Mientras, en otra parte de la ciudad, Matías disfruta de un almuerzo con su hermana, quien lo ha regañado por muchas cosas, todas relacionadas con Alfa.
No sabe de dónde sacó esa sabiduría su hermanita, pero le encanta saber que cuenta con ella, más motivos para apoyarla con todo lo que le está pasando.
Entiende mucho más lo que le sucedió, la manera en que se embarazó y, si antes estaba molesto con sus padres por la manera en que la trataron y la borraron de su vida, ahora está furioso. La juzgaron sin saber y olvidaron por completo la manera en que la criaron, eso no es justo con Luz.
Caminan cerca de la cafetería donde comieron y a Matías se le ocurre que es momento de ejercer su lugar como hermano mayor.
-Luz, quiero conocer a Gerard – le dice muy serio, aunque por dentro solo quiere reír -.
-¿Para qué
Alfa se ha quedado a la expectativa de lo que Gerard Finnick piensa hacer, así que no deja de mirar su teléfono.¡Porque en ningún caso es por hablar con Dan!Del otro lado de la ciudad, Dan está sentado en su departamento, aburrido. Desde aquella noche en que Alfa le dijo que no se fuera con esa mujer, prefiere no salir, no sea que a esa chiquilla loca se le ocurra hacer algo más loco para que no se vaya a desahogar con otras.Camina de un lado para otro, hasta que decide que en lugar de darle vueltas a su mala suerte, es mejor ir a dormir, sin dejar de ver ese teléfono, esperando que ella lo llame para saber en qué va todo.Ruega porque Gerard consiga hablar con Luz esa noche, para terminar con todo esto y para llamar a la chica, aunque también es cierto que en cuanto se termine lo de Gerard, ya no la verá más…-Pero si ni siquiera la ha
Por ahora no tenía tiempo para seguir insistiendo al teléfono de Abbot, porque sencillamente este sonaba y el hombre no respondía. Pero ya se las cobraría, con todo lo que tenía y no sería lindo, para nada.Ahora, debía enfriar la mente y pensar muy bien cómo iba a sacar a Rickon de ese lugar, porque estaba claro que para el chico ese lugar era así como un santuario. Para ella era el perfecto nido de ratas que desparraman la podredumbre en su ciudad.-¿Estás segura que quieres ser tú quien sea la carnada? Tenemos más chicas que podrían…-No, sabes perfectamente que este tipo es tan valioso para Finnick como para mí. Nada puede salir mal, así que es mejor que lo haga yo misma.-¿Y si no quiere ir contigo al Caribe?-Para eso tengo un par de amigas que me ayudarán – se guarda dos Glock,
-¿Cu-cuál plan…?-Verás, querido Rickon, este hombre – le dice señalando a su padre en la fotografía -, era el único que valía la pena… era un buen padre, un buen esposo, un ciudadano ejemplo.-¡Traicionó a mi padre! ¡Por su culpa mataron a mi madre y tuvimos que cambiarnos el nombre!-¿Le crees todo a tu padre? – le pregunta acercándose a él, como una leona que acecha su presa antes de despedazarla -. Si no te mato ahora, es porque debes rendirle cuentas a alguien más… pero cuando mi cliente acabe contigo, será mi turno.-¡Miiike…! – un codazo en la boca de Rickon, se calla y abre los ojos por el miedo -.-Es mejor que te calles, pedazo de mierd@. Porque ahora mismo, nadie va a venir por ti.Se activan las alarmas de incendio y Alfa le dedica una sonrisa sombr&
Los días pasaron y Alfa tuvo que lidiar con una parte del pasado de su padre, ese que no sabía que existía, porque nunca concibió la idea de que formara lazos con personas de ese mundo.Nada de lo que Díaz le dijo fue alentador para su espíritu, pero sí para su sed de venganza.Ahora, se prepara para recibir a Finnick en unas horas así que es momento de las instrucciones a Dan.Le marca y este le responde como desganado.-Dime – es todo lo que escucha del hombre -.-¿Estás bien?-Sí, es solo que ayer estuve muy enfermo… nada grave, pero una gripe siempre te deja mal.-Entiendo… - es lo que consigue decirle y luego vuelve a su papel de jefa mafiosa -. Te llamo para darte las indicaciones de hoy.-Te escucho.En cuanto tu socio llegue, tendrás media hora para prepararte, un vehículo con
Ya que el trayecto lo han hecho sin tener idea hacia dónde van, porque les han colocado unos lindos sacos en la cabeza, cuando el vehículo se detiene, Dan siente una especie de corriente cuando los hacen bajarse del primer vehículo. Alguien se les acerca y piensa que podría ser ella, pero cuando les quitan los sacos, ve a un hombre casi tan alto como ellos, corpulento y de edad. Díaz. -Señor Abbot, señor Finnick – les dice con cordialidad, sin dejar su rostro serio de lado -. Aquí es donde se separan, supongo que eso ya lo sabían. -Sí – responde Gerard -. -Bien, ese es su vehículo, señor Finnick – se gira a Dan y le señala una mesa con varias cosas para comer y beber -. Esa es una bienvenida para usted. -¡Que considerada! – “en especial por las ganas que tiene de matarme” -. ¿Podrías llevarle esto? Se saca del bolsillo una caja de madera, con un moño rojo de organza, tanto Díaz como Gerard se lo quedan mir
Los días pasaron muy rápido desde el interrogatorio de Gerard, en esos días Alfa y Dan no se comunicaron más, pero era obvio que allí existía una tensión silenciosa. Y quien lo tenía muy claro era Díaz, que tuvo que soportar los constantes cambios de humor de Alfa, que decía era por motivo de Rickon, pero la verdad era que no estaba siendo del todo honesta. Por el otro lado, Dan solo dejó los días pasar. Había cosas más importantes que hacer y los informes que Alfa le enviaba con sus mensajeros eran suficientes. Ya estaba todo listo para que Rickon pasara a ser custodiado por el mismísimo fiscal de distrito, esto era una bomba silenciosa, porque nada se había filtrado para los medios. A punta de cañón, Rickon llamaba a su padre, diciéndole que estaba con una hermosa rubia de vacaciones y ampliando el negocio que su padre le quitara a otro capo, a traición. Las cosas van marchando bien, así que es momento de ponerse festiv
En el trayecto del departamento al auto, el silencio era lo menos tenso que había en el ambiente entre Dan y Alfa. Cuando las puertas se abrieron en el primer piso, Dan con estudiado cuidado puso una de sus manos en la espalda baja de la mujer, como acto de caballerosidad.Lo que no sabía es que aquel roce con la piel de “Kiara” lo haría enloquecer aún más, y que ella sentiría un escalofrío delicioso recorrerle el cuerpo.-¿Tienes frío? – le dice Dan, que sin esperar respuesta, se saca su chaqueta y se la coloca encima -.-Gra-gracias – le dice con verdadera sorpresa -.Aunque se supone que es una dama de compañía, él se muestra atento y preocupado, algo que la hace pensar de otra manera en él. Le ofrece el brazo y caminan a la salida, en silencio otra vez, porque ninguno de los dos tiene algo que decir.Al
Alfa no le quebró la muñeca solo para no avergonzar a Dan, pero lo cierto es que en ese momento en que Matías le enterró los dedos en el antebrazo para sacar de allí, podría haber usado cualquier método doloroso. Cuando llegan al pasillo que da a la cocina, Matías la ve con gesto peligroso, pero si piensan en una competencia de miradas asesinas, él perdió hace mucho. -Déjame. En. Paz – le dice Alfa entre diente y con la mano tocando la Glock en su muslo -. Yo no soy nada tuyo, para que me andes controlando de esta manera. -Te equivocas, eres mía, no voy a dejar que te pasees con cualquier tipo… ¿o acaso es por el dinero? -¿Tú te crees que necesito dinero? – le pregunta riendo con sarcasmo -. Sabes muy bien que eso no es lo que me mueve. -Cierto, a ti te mueve la corrupción, asesinar, torturar, traficar armas en mi ciudad, tapando todo eso con tu nexo a la policía, ¿verdad? -Por eso mismo no quiero nada con