Capítulo 296
Cuando llegaron al coche, el teléfono de Dafne sonó. En la pantalla apareció el nombre de Guillem. Ella contestó la llamada:

—¿Señor Mendoza?

—¿Cómo te ha ido en la capital? Has estado allí casi medio mes —preguntó la voz tranquila y amable de Guillem.

En realidad, eso debería ser una cosa bastante ridícula. La primera vez en que Dafne sintió un afecto paternal, no de su padre biológico, Fabio Veras, sino de Guillem, un medio desconocido para ella en aquel entonces.

Guillem siempre decía que, se sentía como si la conociera desde hace mucho tiempo. Ella también sentía lo mismo. En ese momento, Guillem la llamó para preocuparse por su vida, como un padre que saludaba a su hija que estaba de viaje de negocios en otra ciudad. Ella sostenía el teléfono y sintió una cálida sensación en el corazón. Respondió:

—Estoy muy bien. No te preocupes.

—¿Si Hans te ha causado algún problema? Después de que Dylan regresó, me contó algunas cosas sobre ti y Hans. Si no te sientes feliz, puedes regresar a
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