David no se sorprende al darse cuenta que no puede ver a su madre a los ojos, sabe del porqué lo hace: teme ver en ellos la verdad que viene buscando y que, obviamente, no quiere aceptar. Suena estúpido y le hace ver como un pendejo, pero es comprensible ¿quién quiere saber que su madre es una Ninochka? Que siendo sinceros, todavía no está seguro de lo que son o lo que eso significa, pero tiene muy en claro que son compradas al igual que una prostituta del centro, la única diferencia es que vienen con educación y sin enfermedades de cualquier tipo, al menos eso espera.
Algo dentro de él le dice que eso no importa, que es algo sin importancia pues ella sigue siendo su madre y lo seguirá siendo por mucho, mucho tiempo, pero quiere respuestas, porque sabe que no es cierto. Definitivamente algo va a cambiar, ¿el qué? No tiene la menor idea y no quiere imaginarlo; no quiere otro ataque de pá
La mirada de David se centra en el desayuno que yace frente de él, servido en un plato con suaves diseños de flores; los huevos fritos, frijoles y el pan tostado, le hacen sentir una muy pesada nostalgia. Se puede ver a sí mismo de pequeño, esperando con ansias en la entrada de su casa a Luis para poder ir a desayunar con la familia de este; eran más animadas que con la propia.Con su padre o madre en la mesa no se podía hablar, los únicos que podían hacerlo eran los mayores, desde que tiene uso de razón hasta los doce años nunca se le permitió hablar, solo cuando su opinión fuera pedida o se necesitara una respuesta amplia. Recuerda que su hermana prefería mantener la boca llena, no le gustaba participar en esas pláticas... en ninguna, mejor dicho.
El sonido de estática, proveniente de la radio, suena y llena el vehículo en cuestión de segundos, eso la hace salir de su ensimismamiento. Suspira, levanta la mirada del dormido rostro de su Imre y pone atención a las noticias; dos hombres de voces agudas hablan de un asesinato: han matado a una mujer joven y su cuerpo ha sido abandonado en un terreno baldío, desconocen su identidad, pero calculan que tiene unos diecisiete años de edad.Para Begum, escuchar aquello es desagradable; le provoca cierto malestar, incluso un poco de nauseas. No es que esté acostumbrada a una vida color de rosa, pues no es así, ha visto demasiadas cosas y vivido cada una de ellas. Ha sido arrastrada a horribles cuartos para ser tratada como si no fuera un humano, mucho menos un animal; le trataban como un simple cuerpo que requería ajustes.
Para David Alberto, ver el descomunal tráfico en el que se encuentran estancados no es nada nuevo, lo ha tenido que vivir en varias ocasiones saliendo de ensayos o de la escuela, claro que era más llevadero en aquel entonces pues no tenía un compromiso que verdaderamente valiera la pena. Suelta un suspiro, pasa las palmas de sus manos por la tela de su pantalón y desvía su atención a la radio, debe de haber algo bueno.Lamentablemente al encontrarse cerca de cruzar bajo un puente, la señal no es buena para ninguna estación radiofónica y sólo se escucha estática, un sonido molesto e irritante.— ¿Por qué no conecta su celular? Sabe que no tengo ningún problema con eso —el comentario de Luis le hace hacer una mueca, no es como que
La cena del día anterior fue agradable, hubo buena comida y un ambiente cálido envolvió el momento, algo que David y Begum disfrutaron muchísimo; el primero por estar rodeado de personas queridas y que los temas normalmente hablados con su familia no fueron mencionados en ningún momento; el segundo, por poder cenar en una mesa como una persona normal.Igual que la primera noche, David Alberto la subió a la cama en la madrugada para aparentar que estaban durmiendo juntos e igual que ese primer día, ella no pudo volver a dormir. Claro que le ayudó muchísimo el haber tomado una siesta en la tarde, pues así aunque no durmiera no iba a estar cabeceando al día siguiente, pero también le pasó a perjudicar ya que estuvo consiente en todo momento y más cuando su joven Imre se movía.
La Ninochka se encuentra claramente sorprendida; la conversación que lleva su Imre con el joven Abraham es tan animada y sin ningún comentario incomodo u ofensivo, que por un momento piensa que le han cambiado a David Alberto, pero es imposible porque no le ha quitado los ojos de encima. Sigue enfadada con él, pero verlo actuar como esté haciendo le deja la mente en blanco.Voltea a ver por la ventana, los parques que puede observar y las enormes casas le indican que están en un vecindario muy rico, demasiado, más que la privada en donde vivía su Imre está segura, pero al igual que aquella todo se ve muy vacío.No hay niños en el parque, no se escuchan perros, ni siquiera música hay y eso la pone nerviosa, le hace recordar estar encerrada en el cuarto del vac&i
Cuando Abraham vuelve a casa, se encuentra con la sala y cocina vacías, pensando lo peor se dirige a los cuartos; temiendo que al abrir las puertas le reciban con una escena que no quiere ni imaginar. Duda mucho que David fuera a tener algo que ver con la Ninochka, pero tiene en claro que con poder las personas cambian.Al menos eso fue lo que su padre le enseñó y los que pertenecen a su círculo social, no han hecho más que confirmar aquellas palabras.Termina de revisar las habitaciones, en ninguna de ellas los ha encontrado y eso le hace cruzarse de brazos, está aliviado de no haber encontrado alguna escena sexual, pero ¿dónde pudieran estar? Sin mucha esperanza se encamina al jardín trasero y la imagen que le recibe hace que sus brazos caigan a los lados de la impresi&oac
En verdad que Begum no podía creerse el tipo de Imre que le había tocado. Todo lo que rodeaba a David Alberto era un maldito laberinto, él era uno en todo caso. Tanto por su forma de mirar el paisaje, como la forma en hablarle a ella cuando estaban solos. Lo mucho que confiaba en ella y lo poco bien que la trataba; en cuestión de minutos aquel que duerme en su regazo era capaz de hacerla sentir especial y a la vez insignificante.Lo tan rico y poderoso que era, pero lo tan humilde que había sido con aquellos hombres sin casa fue como ver uno de aquellos show en donde un hombre metía la cabeza en el hocico de un cocodrilo: solo se espera el momento que algo malo ocurra. Aunque no los ayudó de a gratis, lo hizo con la intención de tener trabajadores y, por lo que dijo en la mesa, más compradores que ayudasen para salvar a Arlyn
Ya han pasado dos semanas desde que se habían hecho con aquella casa del Campo Algodonero sur, fue incomodo los primeros días para ambos al ser los únicos en aquella vivienda, pero se acostumbraron.La relación que mantenían Begum y David Alberto, era meramente profesional y solo cruzaban palabras cuando estaban en la mesa o cuando el joven Imre le pedía algo, cosa no ocurría todos los días. Él logró conseguir buenos maestros privados para ella, también alguien que le instruyera para aprender a tocar el violín. Eso último no funcionó del todo bien, en verdad la Ninochka no tenía nada don y al no gustarle, ambos se inclinaron por mejorar su manejo en el piano.Como bien había dicho Abraham su padre ahora le veía como un