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5 - El enigma misterioso. El admirador.

Lucía.

El Misterio del Desconocido

Mientras el suave sol de la mañana comenzaba a iluminar más la habitación, Lucía seguía intentando descubrir quién era el hombre de la noche anterior. Todavía se sentía adormilada y se estiraba en su cama.

Lucía bostezó adormilada. Sin embargo, no se detuvo allí; tenía que seguir buscando. Pero algo llamó su atención: un pequeño trozo de papel estaba en el escritorio junto a su cama.

La curiosidad la llevó hasta allí, y sus manos delicadas agarraron el misterioso papel. Con los ojos fijos en las palabras escritas, leyó en voz alta: "Si descubres quién soy, prometo cumplir cualquier deseo tuyo".

Un escalofrío recorrió su espalda. El enigma la dejó inquieta, pero la sensatez la hizo cuestionar la veracidad de la promesa. Llevaba solo unos días en la ciudad y apenas conocía a nadie. ¿Podía ser esto solo una broma de mal gusto? Era difícil creer en algo tan surrealista.

- ¿Quién es este tipo? ¿Cómo voy a saber quién es? - Hizo una mueca y guardó el pequeño trozo de papel en el bolsillo de su ropa antes de continuar buscando pistas sobre el hombre en la habitación.

Mientras Lucía intentaba resolver el enigma, su teléfono sonó repentinamente, haciéndola dar un respingo.

Contestó apresuradamente al ver que era un número desconocido. Había algunas llamadas perdidas, probablemente debido a que el alcohol de la noche anterior la había hecho dormir profundamente.

Del otro lado de la línea, una voz femenina se hizo escuchar.

- Buenos días, Señora Lucía Medeiros. Soy la secretaria de la empresa NightWish, ¿está bien? ¿Puede asistir a una entrevista dentro de media hora?

Era la secretaria de la última empresa que había visitado. Lucía se quedó atónita al enterarse de que había conseguido una entrevista, y el horario se acercaba rápidamente.

Respondió tratando de contener su felicidad.

- Sí, puedo. Muchas gracias, y que tenga un buen día.

Una ola de alegría y gratitud la invadió, apenas podía creer que finalmente estaba recibiendo una oportunidad. Agradeció efusivamente a la secretaria y prometió llegar a tiempo.

Había recibido un mensaje con la dirección de la entrevista, solo tenía que pasar por la recepción, mostrar sus documentos y dirigirse a la sala de reuniones.

La prisa y la emoción la dominaron mientras apagaba el teléfono y se apresuraba a reunir sus pertenencias. También tomó el enigmático papel y lo guardó en su bolso antes de dirigirse al ascensor. Era mejor tenerlo en el bolso que en el bolsillo, tenía miedo de perder ese valioso papel.

La recepción del hotel estaba vacía, excepto por un recepcionista listo para ayudar.

Lucía, aún con la curiosidad picando en su mente, abordó al recepcionista en busca de información sobre lo que había ocurrido la noche anterior.

- Por favor, necesito saber quién era el hombre que estaba conmigo en la habitación, no recuerdo su nombre y solo quiero agradecerle. ¿Puede decirme su nombre o al menos algunas características?

El hombre negó con un gesto de cabeza.

- Va en contra de las normas revelar la identidad de los huéspedes, Señora, no puedo ayudar.

Lucía frunció el ceño y simplemente sonrió forzadamente antes de alejarse de él; él no podía hacer más nada, ella no iba a obtener respuestas.

Antes de irse, el hombre la llamó.

- Señora? - Lucía se volvió y él continuó. - El caballero que estaba con usted pagó la cuenta, eso es todo lo que puedo decirle. Espero que tenga un buen día.

Eso dejó a Lucía aún más intrigada. ¿Quién sería ese hombre rico y enigmático que compartió la noche con ella y ahora parecía querer mantener su identidad oculta?

- De acuerdo, gracias. Que tenga un buen día también.

Lucía se alejó de allí; tenía que llegar a la empresa, pero ese hombre misterioso la estaba volviendo loca. Se preguntó si realmente debía embarcarse en este juego, intentar descubrir su verdadera identidad y así reclamar su premio. Cautelosa pero decidida, tomó una decisión: estaba dispuesta a hacer esa apuesta. Después de todo, ¿quién podría resistirse a la promesa de cualquier deseo concedido?

Lucía no se rendiría; encontraría quién era ese hombre, pero lo que era terrible era que no recordaba su rostro, solo recordaba su voz, profunda y sensual. Pero el rostro, no lo recordaba. Aun así, no se daría por vencida.

- Espérame, Señor, descubriré quién eres y, cuando lo haga, quiero que cumplas tu promesa.

Lo dijo con determinación. Al salir de allí, pidió un taxi y esperó a que llegara a su destino: la empresa del CEO misterioso.

Alejandro...

Al día siguiente, Alejandro se encontraba inmerso en su empresa, con un fuerte café recorriendo sus venas, su pulso acelerado por la ansiedad que lo dominaba. Apenas podía esperar el tan esperado encuentro con Lúcia.

Instruyó a su secretaria que contactara a Lúcia para programar una entrevista. La noche anterior había sido una tormenta de pensamientos y deseos, una tempestad de sentimientos desconocidos que lo atormentaban, pero ansiaba, más que nada, volver a verla.

Mientras se sentaba en su imponente escritorio, sumergido en su trabajo, Alejandro tomó el teléfono y llamó a su subordinado, Fernando. Su voz grave resonó en la sala.

- Fernando, quiero cada pedazo de información sobre Lucia Medeiros y su padre. Tienes hasta la hora del almuerzo para entregarme todo lo que encuentres.

Fernando estaba perplejo, sin comprender completamente el ardiente interés del CEO por la chica. Sin embargo, nunca cuestionaba las órdenes de Alejandro; era leal y obediente, siempre.

- Claro, jefe. Estaré en su oficina en breve - respondió Fernando, decidido a cumplir con la enigmática misión.

Alejandro sonrió, una sonrisa cargada de emoción y misterio, y colgó el teléfono. Su trabajo continuó, ahora con un entusiasmo renovado. Sentía que algo extraordinario estaba a punto de suceder, algo inesperadamente bueno que lo envolvía por completo, y confiaba plenamente en que Fernando descubriría este enigma rápidamente.

La ansiedad crecía a medida que imaginaba a Lúcia llegando a la empresa. Apenas podía esperar verla, pero en sus pensamientos también había un toque de picardía.

- ¿Acaso, al verme, Lúcia reconocerá al hombre detrás del CEO? - reflexionó con una sonrisa traviesa. Imaginó el mágico momento de estar frente a ella, mientras ella permanecía ajena a su verdadera identidad.

Sin embargo, Alejandro estaba a punto de descubrir que Lúcia no era una mujer común. Estaba decidida a desentrañar el misterio que rodeaba a ese hombre que la intrigaba profundamente. No se detendría; llegaría hasta el final para descubrir todos los secretos que Alejandro ocultaba, sin importar las consecuencias.

Horas después...

- Señor, ¿puedo pasar? - Fernando golpea la puerta y el CEO responde.

- Adelante.

El CEO mantiene su mirada al frente mientras Fernando entra y se sienta frente a él. Fernando coloca algunos papeles en la mesa y Alejandro los observa.

- Aquí está la información que obtuve, jefe. Si tiene alguna pregunta, solo tiene que llamarme.

El CEO asiente simplemente y le pide a Fernando que se retire.

Toma los papeles y comienza a leer. El contenido trata sobre "Lucia Medeiros y Olivo Medeiros", junto con información sobre la familia Medeiros, que en realidad utiliza el apellido Ryland. El padre de Lucia es el líder de una banda de mafiosos llamada Ryland, que había desaparecido por completo del radar.

Olivo se enfermó y vendió su mansión en la ciudad para comprar una granja, alejándose de todos los enemigos mafiosos que tenía y del mundo de la mafia para cuidar a su única hija. Ahora, era Lucia quien debía cuidar de su padre, sin sospechar que su familia estaba involucrada en la mafia.

- No puedo creer que Lucia haya entrado en mi vida de esta manera. Hay una razón para esto, ella es todo lo que estaba buscando.

Una sonrisa comienza a formarse en el rostro de Alejandro mientras se toca la barbilla, comentando en voz baja y apreciando los detalles que obtuvo sobre la mujer.

- Eres tú, Lucia, la que me hará más poderoso. Finalmente encontré lo que tanto buscaba.

Pero el director general quería estar seguro de que realmente era la hija del mafioso Ryland.

La contrataría y la vigilaría de cerca.

Lucia era la clave para los problemas de Alejandro. Si se casaba con ella, todos pasarían a temer al mafioso Alejandro Wish.

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