El silencio que reina en el lugar es tal que David Alberto puede escuchar sus propios latidos e incluso la respiración acelerada de Abraham, lo cual entiende perfectamente porque está seguro que su mejor amigo ha identificado fácilmente quien es la que yace en el escenario con banderillas clavadas en la espalda, como si de un toro en la final de una corrida se tratara.
Las palabras que le ha dado no han sido al azar, pero tampoco están en un lugar donde claramente les dijeron que guardaran silencio; no quiere saber qué pasa si no hacen caso.
David Alberto recuerda el día de la graduación de preparatoria y lo bien que se la pasó con sus amigos y compañeros de clase, también lo mucho que se rio cuando lo escogieron como rey del baile. Sabía que era popular, pero
Begum pasea nerviosamente por toda la habitación del hotel, apenas han pasado quince minutos desde que David Alberto se fue y ella no puede ni tomar asiento, ¿y si algo había pasado? Lo duda, ya que, las ventas de Ninochka nunca han terminado en conflicto, pero ¿qué pasaba con esas personas que les estaban cazando? se pasa las manos por el cabello y se sienta en la cama, vuelve a ponerse de pie y sigue rondando por el lugar.No tuvo que haberlo dejado ir.No es que no supiera de ese dolor que aparece en las mejillas cuando uno sonríe por mucho tiempo, pero sí pasó demasiado para que volviera a sentirlo. Por cinco años tuvo que mantener la mirada baja, las manos atadas y la boca cerrada, todo bajo completa sumisión por miedo a que algo horrible le pudiese haber pas
Si su orgullo todavía fuera lo más importante para él, alejaría el oscuro cuerpo del suyo y actuaría como una mierda egocéntrica con un humor retorcido y diría comentarios tan horribles que ni le importaría quién resultara herido o simplemente se levantaría y se iría de ahí, alejándose lo más que pudiese, sin embargo, ya no es así.Observa con sumo detalle el rostro de su compañera, luce cansada y no duda que se haya mantenido despierta toda la noche solo por cuidar de que no le diera un ataque o sufriera un episodio nocturno. ¿Cómo ella podía seguir haciendo tanto por él? Si seguía así, solo haría del "adiós" algo sumamente doloroso.Atrae cuidadosamente contra sí
La expresión en el rostro de Arlyn no le pasa desapercibida, definitivamente está molesta con ir en el mismo vehículo que Abraham, pero por lo que escuchó por parte de Yaro es que la hermana de David Alberto tampoco soporta estar con Teresa. Pobre mujer, si seguía así iba alejar a sus hijos más de lo que ya estaban.Escucha la risa de su padre, lo busca rápido con la mirada y al encontrarlo, no duda en reunirse con él, pues David Alberto se encuentra arreglando los últimos detalles del contrato para rentar los autos.—¿Todo bien? —pregunta su padre en cuanto ella se pone a su lado, apoyándose en él.—Sí, sólo quería
El clima en Ciudad Juárez es una de las cosas que Begum sigue sin entender, en las mañanas podría hacer frio o calor, en las tardes un fuerte viento iba a levantar la tierra y en la noche una oscura calma iba a caer, sin embargo, había ocasiones que se invertían o como amanecía iba a oscurecer, pero hoy, viendo la caja de madera donde yacen las cenizas de Teresa Herrera Cabriales, escucha nuevamente el cielo caer en forma de lluvia.Desde que amaneció, la lluvia no ha cesado y duda mucho que vaya hacerlo, pues las nubes siguen tan juntas y oscuras que no dejan entrar ningún rayo de sol a través de ellas. Dejando de lado que ya pasan las dos de la tarde.Voltea a ver el reloj que yace en la mesa de centro, perdiéndose en el lento andar de las manecillas del reloj. David Alberto no ha llegado, cosa que le preocupa muchísimo, pues el pobre no ha dejado de ir a las estaciones correspondientes en b
EPÍLOGOArlyn ve por la ventana, golpeando con su dedo el grueso vidrio sin llevar un ritmo en especial, solo escucha el ruido que provoca y trata de concentrarse en él lo suficiente para no recordar nada de lo ocurrido en los tiempos de ajuste. En las grandes manos que sujetaron su cabeza con firmeza y la obligaban a llevar más lejos aquel desagradable sabor, lastimando todo a su paso y haciéndola vomitar al final.Cierra los ojos con fuerza y tiembla al sentir el escalofrío que le recorre la espalda, se lleva la mano derecha al cuello y se obliga a mantener el control, debe mantener la postura. Se tiene que recordar que ya salió de ese lugar, está a salvo.— Arlyn, ¿estás bien? —la pregunta de Abraham le hace temblar, abriendo poco a poco los ojos— ¿Tienes frio? —hace una mueca, viendo el desértico paisaje.— Mi chamarra está en el asi
La chica frente de él comenzó a temblar y eso le hacer una mueca, es desagradable; las gordas le dan asco y no podía creer que la vaca esa se creyese lo suficiente como para acercarse y peor aún pedirle salir. No salir a caminar, no salir a tomar un café, ella se refería a salir de cita. Qué ridícula; qué ridículo se vería él cerca de ella. Soltó un suspiro, paseó la mirada un rato por su alrededor, notando a su hermana cerca y también a sus amigos, obvio que había más gente en el lugar y eso era malo. Estaba siendo el centro de atención y por culpa de una estúpida que soñaba con él.No la culpa, él es el chico perfecto. Tiene las características físicas que una chica de 16 años buscaría, pero en definitiva e
La clase de música se le hace de lo más aburrida, ya han pasado años desde que ha empezado y la emoción se ha evaporado con el tiempo; prefiere gastar su tiempo en clases de francés o dando otro recorrido en el campo algodonero, que en este mes de seguro se ha de ver desértico, pero puede comprender porque su padre le ha obligado a tomar esas clases, en especial de guitarra y violonchelo. Son instrumentos que ayudan a la postura; los músculos del brazo y espalda a incrementar de tamaño, además de hacerlo ver más masculino.Del otro lado del salón, en donde el sonido de diferentes instrumentos suena con desiguales, se encuentra su hermana usando el violín y se le ve cansada, de ella es quien proviene las notas melodiosas. Últimamente su padre les ha puesto más extras después de clases
La expresión de David Alberto es capaz de leerse desde la distancia y vaya que era mejor mantenerla así para no recibir alguna clase de comentario impropio o un insulto bien elaborado, sin caer a lo vulgar claro. La forma en que mira al frente con sus cejas juntas por lo mucho que frunce el ceño, la mueca de total desagrado e incomodidad, más sus brazos cruzados a la altura del pecho, deja en claro que al verse sentado al lado de su hermana por tercera ocasión, no era lo que esperaba.Arlyn ha hecho un trabajo impresionante ignorando al cascarrabias de su mellizo, sin embargo, no puede evitar maldecir por lo bajo cada vez que él se remueve en su asiento, golpeándole por accidente (al menos eso espera) con los codos.Los asientos son incomodos para David, tanto por la tela, como por el hec