Brandon. Boston, 2024, Salón principal de eventos del Hotel Hilton Boston Park. Entrar en la sala de la recepción, para mí, una persona normal, ajena a todo este mundo de millonarios, y grandes compañías, en verdad, era difícil de sobrellevar, pero lo peor fue ver como las miradas de los hombres se dirigían a la desconocida Lunática, bastante me había impactado, ver a la diosa Lunática Afrodita presentarse como una aparición, mucho antes de entrar en el salón, por la oleadas de sensualidad desmedida que desprendía, para lo que no estaba preparado era que, yo no era el único en sentirlo. Es muy fácil para un hombre entender y descifrar el lenguaje no verbal de otros hombres, más cuando la que despierta sus exclamaciones, y gestos de interés, es la mujer que te acompaña, estuve a punto de preguntar a la diosa Lunática si eso era normal, pero la verdad era que me sentía incomodo, muy incómodo y algo enfadado. Así que no pude evitar decirle. - “Ni se te ocurra apartarte de mí, Lunát
Brandon. Boston, 2024, Salón principal de eventos del Hotel Hilton Boston Park. - “Él es mi cuñado, Ronan O ´Sullivan en el hermano mayor de mi marido, Ronan él es mi yer.. digo el novio de mi hija, Brandon M. Hernández”- dijo la madre de la pelirroja presentándome a un hombre de mediana edad, que tenía sobre unos cincuenta años de edad, su pelo era abundante y canoso. Al contrario que el padre de Mackenzie, su tío era más bajo y rechoncho, con algo de sobre peso, lo que si tenían igual era el color de sus ojos, que era de un marrón claro interesante La mirada de Ronan demostraba que no estaba muy contento por verme, más bien se le veía molesto. Y por la forma en que saludo, donde sólo asistió, para a continuación darle un buen trago al vaso de whisky que tenía delante, yo tampoco le caí bien. - “Te presentó a sus dos hijos, mis sobrinos, y a sus zorr…”- Mackenzie interrumpido a su madre tras mirarla con intensidad, ante el claro insulto que su madre iba a dirigir hacía las muje
Mackenzie. Boston, 2024, Salón principal de eventos del Hotel Hilton Boston Park. - “¡No!, no puede”- la respuesta rápida, y casi en forma de gruñido de Brandon, fue la que provoco mi estúpida reacción. La verdad era que, hasta ese momento, y desde ese enloquecedor beso, no me sentía yo misma, o al menos no tan segura como siempre me había mostrado, que el Vader me afectara de esa manera, no ayudaba mucho a mi papel de CEO segura e implacable, un papel que me había costado años de cuidar, sobre todo cuando me encontraba ante mis enemigos más directos, que, por desgracia, eran parte de mi familia. Las risas poco disimuladas de la señora O ‘Sullivan, que se mostraba lo feliz que le hacía sentir que su plan inicial, fuera como ella estaba deseando, también ayudaron y provocaron mi acción rebelde, olvidándome del trato que el Vader bombero, y yo, habíamos creado antes de entrar en la fiesta, que por otro lado, no fue sino un enorme error por mi parte, algo que comenzaba a ser muy f
Brandon. Boston, 2024, Salón principal de eventos del Hotel Hilton Boston Park. - “¡Apartaros zorras! ¡Es mi hombre! Sólo yo, bailo con él.”- casi estallé de risa ante la rección nada prevista de la Lunática, ante la petición de las dos mujeres que estaban frente a mí, para pedirme bailara con ellas. Aunque era algo que no debería sorprenderme, desde que la conocía, estar al lado de esa m*****a CEO, era como estar montado en una vagoneta de una montaña rusa, nunca sabías por donde podía salirte. Mientras yo estaba pensando cómo evitar que la idiota y rebelde de Mackenzie bailara con el Ken heredero emperchado, todo esto pasó, y ni siquiera tuve que esforzarme en hacer nada. Mientras nos dirigíamos a la pista no podía apartar mi vista de su cuello rígido, y sus hombros, que ahora estaban altivos, al igual que su cabeza, mostrando su reto, sabía que esto había ocurrido en un maldito arrebato, nada pensado, y controlado por la CEO. No era la primera vez que le había visto compor
Mackenzie. Boston, 2024, en el trayecto desde el Hotel Hilton Boston Park hasta el Apartamento de lujo de Mackenzie O ´Sullivan. Desde que fui arrojada, literalmente, dentro el asiento posterior de la limusina, por el Vader Bombero, un maldito macarra, troglodita, y seguramente hombre muerto, sin ninguna contemplación, y ante la pasividad de mi personal de seguridad, buenos más bien el personal de seguridad que había contratado mi padre, para protegerme, cosa que de paso no hicieron, más bien se giraron como si nada estuviera sucediendo, decidí que pese a tenerlo cerca, justo a mi lado, al otro lado del asiento del enorme vehículo, no pensaba hablar con él, ni siquiera iba a mirarlo. Bastante tenía yo con rumiar mi ira, para no asesinarlo delante de testigos. No, que va, esperaría a que llegáramos al ático, me quitaría este vestido, que nunca debí ponerme, para una vez cómoda, iniciar mi exterminio del lado oscuro, ni el mejor Jedi tendría el resultado que yo voy a tener, cuando
Mackenzie. Boston, 2024, Apartamento de lujo de Mackenzie O ´Sullivan. - “Tranquila preciosa despacio, hemos esperado mucho para esto, sólo debemos disfrutarlo”- el sonido de su voz en mi oído, del Vader bombero, cuando despegó sus labios de los míos, me hizo abrir los ojos. Estábamos en el salón del ático, en algún momento ese hombre me había alzado entre sus brazos, para sacarme del ascensor y colocarme sentada sobre lo alto del respaldo del enorme sillón del salón, mientras sus labios devoraban los míos, y yo gemía descontrolada, exigiendo su total entrega. Nunca me había sentido así, era algo increíble, mi cuerpo rugía por la cercanía con el suyo, el deseo anulaba mi mente, su tacto, sus labios, eran algo que me daban vida, como el agua para un sediento, me sentía más viva que nunca. La necesidad de tenerlo cerca, de sentirlo, era algo que nunca había sentido por nadie, y esto debió de advertirme de lo que me estaba ocurriendo en realidad, pero eso no lo descubrí hasta muc
Brandon. Boston, 2024, Apartamento de lujo de Mackenzie O ´Sullivan. - “¡Dios mío!¡Eres virgen!”-le dije cuando sentí en su interior esa barrera que me dificultaba invadirla, unido a la tensión que su cuerpo mostraba, me sentía total incrédulo. Llegar a este momento había ido una auténtica odisea, más cuando mi cuerpo estaba ardiendo por ella, hasta ponerme un preservativo había sido como luchar con un dragón, las ansias de entrar en ella, eran casi patológicas, y para colmo esta bruja no ayuda, sus gemidos increíbles y desinhibidos, sus movimiento enloquecedores bajo mi cuerpo, hasta su nublada y fascinante forma de mírame, todo esto hacía que me descontrolara, nunca, ninguna mujer me había hecho esto, yo sabía que en el fondo, todo lo que me estaba pasando, tenía un significado, uno muy peligroso. Intente retirarme de su cuerpo, pero pronto ella me aprisionó, casi provocando que entrara de golpe en su interior, sólo saber que esto le provocaría un dolor
Mackenzie. Boston, 2024, Apartamento de lujo de Mackenzie O ´Sullivan. Poco a poco mis ojos se fueron abriendo, mientras sentía mi cuerpo totalmente entumecido, sabía mucho antes de pensarlo con calma, que era lo que había provocado este dolor muscular, que prácticamente me hacía moverme con cuidado en la cama. Por unos segundos permanecí quieta, sin querer mirar a mi alrededor, sopesando como actuaría a partir de este momento con Brandon. Recordaba muy claramente lo que había pasado la noche anterior, y no me arrepentía de ello. No soy de esas típicas mujeres que, tras perder la virginidad, y dar rienda suelta a su libido desatado, una y otra vez, a la mañana siguiente, se sienten culpables, y le echaban la culpa al hombre, por haberlas seducido. Siempre he pensado que esa actitud es antigua, machista, y desde luego, echa para hacer sentir a la mujer víctima de sus propias decisiones, como si fuera un ser débil que debe ser protegido, porque es incapaz de ver los malos que son