Ya solucionado todo lo que involucra a su gente, a sus debilidades y luego de una paliza a todos los que se le cruzaron en el entrenamiento, se le ocurre que llamar a Abbot es una buena idea, solo debe evaluar lo que puede decirle.
Esa corazonada de que está cerca de algo importante no deja de asaltarla, por lo mismo, no le dirá todo lo que sabe, porque son demasiadas cosas.
Aunque no es la hora adecuada, es mejor que dejar pasar más tiempo.
Toparse con ese cuerpo hoy en la mañana solo le dejó mil frustraciones más, las que trató de quitarse a punta de golpes, pero además de un hematoma en las costillas y un moretón en la mejilla derecha, no ganó nada más.
Mira el teléfono con la expresión algo perdida, porque ahora es consciente del error que cometió al buscar conocer al hombre tras aquella voz grave, profunda y sexi. En su mente
Los días se han ido como mantequilla entre los dedos. Dan no ha dejado de pensar en Alfa y eso ha significado que todas las mujeres que se le cruzan están en serio riesgo de terminar en su cama… bueno, en la cama de un hotel, porque él no lleva a nadie a su departamento.El departamento de soltero de un hombre es sagrado y ni siquiera para la intimidad casual se puede irrumpir en él.Todo lo que ha descubierto acerca de la investigación que ha realizado Alfa, la capa de la mafia de la información y los delitos “blancos”, aunque sean más negros que sus zapatos, ya está toda organizada y lista para entregársela al fiscal.Solo está esperando que Gerard regrese a la oficina, luego de que llegara de sus vacaciones, y necesita que todo esté ordenado.Se le ocurre que falta lo más importante y no sabe si llamarla o no. Desde aquella
Dan se remueve, ve el teléfono y no puede evitar fruncir el ceño, porque Gerard solo lo puede llamar si es importante o una emergencia, pero esta vez son las dos cosas juntas.-Viejo… ¿Qué pasa? – le responde aún adormilado -.-Acorta la búsqueda de la chica… - le dice algo excitado y preocupado su amigo-, averigua si Luz trabajó en la empresa de Rafael.-¿Luz? – no puede evitar la sorpresa en su voz, el destino tendría que ser muy c@brón para hacerle algo así a su amigo, se sienta en la cama de inmediato -. Hermano… ¿no crees que el destino sería muy retorcido?-Mira, a estas alturas ya no me fío de nada. Solo averigua eso… no recuerdo si ella me contó cómo conoció a Rafael, si trabajó con él allí… Dan – Gerard hace una pausa y Dan sabe
La entrada del sol por aquella cortina que no cerró le daña los ojos y le recuerda que anoche bebió directo de la botella de tequila. Se levanta de mala gana, ve la hora y recuerda que quedó de llamar a Alfa…-¡Mierd@! – el improperio le sale de lo más profundo del alma, porque su mente le recuerda la llamada -.Busca el teléfono con desesperación, lo encuentra tirado al lado de la cama, busca el número de la chica y le marca, sin dejar de pasar la mano libre por el cabello alborotado.-Abbot… te dije que yo te llamaría…-Lo sé, lo sé… anoche hice el ridículo y lo peor es que debía pedirte algo acera de la investigación.-Mmm… ya veo. Dime.-La búsqueda de la chica, acórtala. Necesito saber si Luz Méndez trabajó con Rafael Williams antes de aqu
Matías, en una jugada arriesgada, aprovechó ese beso para esposar por la espalda a Alfa, dejándola entre divertida y sorprendida por el arrojo del oficial.-Con que esas tenemos, oficial Méndez…-Lo siento, pero si tus hombres no responden, tendrás que hacerlo tú.-¿Sabes lo tonto que te verás al entrar conmigo, detenida?-Me debes un mal rato – le dice muy cerca de su rostro, sin dejar de mirarla a los ojos -.-Creo que serán dos – la rodilla de Alfa impacta en la entrepierna de Matías sin aviso y lo último que ve antes de caer al suelo con sus manos allí, es la sonrisa de satisfacción de la mujer -.-Maldición – dice entre dientes -. No vi venir eso…-Conmigo nunca ves venir nada, querido… - deja caer las esposas frente a sus ojos y del oficial sale un gruñido -.
Alfa se pone de pie, se arregla la pechera y sale de la oficina como una tromba.-¡Y que no se te olvide quién es la jefa aquí! – camina con decisión a la zona de la cocina, porque ahora solo quiere asesinar a alguien y qué mejor que un pollo -.Mientras lo destroza con un cuchillo, llega alguien a su lado que la ve preocupado.-¿Te pasa algo, preciosa?-No me digas así, Gamma – responde sin mirarlo, porque ese cuchillo bien podría ir a su cabeza -. Soy tu jefa.-Pero antes que eso, eres mi amiga.-Aquí dentro, soy tu jefa, si los demás te escuchan decirme así, me van a faltar el respeto y no quiero más hombres metidos en el maletero de Díaz.-Supe que él es un buen candidato para ese lugar – le dice con una media sonrisa, que cree ella no ve, pero el reflejo en las baldosas de la pared le dan
Luego de dejar la cafetería y de pensar en la mejor manera para salir del bochorno de la noche anterior con Alfa, Dan conduce hasta el despacho, porque lo que tiene que decirle a Gerard no va a ser sencillo.Desde ya está trazando el plan de emergencia, ese que va a necesitar cuando su amigo decida decirle la verdad a Luz y que no es conveniente que le diga solo, porque él es tan responsable de lo que pasó aquella noche como Gerard y como el infeliz que la dr0gó.Al llegar a su oficina, le espera un par de sobres que no le gustan para nada, porque los dos son de su familia.Su madre, mujer tan distinguida, prefiere contarle las cosas más importantes por carta. No por llamada, ni por mensaje… carta.La otra es de su hermana menor, la segunda en nacer. Porque Dan es el mayor, varón, heredero y no tiene ni una pizca de intenciones acerca de hacerse cargo de esas cosas sin sen
Mientras, en otra parte de la ciudad, Matías disfruta de un almuerzo con su hermana, quien lo ha regañado por muchas cosas, todas relacionadas con Alfa.No sabe de dónde sacó esa sabiduría su hermanita, pero le encanta saber que cuenta con ella, más motivos para apoyarla con todo lo que le está pasando.Entiende mucho más lo que le sucedió, la manera en que se embarazó y, si antes estaba molesto con sus padres por la manera en que la trataron y la borraron de su vida, ahora está furioso. La juzgaron sin saber y olvidaron por completo la manera en que la criaron, eso no es justo con Luz.Caminan cerca de la cafetería donde comieron y a Matías se le ocurre que es momento de ejercer su lugar como hermano mayor.-Luz, quiero conocer a Gerard – le dice muy serio, aunque por dentro solo quiere reír -.-¿Para qué
Alfa se ha quedado a la expectativa de lo que Gerard Finnick piensa hacer, así que no deja de mirar su teléfono.¡Porque en ningún caso es por hablar con Dan!Del otro lado de la ciudad, Dan está sentado en su departamento, aburrido. Desde aquella noche en que Alfa le dijo que no se fuera con esa mujer, prefiere no salir, no sea que a esa chiquilla loca se le ocurra hacer algo más loco para que no se vaya a desahogar con otras.Camina de un lado para otro, hasta que decide que en lugar de darle vueltas a su mala suerte, es mejor ir a dormir, sin dejar de ver ese teléfono, esperando que ella lo llame para saber en qué va todo.Ruega porque Gerard consiga hablar con Luz esa noche, para terminar con todo esto y para llamar a la chica, aunque también es cierto que en cuanto se termine lo de Gerard, ya no la verá más…-Pero si ni siquiera la ha