Caminamos por los pasillos. Era curioso como las personas se podían conocer siempre y cuando tenían buenos gustos en común. Era muy bonita aquella sensación de encajar en un grupo dónde poco a poco, ves probabilidades de ver una amistad en el futuro. Mi hermano gemelo siempre hablaba bien de las personas que estaban a su alrededor, así que, siempre tenía una tenue ilusión de que me pasara lo mismo.Siempre había tenido celos de mi hermano por esa parte. Él podía salir de casa. Él podía tener grandes amigos que siempre estaban en las buenas o en las malas. Si era cierto que los más íntimos de él se volvían mis amigos, pero siempre era por algo de interés. Nunca habían sido mis amigos de verdad. Por eso estaba emocionado en encontrar a este grupo, y más ahora, que Sama no se alejaba de mí contándome su vida. Ella decía que era la hermana pequeña de la familia, que tenía dos hermanos mayores a parte de ella: Ride y Santta. Ella decía que estaban casados, y que su padre esperaba mucho de
NARRA ARTHITEra increíble la forma en que se parecían. Uno era la persona más extrovertida que jamás había visto, y él, no hablaba. Me intrigaba saber más de él. Quería conocerlo. No sabía el porqué, cuando veía su sonrisa… ahí me tenía atrapado. No había sentido esto desde hace mucho tiempo, no desde que había conocido a Flex en mi primer semestre. Si, es un imbécil, era un idiota, pero el abrió mis ojos al mundo. Me hizo darme cuenta que los seres humanos no eran más que las criaturas más diabólicas, más malvadas del planeta.Aunque el profesor hablara dictando aquellas palabras que se suponía que debía de estar escribiendo, mis ojos lo veían a él. Mikla había sido mi salvador muchas veces de personas que querían abusar de mi inocencia, por eso, entendía que había algo diferente cuando Mork cruzó por aquella puerta. Era el único chico que usaba el uniforme correctamente, el que se peinaba bien, el que no tenía e
NARRA ARTHIT —¿Si verdad? —sonreí—, estoy más que aliviado. —Hola, Lydia —Saint levantó sus dos manos. Lydia sonrió devolviéndole el saludo—, ¿estás bien? —Si Saint, no te preocupes tanto, hombre. ¡Que adorable eres! Te queda bien ese peinado —el se sonrojó. Miré como se llevó las manos hacía su cabello, aquella pollina le cubría la frente. Reí. —Lydia…—fue Kris quién habló. Mi hermana lo miró fulminante—, que guapa te ves hoy. —Gracias —traté de no reírme. Sabía lo difícil que era para Kris decir un cumplido decente—, ¿Qué? ¿Perdiste una apuesta para decirme algo bonito? —¡Claro que no! ¡Jamás te usaría como apuesta! —todos lo miramos dudoso, por su tono de voz. Había estado nervioso. Se enderezó sobre su asiento—, simplemente me salió del alma decírtelo. ¿Puedes apreciarlo, sabes? Me quedé callado. ¡Iba tan bien! Joder. Negué con la cabeza, rodando los ojos. Aquí íbamos de nuevo: Kris le hablaba bonito, Lydia contestaba provocándole, y este no aprendía a canalizar su ira. Vi c
Capítulo III CANCIÓN: WITH A SMILE FROM — STILL2GETHER SOUNDTRACK NARRA MORK Toda mi vida me había preguntado que se sentía en tener un grupo de amigos que te dieran la bienvenida, con los brazos abiertos sin querer algo a cambio. Siempre quise saber como era que ellos te contaran todas las cosas que hacían todos los días, siempre quise saber ese sentimiento de pertenecer en algo que realmente valía la pena. Sí, era cierto que, a Jay, Sama y a Dean los conocí hoy, que no sé precisamente nada de ellos, pero por la forma en que hablaban, por la forma en que se trataban realmente cariño ahí. Me gustaba. Me gustaba sentir la forma en que ellos me preguntaban cosas. Me gustaba sentir como me incorporaban a la conversación cuando quería decirme algo, o querían preguntar algo sobre mí sin hacerme sentir incómodo. ¿Será que por fin había conseguido a mis amigos? ¿Será qu
Me quedé en silencio. ¿Cómo le puedo decir a ellos que estaba soñando con la persona que no debería de soñar? ¿Qué había conocido en este día, pero que aún así no podía dejar de pensar en él? Me sonrojé un poco, limitándome solo a seguir mi silencio. No quería decir nada. No quería responder nada. Porqué no quería decir: Estaba teniendo una cita imaginaria con Arthit. No. No podía. Reí. —¡Nada! Recordé… Recordé cuando iba a visitar a mi familia en navidad, sí, eso —mentí. Dean frunció el ceño, y Jay carcajeó. Sabía que yo mentía, así que agradecí que no dijera nada. —Bueno, si es lo que piensas de acuerdo —me alivié cuando Dean le besó en la frente a Jay—, pero creo que tenemos que irnos. Ya es momento de clases. ¿Qué les parece si cuando salgamos, vamos al café azul? —¿El café azul? —pregunté, abriendo los ojos recordando las palabras de Yos. —¡Si! —sonrió divertida Sama—, es el lugar más codiciado de todo el campus. Es un lugar para divertirnos, socializar, y encontrar el amor. M
NARRA ARTHIT Estaba viendo la escena entre Mork y Flex. ¿Cómo puedo dejar que al menos vaya hacía a él, y le pregunte esas cosas? ¡No, no era posible de aquello! Sí, me enojaba que él estuviera interesado en él. Porqué lo conocía. Sabía cuál era su sucio plan: Atacar a los recién ingresados, por qué no conocían nada de aquel sujeto, de aquel hombre que muy sencillamente podían caer rendidos a sus pies. Apreté mis dedos sobre mi mano, rascándome un poco aquel círculo sobre mi palma, cosa que siempre lo hacía cuando me ponía nervioso o ansioso. Me oculté en la pared cuando Mork se alejó de Flex. Sonreí alegre en ver que no estaba interesado en él, pero la batalla no iba a ser fácil: Flex si estaba interesado en Mork. Maldije mil veces, soltando un suave suspiro para morder suavemente mi labio inferior cuando miré como este, había pasado por el pasillo dónde estaba oculta mi espalda. Reí, reí al tal punto que sabía que escuchó mi voz, porqué se giró viéndome con aquella típica sonrisa q
—No puedo verte de esta forma, Arthit —miré a Win. Solté un suave suspiro, a medida que mi dedo secaba las lágrimas que caían sin darme cuenta—, sé que nunca me has contado nada sobre tú relación con Flex, pero eso no significa que tengas que matarlo a golpes. ¿O es quieres que te expulsen? —bajé la mirada, el siguió hablando—, tú padre se va a enterar. Se va a enterar y…—¿Y que más da? Una mierda menos —tragué. Nunca decía palabras groseras, pero en estos momentos, la rabia y la frustración que sentía en mí no era normal—, me da igual si se entera. Me da igual que me expulse. A mis padres siempre les he parecido una decepción, ¿por qué tengo que fingir que todo está bien cuando estoy con ellos? ¡Me da igual que me expulsen! ¡Me da igual que se entere! —me reí fríamente, viendo mi mano vendada—, lo único que quiero es ser libre. Feliz. Y siendo alguien que no soy, no lo soy.—Arthit…No pude decir nada más. Mi corazón estaba tan desenfrenado que en cualquier momento se saldría por mi
—Ah, y otra cosa —volteé a verlo—, deberías de tener cuidado. Porqué Mork está por aquí cerca. ¿Y no quieres que él venga a mí, cuando te vea en este estado, cierto? —maldije al escucharlo—, adiós. —¿Estás bien? —escuché la voz de Win. Asentí con la cabeza, tratando de calmar mis impulsos, solo que no podía hacerlo—, Flex es un idiota. Pero quiero saber, ¿Qué ha pasado entre ustedes? ¿Y por qué no me has dicho nada? Solo supe que tuviste una relación con él, que después de eso… —Cambié —admití seriamente, suspirando para pasarme una mano por mi cabello—, te la diré, pero primero, vamos al bar. —¿Y las clases? —me preguntó frunciendo el ceño, lo miré divertido. —Si es cierto, iremos a buscar mi mochila, y nos vamos. Aseguré. Pude ver el rostro de desesperación de él, pero, ¿quién era él para acelerar el proceso cuando la historia es interesante? Sé que al final, me va a agradecer de no haberlo contado antes. Respiré hondo cuando volvimos al salón, ahí estaban nuestros amigos. Uno e