Narrador. Boston, 2024, Casa del señor Smith, esa noche. - “Seguro que tenemos que ir cariño, sabes que no me gusta tu familia, siempre me miran por encima del hombro.”- dijo la amante del señor Smith. - “Lo sé preciosa, pero sabes que eso no durará mucho, si mi plan sale bien seremos dueños de todos, y nunca más se burlaran de ti, además sabes que nos estamos solos, estará toda la familia, incluso esa estúpida estará allí, y la odian más a ti.”- le dijo el señor Smith acariciándole la cara para después comenzar a desabrocharle el vestido. - “También estará Mackenzie, ¿verdad?”- dijo con una sonrisa la amante, mientras desabrochaba la corbata al hombre que ahora la tenía desnuda sobre su regazo, sólo la cubría una tanga. Él sólo asintió estaba entretenido tocándola - “Perfecto, estaré tan bella como siempre, volveré a dejarla en ridículo. “- dijo el amante inclinado la cabeza mientras el señor Smith la besaba el cuello, y acariciaba sus pechos. Ella siempre había odiado a Macke
Mackenzie. Boston, 2024, Hotel Hilton Boston Park. - “¡Maldita sea! teníamos que haber salido juntos, desde el ático, no encontrarnos en el vestíbulo.”- pensé por quinta vez, mientras era llevaba por “el comando militarizado” que mi padre había contratado para protegerme, al aparcamiento del hotel, para entrar en la zona de seguridad. Este día había sido un día agobiante, y eterno, sobre todo porque como había comentado Carlos, odio todo esto, las compras, ser pinchada, jalada, espolvoreada, cocinada a fuego lento y en concertada, ir a mi estilista, o cualquier estilista, para mí es lo mismo que si te prepararan como un pavo para nochebuena, pasas por todos los procesos, para finalmente ser presentada como una gran obra, en la mesa. Desde esta mañana cuando fui a buscar el vestido ideal, que dejara descolocado al Vader Bombero, supe que nos sería tarea fácil, lo que para cualquier mujer le llevaría dos horas, a mí me llevo cuatro, con el consiguiente retrasó con mi estilista, que
Narrador. Boston, 2024, Salón principal de eventos del Hotel Hilton Boston Park. Desde donde estaba situado, junto a Sean o ‘Sullivan, y su esposa Céline, junto a más miembros de la familia, en la mesa reservada para las empresas O ´Sullivan, el señor Smith miraba de vez en cuando hacía la entrada para ver la llegada de Mackenzie, el último miembro de la familia que faltaba y la máxima representante del grupo. A su lado Lindsay Green, su novia amante, estaba feliz de que cuando entraron en la sala todos los hombres se giraron para mirarla con deseo, y muchas mujeres con envidia, sólo faltaba que llegara la maldita estúpida, y sin gusto de Mackenzie, para que fuera totalmente feliz. Aunque tenían la misma edad, Lindsay se veía mucho más deseable y atractiva que ella, cosa que le encantaba que la CEO notara, siempre que estaban juntas. Sólo había un problema a todo esto, que alguna vez Mackenzie la reconocía como su antigua compañera. Sólo así su victoria desaparecería. Durante su
Brandon. Boston, 2024, Salón principal de eventos del Hotel Hilton Boston Park. Entrar en la sala de la recepción, para mí, una persona normal, ajena a todo este mundo de millonarios, y grandes compañías, en verdad, era difícil de sobrellevar, pero lo peor fue ver como las miradas de los hombres se dirigían a la desconocida Lunática, bastante me había impactado, ver a la diosa Lunática Afrodita presentarse como una aparición, mucho antes de entrar en el salón, por la oleadas de sensualidad desmedida que desprendía, para lo que no estaba preparado era que, yo no era el único en sentirlo. Es muy fácil para un hombre entender y descifrar el lenguaje no verbal de otros hombres, más cuando la que despierta sus exclamaciones, y gestos de interés, es la mujer que te acompaña, estuve a punto de preguntar a la diosa Lunática si eso era normal, pero la verdad era que me sentía incomodo, muy incómodo y algo enfadado. Así que no pude evitar decirle. - “Ni se te ocurra apartarte de mí, Lunát
Brandon. Boston, 2024, Salón principal de eventos del Hotel Hilton Boston Park. - “Él es mi cuñado, Ronan O ´Sullivan en el hermano mayor de mi marido, Ronan él es mi yer.. digo el novio de mi hija, Brandon M. Hernández”- dijo la madre de la pelirroja presentándome a un hombre de mediana edad, que tenía sobre unos cincuenta años de edad, su pelo era abundante y canoso. Al contrario que el padre de Mackenzie, su tío era más bajo y rechoncho, con algo de sobre peso, lo que si tenían igual era el color de sus ojos, que era de un marrón claro interesante La mirada de Ronan demostraba que no estaba muy contento por verme, más bien se le veía molesto. Y por la forma en que saludo, donde sólo asistió, para a continuación darle un buen trago al vaso de whisky que tenía delante, yo tampoco le caí bien. - “Te presentó a sus dos hijos, mis sobrinos, y a sus zorr…”- Mackenzie interrumpido a su madre tras mirarla con intensidad, ante el claro insulto que su madre iba a dirigir hacía las muje
Mackenzie. Boston, 2024, Salón principal de eventos del Hotel Hilton Boston Park. - “¡No!, no puede”- la respuesta rápida, y casi en forma de gruñido de Brandon, fue la que provoco mi estúpida reacción. La verdad era que, hasta ese momento, y desde ese enloquecedor beso, no me sentía yo misma, o al menos no tan segura como siempre me había mostrado, que el Vader me afectara de esa manera, no ayudaba mucho a mi papel de CEO segura e implacable, un papel que me había costado años de cuidar, sobre todo cuando me encontraba ante mis enemigos más directos, que, por desgracia, eran parte de mi familia. Las risas poco disimuladas de la señora O ‘Sullivan, que se mostraba lo feliz que le hacía sentir que su plan inicial, fuera como ella estaba deseando, también ayudaron y provocaron mi acción rebelde, olvidándome del trato que el Vader bombero, y yo, habíamos creado antes de entrar en la fiesta, que por otro lado, no fue sino un enorme error por mi parte, algo que comenzaba a ser muy f
Brandon. Boston, 2024, Salón principal de eventos del Hotel Hilton Boston Park. - “¡Apartaros zorras! ¡Es mi hombre! Sólo yo, bailo con él.”- casi estallé de risa ante la rección nada prevista de la Lunática, ante la petición de las dos mujeres que estaban frente a mí, para pedirme bailara con ellas. Aunque era algo que no debería sorprenderme, desde que la conocía, estar al lado de esa m*****a CEO, era como estar montado en una vagoneta de una montaña rusa, nunca sabías por donde podía salirte. Mientras yo estaba pensando cómo evitar que la idiota y rebelde de Mackenzie bailara con el Ken heredero emperchado, todo esto pasó, y ni siquiera tuve que esforzarme en hacer nada. Mientras nos dirigíamos a la pista no podía apartar mi vista de su cuello rígido, y sus hombros, que ahora estaban altivos, al igual que su cabeza, mostrando su reto, sabía que esto había ocurrido en un maldito arrebato, nada pensado, y controlado por la CEO. No era la primera vez que le había visto compor
Mackenzie. Boston, 2024, en el trayecto desde el Hotel Hilton Boston Park hasta el Apartamento de lujo de Mackenzie O ´Sullivan. Desde que fui arrojada, literalmente, dentro el asiento posterior de la limusina, por el Vader Bombero, un maldito macarra, troglodita, y seguramente hombre muerto, sin ninguna contemplación, y ante la pasividad de mi personal de seguridad, buenos más bien el personal de seguridad que había contratado mi padre, para protegerme, cosa que de paso no hicieron, más bien se giraron como si nada estuviera sucediendo, decidí que pese a tenerlo cerca, justo a mi lado, al otro lado del asiento del enorme vehículo, no pensaba hablar con él, ni siquiera iba a mirarlo. Bastante tenía yo con rumiar mi ira, para no asesinarlo delante de testigos. No, que va, esperaría a que llegáramos al ático, me quitaría este vestido, que nunca debí ponerme, para una vez cómoda, iniciar mi exterminio del lado oscuro, ni el mejor Jedi tendría el resultado que yo voy a tener, cuando