Los días pasaron y Alfa tuvo que lidiar con una parte del pasado de su padre, ese que no sabía que existía, porque nunca concibió la idea de que formara lazos con personas de ese mundo.
Nada de lo que Díaz le dijo fue alentador para su espíritu, pero sí para su sed de venganza.
Ahora, se prepara para recibir a Finnick en unas horas así que es momento de las instrucciones a Dan.
Le marca y este le responde como desganado.
-Dime – es todo lo que escucha del hombre -.
-¿Estás bien?
-Sí, es solo que ayer estuve muy enfermo… nada grave, pero una gripe siempre te deja mal.
-Entiendo… - es lo que consigue decirle y luego vuelve a su papel de jefa mafiosa -. Te llamo para darte las indicaciones de hoy.
-Te escucho.
En cuanto tu socio llegue, tendrás media hora para prepararte, un vehículo con
Ya que el trayecto lo han hecho sin tener idea hacia dónde van, porque les han colocado unos lindos sacos en la cabeza, cuando el vehículo se detiene, Dan siente una especie de corriente cuando los hacen bajarse del primer vehículo. Alguien se les acerca y piensa que podría ser ella, pero cuando les quitan los sacos, ve a un hombre casi tan alto como ellos, corpulento y de edad. Díaz. -Señor Abbot, señor Finnick – les dice con cordialidad, sin dejar su rostro serio de lado -. Aquí es donde se separan, supongo que eso ya lo sabían. -Sí – responde Gerard -. -Bien, ese es su vehículo, señor Finnick – se gira a Dan y le señala una mesa con varias cosas para comer y beber -. Esa es una bienvenida para usted. -¡Que considerada! – “en especial por las ganas que tiene de matarme” -. ¿Podrías llevarle esto? Se saca del bolsillo una caja de madera, con un moño rojo de organza, tanto Díaz como Gerard se lo quedan mir
Los días pasaron muy rápido desde el interrogatorio de Gerard, en esos días Alfa y Dan no se comunicaron más, pero era obvio que allí existía una tensión silenciosa. Y quien lo tenía muy claro era Díaz, que tuvo que soportar los constantes cambios de humor de Alfa, que decía era por motivo de Rickon, pero la verdad era que no estaba siendo del todo honesta. Por el otro lado, Dan solo dejó los días pasar. Había cosas más importantes que hacer y los informes que Alfa le enviaba con sus mensajeros eran suficientes. Ya estaba todo listo para que Rickon pasara a ser custodiado por el mismísimo fiscal de distrito, esto era una bomba silenciosa, porque nada se había filtrado para los medios. A punta de cañón, Rickon llamaba a su padre, diciéndole que estaba con una hermosa rubia de vacaciones y ampliando el negocio que su padre le quitara a otro capo, a traición. Las cosas van marchando bien, así que es momento de ponerse festiv
En el trayecto del departamento al auto, el silencio era lo menos tenso que había en el ambiente entre Dan y Alfa. Cuando las puertas se abrieron en el primer piso, Dan con estudiado cuidado puso una de sus manos en la espalda baja de la mujer, como acto de caballerosidad.Lo que no sabía es que aquel roce con la piel de “Kiara” lo haría enloquecer aún más, y que ella sentiría un escalofrío delicioso recorrerle el cuerpo.-¿Tienes frío? – le dice Dan, que sin esperar respuesta, se saca su chaqueta y se la coloca encima -.-Gra-gracias – le dice con verdadera sorpresa -.Aunque se supone que es una dama de compañía, él se muestra atento y preocupado, algo que la hace pensar de otra manera en él. Le ofrece el brazo y caminan a la salida, en silencio otra vez, porque ninguno de los dos tiene algo que decir.Al
Alfa no le quebró la muñeca solo para no avergonzar a Dan, pero lo cierto es que en ese momento en que Matías le enterró los dedos en el antebrazo para sacar de allí, podría haber usado cualquier método doloroso. Cuando llegan al pasillo que da a la cocina, Matías la ve con gesto peligroso, pero si piensan en una competencia de miradas asesinas, él perdió hace mucho. -Déjame. En. Paz – le dice Alfa entre diente y con la mano tocando la Glock en su muslo -. Yo no soy nada tuyo, para que me andes controlando de esta manera. -Te equivocas, eres mía, no voy a dejar que te pasees con cualquier tipo… ¿o acaso es por el dinero? -¿Tú te crees que necesito dinero? – le pregunta riendo con sarcasmo -. Sabes muy bien que eso no es lo que me mueve. -Cierto, a ti te mueve la corrupción, asesinar, torturar, traficar armas en mi ciudad, tapando todo eso con tu nexo a la policía, ¿verdad? -Por eso mismo no quiero nada con
Alfa salió de allí con la intención de tomar un taxi, supuestamente, para que la llevara a su casa. Se va con la tarjeta de Dan entre sus manos, porque él quiere mantener contacto. No pudo evitar sentir pena por lo que en esa casa estaba pasando, al parecer la muchacha se enteró de la verdad y eso no es fácil para nadie. En cuanto sale de la propiedad, alcanza a dar unos cuantos pasos y se sube al auto que la espera, allí Díaz la mira con expresión neutra, aunque por dentro está feliz de que la chica se haya divertido un poco. -Díaz, necesito que reunamos todas las pruebas que tenemos en contra de Bowman, quiero informes de todos nuestros espías en dos horas. “Fotos, documentos, socios, propiedades, palos blancos… todo. -De inmediato – se detienen a un lado del camino, Díaz manda un mensaje y eso comienza a movilizar a todos -. Ya está, ahora, quiero que me digas qué pasó allí. -Sin mencionar que Matías estaba all
La luz de la mañana se cuela por la ventana de Alfa, se levanta como si fuera un resorte, se mete a la ducha a regañadientes, porque eso le significó quitarse la poquita esencia del hombre que se le quedó pegada en el cuerpo.Se viste con un pantalón de tela apretado, con bolsillos en los costados, una blusa ajustada y su funda con armas que no la abandona. Una chaqueta para la mañana fresca y sale de allí con rumbo a la cafetería.Golpea con los dedos un par de veces el volante, el tráfico está lento, aburrido, así que coloca la radio. De pronto, comienza a sonar una canción*, en chino, pero que le encanta. Toma el teléfono, para ver si encuentra la letra y se queda pasmada cuando lo hace.-Si hasta la música me dice que es él…La agrega a esa lista de reproducción que nunca escucha y comienza a avanzar en la pista, cuando se despeja un
Todo quedó listo en el papel desde hace algunas semanas, cuando la verdad de Luz y Gerard se supo, Alfa le entregó a Dan todo lo que tenía de Henry Bowman.Además, trasladaron a Rickon a una prisión de alta seguridad, para que el fiscal pudiera interrogarlo, con el trato de que nada le pasaría por ser un “asqueroso vi0lador y traficante mediocre”. Al fiscal tampoco le gustaba que Rickon quedara solo con una condena, pero seguro que algún día se le saldría a él mismo por qué estaba allí y tendría su merecido.Por ahora, solo quedaba esperar.El asalto a todas las propiedades de Bowman estaba preparado para dentro de un día, Alfa estaba en persona siguiendo a Bowman, tratando de que no se le escapara y le pidió el único favor de su carrera a Coussins, quien le aseguró que será la primera en interrogar
-Así será la dinámica: yo pregunto, tú respondes. Si no respondes, mi amigo Mason hará su trabajo.-¡Púdrete! – el bastón impacta en una de las piernas y el grito de Bowman resuena en esa casa en silencio -.-¿Quién era Rogers? – pregunta Alfa con tranquilidad, como si no estuviese frente a uno de los asesinos de sus familias -.-¡No lo sé! – el siguiente golpe impacta en la otra pierna, mientras el hombre da alaridos, Alfa se mira las uñas -.-Te sugiero que le digas, porque tiene una linda foto tuya con Dawson y Rogers – le dice Díaz que se sienta en uno de los muebles -.-¡Pero es que no los sé…! – esta vez una patada de la chica le llega en uno de los costados y esta vez decide que es mejor hablar -. Era el brazo derecho de Cunningham, el que ejecutaba a los traidores…-¿Por qu&ea