Capítulo 119
Inés percibía que algo no iba bien, pero no podía evitar contestar la llamada de Darío. Porque si ella no la contestaba, se confirmaría su delito de secuestro. Después de varios segundos de vacilación, decidió contestar la llamada y dijo en un tono muy tranquilo:

—¿Hermano?

—Inés, ¿dónde llevaste a la hija de Dafne? —interrogó Darío.

Inés intentó negarlo:

—¿Qué…? No lo hice…

—Deja de mentir, ¡hemos revisado las grabaciones de las cámaras de seguridad! No hagas tonterías, rápido, ¡dime dónde estás!

—Estoy en el Hospital San José…

***

Pronto, todas las personas llegaron apresuradamente al hospital.

Al ver a Dafne, Esperanza se soltó del agarre de Inés y corrió hacia Dafne. Exclamó:

—¡Mamá!

Dafne la abrazó con mucha fuerza, mientras lágrimas fluían incontrolablemente por su cara, liberando todas las emociones de inquietud y preocupación reprimidas. Dijo mientras examinaba a Esperanza:

—¿Cómo pudiste salir de casa sola? Me preocupé muchísimo por ti... Afortunadamente, te encontré... ¿Estás
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