Los gritos de dolor alertaron a Eli que salió de su oficina, al ver que era llevada por Damián al ascensor tomo su bolsa y corrió para ir con ellos.—¿Qué sucede? — Paola la miró con una sonrisa y tomó su mano…—Tu sobrino ya quiere nacer— Eli sonrió con alegría, le dio un apretón de manos…—Voy a llamar a mi mamá.No esperaron la ambulancia, Damián la subió a su auto para llevarla al hospital mientras Elizabeth llamaba a Raquel, después le avisó a Ivette que también se llenó de alegría.Al llegar al hospital su ginecólogo ya la estaba esperando en las puertas del hospital, la acompaño hasta el área de ingreso para hacerle una revisión y ver cómo iba la dilatación, Eli se quedó a su lado hasta que llego Raquel, en cuanto la vio se sintió más tranquila.—Por favor cuiden que Armando no sé acerque a nosotros— le pidió a Raquel que la iba acompañar en él parto— por favor…—Te juró que Armando ni nadie se acercara a tú hijo— escuchó a Damián que no se había apartado ningún momento.Lo mir
Todos estaban reunidos en la habitación del hospital donde Paola seguía dormida, después del parto había caído en un sueño.—Está hermoso y tiene los ojos de Cris— escuchó que decía Eli, respiró tranquila que nadie la hubiera dejado sola, al menos no daría la oportunidad para que Armando intentara hacerle algo.—Si, es la viva imagen de Cris cuando nació— podía saber que estaba llorando, no sabía si era de dolor y alegría que estaba llorando Raquel, tal vez tendría sentimientos encontrados, pues tenia en sus brazos la viva imagen de su hijo.—¿Quiero ver a mi Renato? — Raquel llevó al niño a sus brazos como lo había hecho cuando nació.Al tenerlo en sus brazos comenzó a llorar, al fin tenía a su hijo en sus brazos, el pequeño que era fruto de un amor puro, contempló su rostro, sus ojos la miraron, eran del color de los ojos de Cris, ese azul intenso que la llevaba al cielo, le acarició su carita, era su hijo y de Cris.—Hola mi amor, soy tu mamá— tomo su pequeña mano y la llevo a sus
No supo cuando el doctor le administró algo, pero pronto quedo en la inconciencia, en sus sueños podía sentir él dolor de Paola, la vio llorando aferrada a un féretro que no tenía su cuerpo, se acercó a decirle que no era verdad, pero ella no podía escucharlo, por la impotencia del sueño despertó agitado. —No puedo quedarme aquí— se levantó mirando la ropa deportiva que le habían puesto, se retiro él suero y se quito el aparato que marcaba su pulso. Tenía que ir a ver a su hijo, aunque fuera un momento, ya había perdido muchas cosas, no tuvo la oportunidad de acariciar la pancita de Paola cada día que iba creciendo, no sintió las pataditas, y no mimo a Paola como le hubiera gustado. Camino con cautela a la puerta y se aseguró que Damián no estuviera cerca, sin mirar atrás salió, el pasillo estaba solo como si en esa área estuviera exclusivamente él, llego hasta la estación de enfermería que por suerte no había nadie.Miró una puerta beige donde posaba un letrero “Vestidores” sin pe
Paola pensaba que la alegría y calidez que sentía en su interior se debía al nacimiento de su hijo, pero solo recordar el sueño tan vivido que tuvo en la noche, su corazón había dejado de sentirse vacío cuando sintió sus labios carosos besándola, era como cuando la beso por primera vez; tierno y lleno de amor, dirían que estaría loca, pero creía que era real. Verlo a un lado de ella sosteniendo a su hijo, llorando feliz por la dicha de ser padre, cuantas veces lo había imaginado si tan solo él siguiera vivo, lo tendría a su lado siempre, protegida en sus brazos. —¿En qué piensas? — escuchó que preguntaba su hermana que sostenía a Renato en brazos, no había duda que su hijo iba ser muy querido por todos, pero le faltaría el amor de su padre.—Anoche soñé con Cris, y lo estaba recordando, vas a decir que estoy loca, pero lo sentí como si estuviera de verdad aquí — su hermana medio sonrió— tenía a nuestro hijo en sus brazos, se veía tan guapo y sus ojos azules se veían vivos.—Fue un
Elizabeth comenzó a levantarse, sentía la cabeza pesada y los ojos aun cansados, como una avalancha llego a su mente el recuerdo de que iba llegando al hospital para quedarse esa noche con Paola, su madre debía descansar de la noche anterior. Oliver la dejó en la puerta del hospital sin ninguna preocupación y cuando estuvo por llegar a la habitación de Paola una mujer vestida de enfermera le dijo que a Paola la había llevado a otra habitación, porque habían intentado hacerle daño. Con miedo la siguió, queriendo asegurarse que de verdad estuvieran bien, pero cuando abrió la puerta vio que estaba en un almacén de limpieza, cuando iba a reclamar sintió el pinchazo en su cuello y todo se volvió oscuridad...Había sido engañada, con miedo de que de verdad le hicieran algo a su amiga y sobrino se levantó, tomo el plomo de la puerta, pero esta no se abría, esa mujer la había dejado encerrada, con desesperación comenzó a golpear la puerta y a gritar.De pronto la puerta se abrió gracias a un
Horas antes:—No deberíamos hacer esto, es una locura— articulo Damián con descontento, cuando había ido a buscar a Cristopher a la habitación, y encontrarla vacía, supo donde ir a buscarlo, con lo que no contaba era ver a Camila que sostenía al bebé y miraba a Cristopher con miedo. Aprovecho que estaba distraída, le apunto con él arma que siempre traía consigo, le ordeno que dejara al niño en la cuna, fue notorio que estaba temblando, lo que no sabía era porque, si era por ver a Cristopher o por sentir el caño.Cuando lo dejó seguro en su cuna, le dio un golpe en la nuca que la dejó inconsciente, Cristopher tomó a su hijo en brazos, dijo lo que ya había imaginado, que debían llevárselos antes que Armando intentara de nuevo llevarse a su hijo. —Por favor ayúdame, mi princesa e hijo corren peligro, no pueden quedarse aquí— si no hubiera salido del baño cuando vio a Camila que pretendía llevarse a su hijo, solo Dios sabía que le hubieran hecho—si sigue aquí, Armando no va descansar pa
Cuando comenzó a sonar el teléfono Elizabeth fue la primera en tomarlo— bueno ¿quién habla? — espero lo que parecía una eternidad hasta que escuchó la dulce voz de Paola.—Soy Paola…— en ese momento sintió como el alma le volvía al cuerpo.—¿Dónde estás hermana? — todos al escuchar el apelativo se levantaron para acercarse y escuchar la voz de Paola.—Solamente puedo decirte que estoy en un lugar seguro— Raquel le quito el teléfono para hacer ella una pregunta y escuchar su voz;—Hija ¿Por qué te fuiste? — guardo un momento silencio para escuchar su respuesta, pero no la había— ¿están bien?—Si, mamá Raquel, me fui por seguridad, Camila intento llevarse a mi hijo— podía sentir el dolor de todos, lo sentía, pero no iba a desaprovechar estar con Cris por unos días, habían pasado tantas horas sin sentirlo que su piel y su alma ya lo reclamaban— no se preocupen por mí, ni por Renato, estamos con personas que nos aman y nos van a cuidar, no sé preocupen por nosotros, vamos a volver pronto…
Al llegar a la planta baja se encontró con un camino iluminado con velas que la fueron guiando hasta donde se encontró con la mirada de Cristopher y su sonrisa, se veía tan guapo con ese pantalón negro, una camisa blanca y un saco negro, sin corbata haciendo que se viera casual, detrás de él tomo un ramo de rosas blancas que le entrego;—Su belleza no opaca la tuya, solamente hace que resalte más tu belleza— Paola tomó las flores y las llevo a su nariz— me harías el honor de cenar conmigo está noche.—Si señor será un placer— acepto su mano que tenía extendida hacía ella, camino con ella hasta una mesa donde estaban dispuestos dos lugares, todo parecía un sueño— pellízcame para saber que es real— Cris tomó su rostro y la beso muy despacio disfrutando.—Es muy real, yo estoy aquí con ustedes— Paola sonrió, no era un sueño, —¿Renato? — cuando salió del baño no lo vio en la cuna—Él ahora duerme tranquilo, y espero que así siga, porque pienso tenerte para mí unas horas— le ayudo con la