Este matrimonio comenzó de manera absurda, por lo que sería mejor terminarlo lo antes posible. Ella ya no quería seguir bajo el control constante de Jacob. Era primera vez que Celia propuso el divorcio de manera seria. Se notaba que lo decía en serio.

—Si no tienes la intención de volver con Andrés, ¿cuál es el sentido de divorciarte de mí? ¿Quién te comprará todos esos bolsos de diseñador? —dijo Aarón.

—No me importan esos bolsos. Te los devuelvo a ti, junto con tu tarjeta, que no la usaré más.

Al ver la actitud firme de Celia, Aarón se levantó y aflojó su corbata, mostrando cierta irritación en sus ojos. De repente, extendió la mano y jaloneó bruscamente la silla en la que Celia estaba sentada hacia él, interrogándola:

—¿Qué demonios pretendes hacer?

Antes de entrar en su habitación, el abuelo lo llamó por teléfono, pidiéndole que la llevara de vuelta a la casa para cenar juntos esta noche.

Celia levantó la cabeza y lo miró:

—Aarón, sé honesto, ¿si me amas?

El silencio de Aarón ya le