Capítulo 126
—¿Tienes los dedos quemados cuando fumaste? —preguntó Dafne.

Las marcadas quemaduras en los lados del dedo índice y pulgar de Hans eran muy obvias. Parecían ser una mezcla de quemaduras recientes y cicatrices antiguas.

Dafne ya las había notado antes, pero en ese momento acababan de reunirse y la relación era demasiado intensa como para preguntar sobre esos asuntos. Aunque su relación no era buena en ese momento, al menos podían mantener una conversación tranquila.

—No —respondió Hans con indiferencia y retiró su mano.

Al ver que él no estaba dispuesto a revelar la razón, Dafne también decidió no preguntar más. Adaptarse a la situación era la habilidad más útil para ella en ese momento.

Por la noche, cuando Hans regresó después de comprar comida, Dafne le entregó una crema para las quemaduras:

—La obtuve del médico. Úsala si quieres, si no, puedes tirarla.

—Toma la comida —dijo Hans fríamente, sin querer decirle una palabra más.

Sin embargo, cuando Dafne estaba a punto de colocar la cr
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