Capítulo 294
Dos horas después...

Dentro de la suite presidencial del hotel, se percibía un ambiente íntimo y cálido. Hans acarició suavemente la mejilla de Dafne y le preguntó:

—¿Te sientes cansada?

Dafne se quedó sin palabras. Él fue el que cayó en la trampa tendida, ¿por qué ahora parecía tan sobrio? ¿Porque le había ayudado a resolver su “problema”?

Dafne estaba parada frente al lavabo, dejando que el agua fría corriera sobre sus manos, tratando de lavar el calor que aún sentía en su palma. El hombre alto también entró el baño. Se acercó por detrás de ella y su voz sonó seria:

—¿Te duelen las manos?

Preguntó seriamente, no parecía estar bromeando. Dafne se quedó sin palabras.

Dafne se alejó de sus brazos y dijo:

—Ya es tarde, si te sientes bien, regresemos a casa, ¿de acuerdo? Tal vez Esperanza aún nos esté esperando.

Al terminar de hablar, tomó su bolso y su teléfono móvil. Echó un vistazo al reloj y eran casi las doce. ¿Estaría Esperanza durmiendo?

Desbloqueó su móvil y vio que había varias
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