Jennifer Saldaña
Miami
Después de que Dean, tomó el papel de manos de Kristen, se alejó y yo me quedé viendo cómo se iba, ese si hubiera sido un excelente novio para restregárselo a todos en la cara, pero ya estaba ocupado y ni modo de decirle a Kristen que lo quería para mí.
–Chicas, creo que tengo el candidato perfecto – nos dice Kristen con una sonrisa – Jen tendrás un novio por toda una semana.
–Pero yo no cuanto con esa suma de dinero – le digo angustiada.
–No te preocupes esta va a cuenta de la casa – no lo podía creer.
–Pero yo quiero pagar, por lo menos acepta lo que juntamos entre Dulce y yo.
–Muy bien – toma el dinero que hemos reunido.
Mandó un mensaje y en unos minutos llegó un chico rubio.
–Este es el candidato – dijo Kristen.
Kristen y Dulce notaron enseguida cómo nos mirábamos Jacob y yo. Estaba más que guapo el chico, sí el aceptara ser mi “novio falso” por supuesto que yo no iba a oponerme y sería capaz de pagar los ahorros de mi vida con tal de que me acompañe.
–Jacob – Le dijo Kristen – Entonces ¿Puedes o no puedes para el sábado en la noche? Estas chicas tienen una emergencia. Es para una boda mexicana.
–Claro que sí Kristen – Respondió él con una sonrisa – Agenda el sábado para la señorita.
–Jennifer, se llama Jennifer – Intervino Dulce.
–Encantado de conocerte Jennifer – Respondió Jacob – Dime ¿Cuántas horas vas a requerir de mis servicios? Para ponerlo en la agenda.
–No Jacob, va a hacer por toda una semana, ya sabes cómo son esas bodas mexicanas. – le dice Kristen a un Jacob sorprendido.
Estaba muy nerviosa, es que no podía creer ni yo misma cómo es que había llegado a esa situación tan penosa y desagradable.
–Dulce, acompáñame por favor para arreglar unas cosas que tengo que enviar – Le dijo Kristen a mi prima – Mientras tanto que Jacob y Jennifer platiquen y se vayan conociendo.
–Claro que sí, Kristen – Respondió Dulce.
Dulce y Kristen entraron a la casa y Jacob se sentó en la mesa quedando de frente a mí y haciendo que me removiera incomoda en mi asiento. Yo era muy tímida y su sola presencia me intimidaba de manera absoluta y total.
–Bien Jennifer, antes que nada necesito que me cuentes ¿En qué consistirá mi servicio del sábado y de toda la semana? – Preguntaba Jacob, sin dejar de mirarme.
–Lo que pasa es que necesito que seas mi novio – Dije dejándolo impactado – Mi novio falso, es que se casa uno de mis hermanos el sábado y yo le he dicho a mi familia que tengo novio, lo cual no es verdad. Pero esa es otra historia. Digamos que te necesitaré por toda la noche del sábado, las fiestas en mi familia se prolongan hasta bien entrada la madrugada y como dijo Kristen tal vez te necesite para toda la semana.
Bueno mis familiares eran de los que se tomaban la casa como si estuvieran de vacaciones, todos se reunían en el patio a hacer todo tipo de actividades y como venían de varias partes del país, aprovechaban para estar todos juntos.
–Muy bien, ¿Ya te dijo Kristen cuanto va a ser?
–Ya le he pagado.
–Pero pueden haber gastos adicionales – me dice con una sonrisa en los labios.
–De eso no me dijo nada, pero si es así te puedo ir pagando poco a poco – digo con convicción.
No pienso perder esta oportunidad ya que Kristen ha aceptado lo poco que traíamos, ya lo de los gastos adicionales será otra cosa.
–Me gusta ser humano Jennifer y no me quiero aprovechar de nadie – Dijo tomándome de la mano – Además tener que ser tú “novio falso” es algo que incluso haría gratis. Estás preciosa.
Sus halagos me llevaron al mismo cielo, quería ya quedar en algo y salir corriendo de ahí. Su sola presencia me hacía temblar.
–Entonces digamos que te puedo ir depositando a tu cuanta cada quince días ¿Lo tomas o lo dejas? – Pregunté para acabar con eso.
–Lo tomo y necesito que me des tu teléfono y que ya que mis servicios contigo son el sábado y parte de la siguiente semana, tendremos que vernos el viernes para ensayar los besos, arrumacos y el comportamiento como “novios” Me imagino que no querrás que todos noten que todo está armado.
El chico además de guapo era muy inteligente, pensaba en todo cosa que no hice yo. Bueno en estos momentos no sabía ni hablar.
–Bien, aquí están mis datos – Saqué de mi mochila una tarjeta de la clínica y se la di – Soy veterinaria y ahí está la dirección de mi pequeña clínica y también mi celular, me llamas y nos podemos poner de acuerdo.
Me puse de pie en cuanto vi a Dulce volver a la mesa, indicándole que ya nos íbamos. Yo ya no podía estar más ahí. Estaba sudando a chorros.
Qué bueno que ya tenía al candidato perfecto y vaya que sí estaba perfecto, se quedaran cayados cuando lo vean. Salí del centro comercial y tomé el primer taxi que encontré disponible. Me subí en él, le di mi dirección y después me puse mis audífonos para aislarme del mundo, hasta que llegue a casa.
Vi la cantidad que tenía que pagar y se la entregué al taxista, lo bueno era que no había sacado el dinero que tenía en el bolso también, de lo contrario me hubiera tenido que regresar a pie.
Bajé del taxi en mi casa y al entrar noté que no estaba nadie de mi familia, lo cual era lógico en las vísperas de la boda. Me serví un vaso con leche y tomé unas cuantas galletas, después subí a la habitación para ponerme cómoda y dormir. Estaba muy cansada después de un día agotador física y emocionalmente.
Jennifer Saldaña Miami Me bañé, me vestí y me peiné con la velocidad de un rayo y después bajé a desayunar esperando encontrar a toda mi familia reunida, pero sólo estaba mi papá. Estuve lista en menos de lo que cantaba un gallo y así cómo subí a mi recámara bajé y me reuní de vuelta con mi papá quién ya se había salido de la casa y tenía la camioneta encendida para llevarme, era un amor mi papá. –Jen ¿Ya estás lista para la boda de Liam? Ya sabía yo por donde iba la pregunta y no estaba nada preparada para ese evento y todo lo que conllevaba. –Claro que sí papá y por lo que veo tú y mamá ya están más que resignados a sólo quedarse conmigo ahora que Liam se vaya. –No digas eso hija, estamos felices de que estés con nosotros todavía. Pero yo estoy un poco inquieto, tú madre me ha contado de tu novio y no te has dignado a traer a ese chico a la casa. –Es que se la pasa ocupado papá, tiene mucho trabajo. –Nunca nos has contado nada de él, ni quién es, ni a que se dedica. –Ya pod
Jacob GarcíaMiamiEstábamos en el yate de mis padres, habíamos hecho una apuesta y habia perdido, solo que ellos me hicieron trampa.Cuando llegué en el yate desde mi casa en Key Biscayne a Miami Beach, mi primo Christoph, me esperaba a la orilla del malecón con dos chicos Noah y Jaiden y cuatro chicas, Lilly, Emma, Abigail y Madison, los mismos de siempre, la fiesta se armaría a lo grande, todos se subieron al yate, era temprano por lo que nos adentramos al mar, el regreso seria antes de las ocho de la noche.–Primo ¿cómo estás? – nos damos un fuerte abrazo Christoph y yo.Somos bastante parecidos, solo que Christoph es mucho más bronceado que yo, él es dueño de un marca de tablas de surf y por lo tanto permanece más tiempo en la intemperie que yo, mi profesión me mantiene mucho más tiempo bajo techo, la cadena de clínicas veterinarias de mis padres que se encuentran repartidas en todo el país, me impiden disfrutar de mi deporte favorito, el surf.Me salude con los chicos y con las
Jen SaldañaMiamiÉl día antes de la boda, estaba algo nerviosa y al mismo tiempo estaba muy emocionada recordando el beso que nos dimos Jacob y yo en su lugar secreto. Nuestro lugar secreto.Después de cenar con mi familia, ya estaba dispuesta a irme a dormir cuando alguien arrojó unas piedras a la ventana de mi recámara. Estaba enojada, pensando que iba a matar a Emiliano que tenía la horrible costumbre de hacer eso cuando me asomé y vi que era Dulce quien lo hizo esta vez.Bajé con el short más feo que encontré y con unos zapatos de piso horribles y salí a ver a la loca de mi prima.—Dulce ¿Por qué vienes y haces eso? Sabes que lo odio —Le reclamé — ¿Qué haces acá a estas horas?, ¿Cómo escapaste de mi tío Porfirio? No me digas que te dejo salir.—No, no me dejó salir, pues ya ves, tengo mis modos. Fui a ver a Jane a casa de su papá y ¿A qué no sabes quién estaba ahí?Dulce siempre me hacía sufrir con sus jueguitos y adivinanzas algo que a mí me caía gordo. Si yo no era adivina. Com
Jacob GarcíaEl día de la bodaLlegué al lugar dónde se llevaría a cabo la recepción de la boda tal y cómo había quedado con Jen cuando nos vimos el día anterior para ensayar todo lo de “nuestra relación” era una boda que tenía lugar en una de las playas más hermosas y exclusivas de Miami, yo llegué primero que Jen al lugar, se me había hecho temprano y cuando me disponía a llamarla Dulce llegó a saludarme.–Hola Jacob ¿Cómo estás? – Me preguntó Dulce – Ya no debe de tardar en llegar Jen. Ella viene con el novio y con mis tíos.–Hola Dulce, te ves muy guapa con todo respeto.–Tú estás que ardes Jacob, ¿Cómo te fue con Jen? Espero que ya tengan bien ensayado lo de su noviazgo, mi familia suele hacer muchas preguntas, son bastante curiosos, por no decir chismosos.–Sí ya lo ensayamos y todo en orden. Estoy listo para ser el “novio” de Jen.–Bueno, tampoco es como si te vayas a sacrificar mucho. Jen es muy hermosa, siéntete afortunado tú también.–Me siento afortunado y como le dije a el
Jacob GarcíaMiami–Mamá, por Dios. Él es Jacob, el novio de Jennifer – Le respondió Dulce a su mamá – Jacob, esta mujer es mi mamá.–Encantado de conocerla señora, un gusto conocer a la mamá de mi amiga Dulce y a una tía de mi amada Jen.Dije haciendo hincapié, todo esto debía quedar constatado ellos saldrían de esta boda convencidos de nuestro noviazgo.–Así es muchachito y me da gusto conocerte. Que calladito se lo tenía Jennifer, condenada muchacha, no sé cómo no te conocimos antes. Bienvenido a la boda y a la familia, ahora que sólo ella quedará soltera, espero se apuren ustedes para casarse.–Claro que sí señora. Estoy en eso, pronto Jen y yo les daremos la sorpresa de casarnos.–Gracias por presentarme. Soy Porfirio Saldaña, padre de Dulce y tío de Jennifer, me alegra saber que usted si existe – Me dijo el señor – Cuando mi sobrina Jen decía que tenía novio, yo la verdad lo dudaba.–Mucho gusto señor. Ya pudo ver que sí existo y que hoy en la ocasión tan importante como es la b
Jen SaldañaMiamiEl ambiente se habia vuelto muy divertido, ya todos estaban bailando, brincando, después de que se llevara a cabo el vals de los novios y todo los que pasaban a bailar con ellos. Luego todos fueron invitados a que pasaran a la pista de baile. Era nuestro momento, ni idea de si Jacob sabía bailar, pero de todos modos era una buena oportunidad, cada punto contaba.–Vamos a bailar, veras como todos, no quitan los ojos de nosotros. – Ya éramos el objeto de curiosidad de todos. – Pusieron una canción lenta.Entramos a la pista y empezamos a bailar muy pegaditos, yo pasé los brazos por el cuello de Jacob y el me abrazó por la cintura. Esto se sentía muy bien, recosté la cabeza en su pecho y nos movimos al compás de la música. Me sentía como en un sueño.Ya la fiesta estaba en todo su apogeo, los primos estaban celebrando al novio y se lo llevaron cada uno a sus mesas. La cuñada fue arrastrada en dirección contraria. Luego los volvieron a juntar y cada uno traía una tira de
Jen SaldañaMiamiEstábamos frente a la puerta de mi habitación, tenía tanto miedo de abrirla, en que cabeza se le ocurría a mi mamá semejante desfachatez. Estaba que me moría de la vergüenza, hasta los tíos se dieron cuenta que entramos a la casa tomados de la mano, cuando mamá nos dijo que nos fuéramos a descansar.–Vamos a entrar o nos quedaremos adorando la puerta, Jen, de verdad estoy muy cansado y tengo sueño.No le creía nada, estaba como recién levantado, solo quería ver hasta donde llegaría por tal de seguir con la mentira. A todas estas, ni idea donde quedaron Dulce y el amigo de Jacob, no creo que el tío Porfirio aceptara una cosa como esta.–Cállate, Jacob, lo haces a propósito – Su sonrisa me lo decía todo.–Bueno sí, me gustaría seguirla en otro lado, pero tú tienes que descansar, has estado muy tensa. – dijo preocupado.Pues no era para menos, en tremendo lio me metió mi propia madre. De seguro mis ojeras estaban abarcando la mitad de mi cara, el estrés de verdad estaba
Jacob GarcíaMiamiAl día siguiente de la boda, al despertarme Jen no estaba a mi lado, algo que me sorprendió. Me froté los ojos para despertar bien y luego me puse mi camisa y mi traje de anoche, no traía cambio de ropa. Fui al servicio a mojarme un poco el cabello, encontré un cepillo de dientes nuevo, aun en su empaque, así que lo usé y después salí de la recámara de Jen.Escuché ruido en la parte baja de su casa y supuse que ella estaría ahí, ayudando a su madre en la cocina. Decidí bajar y vi que sólo estaba la señora Melanie en la cocina.–Jacob, buenos días, hijo – Me saludó – Espero que hayas dormido bien ¿Quieres un jugo de naranja?La señora era muy amable, de verdad que no me esperaba ser bien recibido después de supuestamente no haber aparecido nunca.–Buenos días, señora Melanie – Respondí y le di un beso en la mejilla – Sí quiero jugo, por favor.–Claro, siéntate. Jen se salió muy temprano a correr a la playa y por lo que veo a ti se te pegaron las sábanas. Y otra cosa,