Úrsula no podía creer que tuviera delante de ella a Emma, la mujer que una noche ordeno que terminaran con ella, porque se estaba volviendo un peligro para sus planes, Armando estaba considerando dejar su promesa solo por seguirla a ella, y eso no lo iba a permitir, los Alcaraz debían pagar todo el daño que le habían causado.

Sonrió al comprendió de inmediato porque Armando había vuelto a pensar en Emma, él sabía que ella no había muerto y además que tenía un hijo, como era posible que le ocultara algo así.

—¡Suelta a mi hijo! — lentamente lo soltó sin dejar de verla, había cambiado poco, podría decirse que la veía más madura que antes— si vuelves a ponerle una mano encima te juro que me conocerás de verdad…

—Oh la gatita se ha vuelto una leona que defiende a su cachorro— quiso acariciar la cabeza del niño, pero Emma lo apartó hacía atrás de ella— dime cómo fue que sobreviviste.

—No pienso decirte nada— alzo a su hijo en sus brazos protegiendo su rostro que estaba llorando por culpa d