El Jefe de la mafia, Alejandro, avanza con seguridad por el suelo de la discoteca, con una expresión tensa en el rostro, vistiendo su traje y corbata habituales, zapatos negros y el cabello cuidadosamente arreglado.
Las luces parpadean sin cesar y a su alrededor se encuentran varias mujeres hermosas y seductoras. Aunque sus ojos se cruzan con los de algunas de ellas, él continúa avanzando por la sala.El teléfono que sostiene en la mano no deja de sonar y él lo contesta impaciente, en medio de una tensa conversación con su subordinado.- ¿Qué ha pasado, Fernando? - pregunta Alejandro, con seriedad en su rostro.- Jefe, la situación aquí es complicada. La banda de las Nieves sigue con sus chantajes, y eso no es todo. Tienen aliados, jefe. Nos estamos quedando atrás, necesitamos encontrar un buen aliado, y rápido.Alejandro maldice en voz alta, entrecierra los ojos y responde.- Entendido. Maldición. Pero voy a acabar con todos. Nadie me va a ganar.El Jefe está nervioso, continúa la conversación con su subordinado, pero la furia en sus ojos es evidente. Quiere resolver el problema, pero no sabe cómo. Ni siquiera las atenciones de su secretaria, que lo espera en el vestíbulo, son capaces de disipar los problemas que atormentan su mente esa noche.La dualidad de su vida, dividida entre la dirección de una gigantesca multinacional y su implicación en el turbio mundo de la mafia, pesa sobre sus hombros. Los enemigos se multiplican y él siente una presión constante, con lugares y aliados tomados por fuerzas opuestas. La única salida que ve es una alianza con una poderosa familia mafiosa, pero la pregunta es: ¿con quién?- Necesito que encuentres una buena familia mafiosa que se una a mí, para poder tener el poder que tanto deseo, ¿me oyes? Quiero que vuelvas pronto con buenas noticias.dice Alejandro autoritariamente a Fernando, que simplemente responde: - Sí, señor'.Mientras deambula entre las mesas del club nocturno, discutiendo acaloradamente por teléfono, sus ojos se detienen en una figura solitaria: una mujer joven, sentada sola, atrae su atención. Alejandro se da cuenta de que tiene una belleza sin igual. "¿Quién será?", piensa mientras la mira con curiosidad.- Ahora te llamo, haz lo que te digo. - Dice el director general, dando por terminada la conversación con Fernando y guardando su móvil en el bolsillo del pantalón.Alejandro vuelve a mirar a la hermosa chica que ha capturado su atención. Emana una belleza cautivadora y, por un breve instante, su instinto mujeriego le tienta a acercarse a ella. Sin embargo, al notar la tristeza en sus ojos, decide tomar una copa y seguir adelante. A veces, la solución más sensata es simplemente relajarse.- Mejor no. La mejor opción es beber y luego salir de aquí. - Se dice a sí mismo, acercándose al camarero.Se sienta en uno de los taburetes cercanos al mostrador, pide unas copas y las consume una tras otra. El director general opta por un trago fuerte, sin importar lo amargo que sea.Después de unos tragos, decide abandonar el club, ya que nada allí parece poder calmar sus nervios. Piensa en llamar a una de sus empleadas y tal vez pasar la noche con ella. Una sonrisa aparece en los labios del hombre, eso es lo que quería. Alejandro deja una nota para pagar las bebidas en el mostrador y se ajusta el traje para marcharse.Cuando se levanta y cruza el estrecho pasillo, su mirada vuelve a posarse en la mujer solitaria. Ahora parece más ebria y, en cierto modo, aún más atractiva. Siente una opresión en el pecho, sabe que quiere aprovecharse de la situación, pero su conciencia se lo impide. Evita mirar en esa dirección y sigue adelante.Sin embargo, cuando ya está muy lejos, la voz de la mujer le llama, como si leyera sus pensamientos.- ¿Chaval? - le pregunta, esperando su respuesta. Su voz es dulce y suave, sus ojos están clavados en los del director general, que no puede apartar la mirada.Es demasiado para él. A pesar de su naturaleza pervertida, conserva un sentido de la moralidad. No se aprovechará de una mujer intoxicada.Se acerca a la mujer y se sienta frente a ella. La proximidad revela su belleza aún más intensamente, y mientras la escucha hablar, surge una sensación de familiaridad. Esa voz, esos rasgos... Y después de que el director general le pregunte su nombre y escuche a Lucía, empieza a comprender. Es una de sus empleadas que busca trabajo, recordando su currículum.Mientras ve a la mujer hablar, escuchando sus problemas y casi llorando delante de él, Alejandro admira su aspecto y escucha sus palabras, oyendo su voz dulce y su boca ligeramente rosada. Le aparta el pelo de la cara y se da cuenta de que la mujer que tiene delante cambia de postura, y siente lo mismo que ella, una chispa entre los dos.De repente, ella se acerca a él y le roba un ardiente beso. Alejandro no se lo esperaba; su cálida boca se une a la suya, su sabor es irresistible. En ese momento, se despreocupa y se deja llevar por la pasión que se enciende entre ellos. No importa si está borracha o no; ella ha tomado la iniciativa, y él está dispuesto a aprovechar la oportunidad que se le presenta.La agarra del pelo, las acerca, sus bocas bailan de forma sensual e intensa. Su boca es suave y muy sabrosa. La desea, siente que se le estruja el corazón. No sabe lo que es, pero no se detiene. La mujer gime entre besos y sus manos tocan el pecho del hombre.Su tacto lo mantiene besándose; sus lenguas bailan, y en ese momento, él no quiere olvidar aquella noche caliente y ardiente.- ¿Qué me estás haciendo, chica? - le pregunta mientras le suelta los labios. Ella abre los ojos y se queda mirando, sin saber qué responder. El director general vuelve a unir sus labios a los de ella, besándola con más voracidad.Lúcia.Lucía siente su mente nublada por la borrachera mientras intenta centrarse en la realidad que la rodea. Parpadea lentamente, intentando aclarar su visión.Para su sorpresa, se encuentra en un lujoso piso, pero lo único que ve es un borrón delante de ella. Su último recuerdo es haber besado a un misterioso desconocido en el bar. No puede creer que esté allí, con un desconocido.El misterioso hombre, con un aura de misterio que no hace más que aumentar, se hace presente, se acerca a ella y le desabrocha la camisa. Lucía se esfuerza por verle la cara, pero su estado de embriaguez se lo impide. Solo puede ver sus hermosos abdominales.Tiene los ojos medio cerrados, pero intenta mantenerse despierta. El hombre empieza a hablarle de forma seductora y sensual, intentando averiguar más cosas sobre la mujer que está allí.- Lucía, ¿qué haces aquí, quién eres en realidad, por qué has bebido tanto esta noche, quieres desahogarte? - Él siente curiosidad por ella, sus ojos no se apartan de l
Lucía.El Misterio del DesconocidoMientras el suave sol de la mañana comenzaba a iluminar más la habitación, Lucía seguía intentando descubrir quién era el hombre de la noche anterior. Todavía se sentía adormilada y se estiraba en su cama.Lucía bostezó adormilada. Sin embargo, no se detuvo allí; tenía que seguir buscando. Pero algo llamó su atención: un pequeño trozo de papel estaba en el escritorio junto a su cama.La curiosidad la llevó hasta allí, y sus manos delicadas agarraron el misterioso papel. Con los ojos fijos en las palabras escritas, leyó en voz alta: "Si descubres quién soy, prometo cumplir cualquier deseo tuyo".Un escalofrío recorrió su espalda. El enigma la dejó inquieta, pero la sensatez la hizo cuestionar la veracidad de la promesa. Llevaba solo unos días en la ciudad y apenas conocía a nadie. ¿Podía ser esto solo una broma de mal gusto? Era difícil creer en algo tan surrealista.- ¿Quién es este tipo? ¿Cómo voy a saber quién es? - Hizo una mueca y guardó el pequeñ
Lucía:El sol está en lo más alto en el cielo mientras Lucía, retrasada y sin desayunar, se apresura frenéticamente hacia su entrevista crucial. El tiempo se le escapa entre las manos; con su cabello alborotado, los dientes apresuradamente cepillados y la ropa arrugada del día anterior, la deja en un estado de frenesí. Se regaña a sí misma en susurros.— Maldición, no estoy nada bien, pero no hay elección. - Agarra su bolso de documentos y sale apresurada, tiene que llegar pronto al edificio de la empresa.Minutos después, frente al edificio de la entrevista, la misma secretaria con mirada despectiva del día anterior la recibe, pero Lucía permanece imperturbable.Mientras enfrenta la entrevista, flashes de la noche anterior la atormentan: un hombre misterioso y la enigmática carta que él dejó, un enigma irresistible. Trata de mantener el enfoque, pero su mente obstinada la arrastra hacia esos momentos.La secretaria registra meticulosamente cada palabra que sale de los labios de Lucía,
La barriga de Lucía hace ruido, y rápidamente encuentra una bonita panadería cercana, cuyo olor acogedor la rodea. Con el poco dinero que le queda de la noche anterior, compra algo para comer, pero sus preocupaciones la atormentan.— Espero que no tenga nada que ver con la salud de él. — murmura, casi en un lamento, recordando la conversación con su padre.Lucía encuentra una mesa estratégicamente ubicada junto a la ventana, donde el sol derrama una suave luz sobre el acogedor interior de la panadería.Mientras disfruta de su recién adquirido refrigerio, su mente está llena de pensamientos, un rompecabezas de vida que necesita resolver.La búsqueda de trabajo, las cuentas por pagar, la salud de su padre y ahora el hombre enigmático con quien compartió una noche especial.La mujer está envuelta en preocupaciones, su expresión reflexiva iluminada por el sol de la mañana, que juega con los mechones de su cabello. Lucía se pone seria por un tiempo, sin saber qué hacer ahora.Después de sac
Lucía se despierta temprano a la mañana siguiente, con el cuerpo agotado por la falta de sueño tras la angustiosa conversación con su padre. Una oscura premonición la abraza y su corazón late con el presentimiento de una terrible tragedia inminente.Fuerza una sonrisa, consciente de que es su primer día en la famosa empresa. Hoy comienza una nueva etapa en su vida.Lucía se prepara un tentempié con lo que tiene en su piso. El día anterior había comprado algunas cosas en el mercado de al lado y se come una barra de pan que ha preparado. Sabe bien, y se apresura a comerlo rápidamente, saboreando el maravilloso sabor. Cada bocado era un alivio para su hambre.Tras saciar su hambre con el último trozo de pan, Lucía se levanta de la silla con determinación. No tiene tiempo que perder.Se dirige rápidamente a su armario y elige un atuendo discreto, optando por una blusa de manga larga, combinada con un jersey de color oscuro. Los pantalones de cintura alta acentúan su silueta de forma impec
Lucía lucha internamente por mantener la compostura, sabiendo que cualquier vacilación podría empañar su primer día en la empresa. La oficina, un espacio moderno con paredes de cristal que revelan una vista panorámica de la ciudad, parece perfectamente organizada.Sin embargo, la forma en que la mira, tan de cerca, le hace parecer cada vez menos atractiva, pero ella se esfuerza por evitarlo.El jefe de Lucía la observa con una intensidad que la perturba; sus ojos penetrantes escrutan cada detalle de la mujer, especialmente las expresiones de su rostro. Alejandra se da cuenta de lo guapa que está, a pesar de que su ropa informal oculta su hermoso cuerpo.Y la placa le quedaba bien. El mafioso pensó que Lucía sería una de esas chicas tímidas y obedientes, pero aún no estaba seguro.La luz del sol de la mañana llenaba la habitación, resaltando todo el espacio de la oficina.El mechón de pelo detrás de la oreja había dejado ver más de su cara redonda y delicada; el hombre no podía negar q
El día avanza, y Lucía permanece sola en la sala trabajando, la penumbra del atardecer arroja sombras en las paredes, creando un ambiente lleno de misterio. El silencio solo se rompe por el constante sonido de la lluvia afuera, golpeando suavemente contra la ventana. Se pregunta, ¿qué habrá sucedido para que su jefe se fuera tan temprano de esa manera?La oficina está vacía ahora y en silencio, iluminada solo por las tenues luces del techo. Su jefe parecía estresado, tal vez algo terrible hubiera ocurrido. Ella no lo sabía.Pero en su primer día, Lucía da lo mejor de sí misma, sigue todas las órdenes que él le había dado, y antes de irse después de terminar su trabajo, Alejandro aún no había regresado. Lucía se encoge de hombros y firma la hoja después de salir de la oficina, era una regla de su jefe, que todos los asistentes de la empresa firmaran la hoja al entrar y salir, para que él pudiera llevar un control adecuado de todo.Era viernes y al día siguiente sería su día libre, un d
La habitación del hospital parece pequeña y sofocante, como si el peso de las revelaciones de Olívio hubiera hecho que el aire fuera más denso. Lúcia está atónita, las lágrimas comienzan a correr por su rostro mientras intenta procesar toda la información que su padre le está dando.— ¿Me estás diciendo que nuestra familia forma parte de una organización mafiosa? ¿Y que mi madre murió por eso? — Lúcia pregunta a su padre, tratando de entender todas esas palabras que no tenían sentido alguno. Todo lo que recibe como respuesta es un leve movimiento de cabeza de su padre, afirmándolo.Olívio continúa, su voz debilitada por el tiempo y la enfermedad, pero decidido a compartir la verdad que ha guardado durante tanto tiempo.— Sí, Lúcia, me estoy muriendo. Y lo que tengo que contarte es la herencia sombría de nuestra familia. Formamos parte de una organización mafiosa con raíces profundas que se extienden a lo largo de generaciones, y estás destinada a un destino que yo desearía haber evita