*—Aimee:Era el día que al fin volverían a casa con sus bebes.Aimee había sido dada de alta unos días después de hablar con la madre de Ryan y podía decir que se sentía mucho mejor, podía caminar y ya no era llevaba en silla de ruedes, además de eso, estaba feliz de estar libre de esa habitación de hospital y de que sus pequeños ya pudieran estar libres de aquellas incubadoras.Echó una mirada hacia Ryan, quien tenía al pequeño Roy cubierto en una manta en sus brazos. Este se mecía lentamente y susurraba palabras suaves a este. Aimee sonrió al verlo y bajo la mirada hacia su otro pequeño, Robert, quien yacía en sus brazos.Podía decir que estaba preparada para lo que les deparaba ahora, pero la verdad es que mentía. No tenía ni la mejor idea, pero haría todo lo posible por mantener su familia unida y por darle un buen hogar a sus pequeños, y claro, a su esposo, quien había estado a su lado desde lo sucedido.Su amado había estado metido día tras días en su habitación, muy pendiente d
*—Ryan:Ha pasado un año desde que fueron bendecidos con Liam y Robert y la vida de casado con Aimee ha sido maravillosa.Cada día se levanta con nuevos ánimos, a veces suceden cosas fuera de lo normal, pero sabe que esta es la vida en sí, que es para aprender y Whoa, sí que estaba aprendiendo muchísimo sobre la felicidad y claro, sobre cómo evitar los desastres con los pañales de sus pequeños.Una risita salió de su pecho mientras veía a Aimee sofocada tratando de limpiar un pequeño desastre hecho por Robert. Aimee era experta en limpiar los desastres de Robert, mientras que Ryan tenía ya su doctorado con Roy.Sus bebes tenían aficiones con cada uno de ellos, como, por ejemplo, Robert odiaba que Ryan lo limpiara y se habían dado cuenta de que cada vez que Ryan decidía hacerlo, este lloraba, sin embargo, a este le fascinaba que fuera Ryan quien le diera la leche. No obstante, a Roy le encantaba estar con él, pero de cierta forma odiaba que le diera le leche y le gustaba que lo limpiar
*—Aimee:—Lo que tú necesitas es una alocada noche con tu marido, Aimee —murmuró Abby para luego tomar un largo sorbo de una humeante taza de café.Aimee se quedó pensativa.¿Una alocada noche de pasión?Una carcajada salió de ella.Oh, sí, la necesitaba, eso y mucho más, necesitaba que Ryan la tomara fuertemente y que la dejara temblorosa, quizás algo adolorida, tanto que con cada paso que diera, recordara lo que el mismo le había hecho.Se cubrió la cara con las manos, avergonzada por sus pensamientos, pero estaba famélica. Había pasado días desde el último intento de intimidad que Ryan y ella habían tenido. Aimee estaba que, si la tocaban, la mano de la persona podía quemarse de tan excitada que estaba últimamente. Estaba hambrienta de Ryan, de sus toques, de sus besos y de sentirlo dentro empujando dentro de ella, pero intimar se había tornado difícil desde que se habían convertido en padres.¿Cuándo había sido la última vez que habían intimado?Aimee ladeó la cabeza, calculando f
*—Ryan:Había trabajado como un perro hoy, sus hombros le dolían y su cuerpo estaba hecho una mierda. Quería irse a la cama de inmediato, pero era un hombre responsable y tenía que ayudar a su amada con sus pequeños.Después de que metieron a sus gemelos en sus cunas luego de una ajetreada noche, puesto que los mismo habían estado muy inquietos, Aimee y Ryan se fueron a la cama. Sin embargo, a pesar de que Ryan estaba cansado, no podía conciliar el sueño y menos con Aimee tan cerca de él. Su generoso trasero estaba presionado contra su pelvis y Ryan, quien era un hombre muy capaz, no podio evitar que su amigo, respondiera ante la cercanía del cuerpo de su esposa.¿Cómo es que podía aguantar tanto sin tocarla? ¿Sin tocar esos enormes pechos? ¿Sin delinear con sus manos sus generosas curvas? ¿Sin colocar su boca en su sexo y llevarla al cielo? ¿Sin hundirse en lo más profundo de su ser y ver las estrellas?Ryan apretó los dientes y se volvió en la cama para darle la espalda a Aimee. Est
*—Ryan:El día de la cita había llegado y Ryan estaba muy nervioso.¿Cuánto había pasado desde que tuvo una cita?Se agarró la barbilla libre de barba. Fue con su amada y recordaba que cuando estuvieron hablando sobre su relación, antes de que incluso los bebes nacieran, aun cuando las cosas entre ellos no estaban resueltas. Había sido en un restaurante y al final habían terminado en un parque que habían frecuentado cuando eran universitarios y en vez de un gran manjar, lo que habían comido fue un par de perros calientes.Sonrió.¿Quién diría que la situación cambiaria tanto desde entonces?Ryan se ajustó la corbata mientras miraba su reflejo en el espejo. Como su amada le había indicado que era formal donde irían a cenar esa noche, se había vestido con un traje, no un traje de esos que usaba para trabajar, sino algo más formal y elaborado. Quería verse bien para su amada como siempre, pero esta vez se había esmerado.Escuchó un barullo fuera de la habitación. Parecía que sus amigos h
*—Aimee:La velada había sido maravillosa.Estuvieron muy a gusto con ella, con la comida, con las bebidas, con el ambiente y el servicio. Aimee quería volver una vez más, pero por hoy, tenían que partir, pues la velada aún no había terminado, sin embargo, se alegraba de haber venido. El ligero y suave ambiente habían hecho que hablaran de cosas del pasado y de lo que les deparaba el futuro.Habían hablado de tantas cosas, como el deseo de Aimee de volver a trabajar. Aimee quería volver a trabajar cuando los chicos estuvieran más grandecitos y cuando lo había dicho, Ryan no se había negado, más bien, parecía a gusto. Se había sorprendido, pues sabía que su amado venia de una familia estricta, sin embargo, era muy permisivo.Además de esto, hablaron de los chicos. Aimee quería lo mejor para estos y la verdad es que se estaba rompiendo la cabeza pensando en el mejor jardín de niños, en la mejor niñera y en los mejores alimentos. No obstante, Ryan la tranquilizó diciendo que disfrutara d
*—Ryan:Todo había cambiado para bien.Después de aquella hermosa noche que tuvieron juntos, habían decidido volver a pasar tiempo de calidad, con los chicos y a veces ellos solos, pues, no querían que los niveles de ansiedad volvieran a subirse y de vez en cuando, decidían dejar correr la pasión, eso sí, siempre le pedían ayuda a su familia o a los chicos, quienes no decían que no.La verdad es que Ryan estaba viviendo muy feliz y se sentía muy pleno. Quizás era conformista, pero más de ahí, se dañaba. Estaba feliz con su vida y su familia.En estos momentos estaban cenando con su familia en la gran casa de los Rivers. Tanto Richard como Regina estaban allí y Ryan se sentía más feliz porque todos están reunidos. No sabía qué diablos pasaba con él últimamente, pero estaba más sensible que de costumbre, pues, Ryan muy rara vez se sentía emotivo porque su familia se reuniera, más bien, a veces era un fastidio.Sintió como Richard le pasaba un brazo por los hombros, acercándose.Si, un f
.Advertencia: Esta historia fue escrita en 2015 y refleja algunas normas y dinámicas de género que pueden ser consideradas problemáticas en la actualidad. Elementos como la sumisión femenina y ciertas relaciones con banderas rojas pueden resultar molestos para algunos lectores. Se recomienda la lectura con una mente crítica...*—Aimee:Aimee se sentía sola, terriblemente sola.Una suave sonrisa se asomó en sus labios pintados de rojo, pero esa sonrisa no llegaba a sus ojos. Estaba rodeada de personas en un bar abarrotado, pero, aun así, el vacío la consumía por dentro. Tenía familiares y amigos en quienes confiar, pero su soledad no se debía a ellos. Era por otra razón, una que la atormentaba, y lo odiaba.Observó el vaso sobre la barra, el whisky empezaba a perder su frescura mientras ella se sumergía en sus pensamientos. Una carcajada amarga escapó de sus labios al recordar por qué se sentía así.Su vida era algo patética.Era una de las tantas razones por las que se sentía tan s