Jacob GarcíaMiami–Mamá, por Dios. Él es Jacob, el novio de Jennifer – Le respondió Dulce a su mamá – Jacob, esta mujer es mi mamá.–Encantado de conocerla señora, un gusto conocer a la mamá de mi amiga Dulce y a una tía de mi amada Jen.Dije haciendo hincapié, todo esto debía quedar constatado ellos saldrían de esta boda convencidos de nuestro noviazgo.–Así es muchachito y me da gusto conocerte. Que calladito se lo tenía Jennifer, condenada muchacha, no sé cómo no te conocimos antes. Bienvenido a la boda y a la familia, ahora que sólo ella quedará soltera, espero se apuren ustedes para casarse.–Claro que sí señora. Estoy en eso, pronto Jen y yo les daremos la sorpresa de casarnos.–Gracias por presentarme. Soy Porfirio Saldaña, padre de Dulce y tío de Jennifer, me alegra saber que usted si existe – Me dijo el señor – Cuando mi sobrina Jen decía que tenía novio, yo la verdad lo dudaba.–Mucho gusto señor. Ya pudo ver que sí existo y que hoy en la ocasión tan importante como es la b
Jen SaldañaMiamiEl ambiente se habia vuelto muy divertido, ya todos estaban bailando, brincando, después de que se llevara a cabo el vals de los novios y todo los que pasaban a bailar con ellos. Luego todos fueron invitados a que pasaran a la pista de baile. Era nuestro momento, ni idea de si Jacob sabía bailar, pero de todos modos era una buena oportunidad, cada punto contaba.–Vamos a bailar, veras como todos, no quitan los ojos de nosotros. – Ya éramos el objeto de curiosidad de todos. – Pusieron una canción lenta.Entramos a la pista y empezamos a bailar muy pegaditos, yo pasé los brazos por el cuello de Jacob y el me abrazó por la cintura. Esto se sentía muy bien, recosté la cabeza en su pecho y nos movimos al compás de la música. Me sentía como en un sueño.Ya la fiesta estaba en todo su apogeo, los primos estaban celebrando al novio y se lo llevaron cada uno a sus mesas. La cuñada fue arrastrada en dirección contraria. Luego los volvieron a juntar y cada uno traía una tira de
Jen SaldañaMiamiEstábamos frente a la puerta de mi habitación, tenía tanto miedo de abrirla, en que cabeza se le ocurría a mi mamá semejante desfachatez. Estaba que me moría de la vergüenza, hasta los tíos se dieron cuenta que entramos a la casa tomados de la mano, cuando mamá nos dijo que nos fuéramos a descansar.–Vamos a entrar o nos quedaremos adorando la puerta, Jen, de verdad estoy muy cansado y tengo sueño.No le creía nada, estaba como recién levantado, solo quería ver hasta donde llegaría por tal de seguir con la mentira. A todas estas, ni idea donde quedaron Dulce y el amigo de Jacob, no creo que el tío Porfirio aceptara una cosa como esta.–Cállate, Jacob, lo haces a propósito – Su sonrisa me lo decía todo.–Bueno sí, me gustaría seguirla en otro lado, pero tú tienes que descansar, has estado muy tensa. – dijo preocupado.Pues no era para menos, en tremendo lio me metió mi propia madre. De seguro mis ojeras estaban abarcando la mitad de mi cara, el estrés de verdad estaba
Jacob GarcíaMiamiAl día siguiente de la boda, al despertarme Jen no estaba a mi lado, algo que me sorprendió. Me froté los ojos para despertar bien y luego me puse mi camisa y mi traje de anoche, no traía cambio de ropa. Fui al servicio a mojarme un poco el cabello, encontré un cepillo de dientes nuevo, aun en su empaque, así que lo usé y después salí de la recámara de Jen.Escuché ruido en la parte baja de su casa y supuse que ella estaría ahí, ayudando a su madre en la cocina. Decidí bajar y vi que sólo estaba la señora Melanie en la cocina.–Jacob, buenos días, hijo – Me saludó – Espero que hayas dormido bien ¿Quieres un jugo de naranja?La señora era muy amable, de verdad que no me esperaba ser bien recibido después de supuestamente no haber aparecido nunca.–Buenos días, señora Melanie – Respondí y le di un beso en la mejilla – Sí quiero jugo, por favor.–Claro, siéntate. Jen se salió muy temprano a correr a la playa y por lo que veo a ti se te pegaron las sábanas. Y otra cosa,
Jacob GarcíaMiamiSalimos de casa de Jen y nos subimos a la moto. Le entregué su casco, acomodo su lindo pelo. Ella me indicó el camino a la casa de sus tíos y de Dulce quién seguramente tenía que estar ahí también. Llegamos y había bastantes mesas y sillas puestas en el área de la playa, lo que supuse que sería un almuerzo bastante grande como para unas 150 personas. Casi como si estuviéramos en la boda.–Hola, pero si es la pareja del año – Nos saludó Dulce – Pasen por favor chicos, nos vamos a sentar en la mesa de la orilla todos los jóvenes.Me extrañó que estuviéramos separados de los adultos más grandes, pero bueno ya me iba dando cuenta de las costumbres de las familias mexicanas.–Hola prima – La saludó Jen – ¿Cómo estás?–Hola Dulce, te ves muy desvelada ¿Estás bien? – Me atreví a preguntarle yo – Creo que no has dormido nada.Ella nos quedó viendo, como extrañada, pero no dijo nada fuera de lo normal.–Estoy bien chicos ¿Pasamos?–Sí prima.Entramos al área de las mesas, pe
Jacob GarcíaMiamiSi supiera que yo por esto no iba recibir ni un solo centavo. Nuestras apuestas así eran, debíamos pagar con hechos. Christoph era experto en apuestas y por lo regular siempre ganaba yo, pero esta vez, creo que hicieron trampa. Pero se los agradecía.–No estés triste Jen y no tienes que pagar nada, ya te dije que esto lo hubiera hecho incluso gratis.Se lo repetía constantemente, ella pensaba que de verdad yo le iba a cobrar aparte de lo que le habia pagado a Kristen. Ahora estaba seguro que la seguiría ayudando por mucho más tiempo, aunque si habia la posibilidad de seguir como se lo habia insinuado.–Jacob, no insistas en serio. Hemos quedado en algo – Dijo muy seria – ¿Nos tomamos unas bebidas?Le iba a hacer la sugerencia, también deberíamos comprar alguna botana o unos tacos. Pero primero vayamos por esas bebidas, que me imaginaba serian alcoholizadas. Yo no podría beber tanto. Era un conductor bastante responsable y ahora ella era mi responsabilidad. Debía cui
Jen SaldañaMiamiEl lunes siguiente a la boda de mi hermano y a pesar de que muchos de mis familiares seguían aquí en Miami, yo no me podía dar el lujo de no abrir la clínica. Tenía pacientes citados y me gustaba cumplirles a todos, en mis horarios de servicio. Habia mucha gente esperando una cita, como éramos la clínica más cercana a sus casas casi tenían que hacer fila, pero Dulce se inventó un sistema bastante ingenioso para poder atenderlos a todos.Estaba terminando de atender a un perrito, aplicándole una pipeta para su programa de desparasitación cuando Emiliano entró a mi consultorio.–Hola Jen, lamento la interrupción. Afuera está tu hermosa cuñada y ha venido con un short, que ni te cuento, se ve guapísima – Emiliano se refería a Luz Mary – Dice que si tenemos espacio para bañar a Burbuja.Mi cuñada tiene una Shih Tzu blanco con café, lo más de linda, muy dócil. A los niños les encanta.–Déjame ver. De eso se encarga, más Dulce ¿Ya llegó, por cierto?Me habia dicho que lleg
Jen SaldañaMiamiLa pregunta tenía validez, desde que pasó lo que habia pasado con Lupita en la comida preferimos ya no acercarnos más a la celebración. Para qué, si ella iba a seguir con sus reclamos y sugerir no sé cuántas cosas más. Los demás podían empezar a dudar y era lo que no queríamos.–Sí, lo que pasa que Jacob tenía que irse a dormir temprano a su casa. Él trabaja también hoy y con la desvelada del sábado él quería descansar temprano.Pues me pensaba que sería lo normal, muchas personas tenían que presentarse a trabajar los lunes, era algo de lo que tenía que hablar con Jacob, no sabía qué hacía, ni en que trabajaba.–Entiendo, ¿Sabes Jen? Vas a perdonarme, lo que te voy a decir. Pero no me creo mucho eso de tu relación con ese muchacho.Lo dicho por Luz Mary, me hizo tragar saliva de prisa y muy angustiada. Esperaba de verdad que esta venida a tomar el sol no fuera para decirme que ella sabía que todo esto era una farsa. Que tenía pruebas y que ya no debía seguir mintiend