisión correcta, de que estar bajo el mismo techo que Fernando Steinberg sea buena idea. Pero al menos estar allí representa tener que ocuparse de varias preocupaciones que solían estresarla, si bien es consciente de que
—¡¿Acaso no recuerdas quién soy yo?! ¡No puedes prohibirme el paso como si fuera una don nadie, soy la esposa del heredero de todo esto! —reclama Carolina en pleno ataque de furia ante el mayordomo que parado ante la puerta de la mansión Steinberg le impide pasar. —Las órdenes han sido muy claras, señora. Al menos que venga acompañada de su marido no puede pasar a la casa, por lo cual debo pedirle que se retire, de otro modo me veré obligado a llamar a seguridad para que la acompañen fuera de la propiedad —indica el hombre con suma tranquilidad, como si solo estuviese lidiando con el berrinche de un niño. —¿Esto es por esa modelo de cuarta que ha venido a vivir aquí? ¿Esa zorra que ha venido a refugiarse aquí como si fuese la gran señora? Puedo asegurarte de que no tienes idea de con quien te estás metiendo, me encargaré personalmente de que quedes en la calle —protesta la mujer con el rostro enrojecido por la rabia que siente ardiendo dentro de ella como si fuese un incendio descont
—Las imágenes que están viendo es en plena Panamericana, un camión blindado envuelto en llamas, según los testigos todo parece haberse originado por un desperfecto del propio vehículo. Si bien aun se desconoce tanto lo que transportaba como la identidad de la persona que solicitó este traslado, la policía está llevando adelante una minuciosa investigación que sea capaz de brindarnos mayor luz a este asunto —anuncia un reportero compartiendo pantalla con el video en el que se puede ver el vehículo ardiendo. —¡¿Puedes decirme qué demonios significa esto?! —reclama Fernando apagando el televisor y mirando a su abogado sentado en uno de loa sillones del estudio. —Yo… yo no lo sé… todo estuvo verificado, insistí en que se revisara el vehículo para que no tuviese ninguna falla mecánica y así no llamar atención indeseada en el camino. Pero… pero lo que ha sucedido, tiene que haber sido un sabotaje —indica el abogado nerviosamente, con gruesas gotas de sudor corriendo por su rechoncho rostro
—Señor Steinberg, que agradable visita, ¿Debería darle aviso a su padre de que ha venido? Estoy seguro de que le resultará muy grato recibirlo —recibe el mayordomo de la mansión al ver a Timoteo parado en el umbral de la puerta no muy cómodo. —No será necesario, ni tampoco deberías llamarlo mi padre. He venido a ver a Julieta, aino no estaría aquí —anuncia el empresario sin esconder la molestia de que se le recuerde si verdadero parentesco con el dueño de ese lugar. —Por supuesto, adelante, la señorita Julieta se encuentra decorando su habitación, o mejor dicho acondicionándola para el bebé —informa el sirviente con una amable sonrisa indicando con la mano las escaleras. —Sé que irás a comunicarle a Fernando de que he venido, pero te agradecería si al menos me das unos minutos para poder tener algo de privacidad con mi novia —pide Timoteo con una mirada casi suplicante, sabiendo que en cuanto su padre sepa que está allí intentará acercarse a él, aun cuando solo sea para tratar de co
—¿De qué hablas? La convivencia es algo que se va construyendo, de hecho aún no es demasiado tarde. Puedes tomar tus cosas y nos iremos a casa, y si no te parece suficiente, buscaremos una casa que comprar —asegura Timoteo caminando lentamente hacia ella para envolverla entre sus brazos y pedirle que se vayan juntos de allí. —No iré a ningún lado, tu madre me planteó que ya era hora de que diéramos el siguiente paso en nuestra relación. Sin embargo, no siento que estenos preparados para eso, yo quiero dedicarme por completo a mi hijo, y tú estás demasiado ocupado con los negocios, el hecho de cuanto has tardado para venir a verme es prueba de eso —responde Julieta sintiendo una punzada de dolor al tener que reconocer eso. —Yo… el tiempo que le dedico a la empresa es solo algo temporal, hasta que podamos dejar todo en orden. Y sabes bien que quiero ser parte de la vida de ese pequeño , seré todo lo que él necesite —afirma el empresario acercándose a su novia dispuesto a sacarla de all
Estacionada afuera de la mansión Steinberg, Carolina espera el momento de ver salir a Julieta, se ha enterado de que ese día tiene control, y ha pensado que seguramente aprovechará esa salida para dar un paseo. Aunque la verdad es que lo único que a ella le interesa es poder tener un momento con ella, esta vez no solo para advertirle que se mantenga lejos de Ariel, sino para… bueno la verdad es que no está muy segura de lo que hará, pero de lo que sí tiene certeza es de que piensa ponerle fin al hecho de que siempre le esté estorbando. Lleva al menos una hora estacionada allí, y piensa seguir allí todo el tiempo que resulte necesario, no piensa seguir viviendo a la sombra de ella, no va a compartir a su propio marido con una modelo de cuarta. Al ver las rejas de la mansión abriéndose para dar paso al vehículo negro que transporta a Julieta, la empresaria pone el auto en marcha y comienza a seguirlo discretamente. Si bien sabe exactamente la dirección del consultorio del médico, no q
—No necesito que me hables como si fuese una tonta pasante que no tiene idea de lo que tiene que hacer —reclama Carolina notando el tono de voz de reclamo de su marido. —Últimamente es como te vienes comportando, no te dejé a de Research Tecnology solo porque fueses mi socia, sino porque creí que la cuidarías como yo mismo lo haría. Pero quizás ha sido demasiado para ti, si es eso puedes decírmelo y tomaré las decisiones que sean necesarias —determina el empresario que no está contento de que la compañía a la que le dedicó gran parte de su vida esté siendo descuidada. —¡Yo puedo con esto, eso solo que estoy en un proceso de adaptación con lo del embarazo que me ha llevado a descuidarme un poco! Pero ya estoy nuevamente en condiciones de hacer lo que debo! —replica la mujer doblando en una rotonda para no perder de vista a su objetivo, aunque la verdad es que a su mente le parece estar tomando demasiado trabajo manejar y discutir con su marido a la vez. —Entiendo que el embarazo es u