Tan pronto como la Corte Real de Sabios los dejó en manos de sus guardias especialmente entrenados, fueron escoltados de regreso al palacio. Volvieron en un automóvil sin ningún tipo de identificación, con ventanas oscuras, y sin el más mínimo rastro del protocolo y ceremonial que por lo general los acompañaba a todas partes. El silencio era absoluto mientras se dirigían al palacio, y los guardias, con expresiones impasibles en sus rostros, los observaban como halcones. El juicio había sido un completo desastre para todos ellos, pero particularmente para Leopold. En la saga interminable que era la obsesión de Jess por destruir a Amaris, este nuevo capítulo había puesto de manifiesto todos los defectos y fallas de larga data en la personalidad de Leopold, que Amanda había pasado tanto tiempo cultivando. Todo el tiempo y la energía que había requerido para socavar su sentido de la rectitud, la seducción y la capacidad de persuasión que había necesitado para torcer su mente con palab
Tan pronto como Leopold desapareció de la vista, con los guardias siguiéndolo de cerca, Amanda giró lentamente para mirar a Jess. Jess miró a su alrededor, presa del pánico, y un gruñido feroz escapó de labios de Amanda mientras avanzaba amenazadoramente hacia ella. Jess quería gritar para pedir ayuda, y retrocedió apresuradamente, pero una ola de terror se apoderó de ella, y se sintió incapaz de siquiera abrir la boca. '¡No puedes escapar de mí, Jess, así que ni siquiera lo intentes!' Siseó Amanda, y la espalda de Jess impactó violentamente contra la superficie helada y dura de una pared, haciéndola gemir involuntariamente. Amanda se burló de ese lamentable sonido mientras se detenía abruptamente justo frente a Jess. Sus ojos recorrieron el rostro de su hija con una expresión de disgusto. Jess cerró los ojos con fuerza ante la intensa mirada de su madre, temblando violentamente. Contuvo la respiración. Esperando el impacto que estaba segura llegaría, de la palma de la mano de su
Se mordió el interior de la mejilla casi hasta hacerlo sangrar, en un esfuerzo por evitar gritar. Su madre le echó la cabeza hacia atrás para observar sus rasgos aterrorizados con una especie de excitación perversa, y Jess sintió que su corazón le martillaba en el pecho. 'Tu idea me intriga' ronroneó Amanda, mientras deslizaba la espada fuera del cuerpo de Jess y acariciaba el cabello de su hija con la hoja cubierta de sangre. Jess temblaba violentamente bajo el psicótico abrazo de su madre, y no se atrevía a emitir un solo sonido para no volver a despertar su ira. Amanda rio entre dientes y plantó un brusco beso en la frente de Jess. Luego lamió la hoja de la espada para eliminar cualquier resto de sangre, y sonrió con malicia hacia el rostro aterrorizado de su hija. 'Cuéntamelo todo, mi pequeño corderito, y luego veremos si esta noche sacrifico o no tu sangre, y la vida de tu hijo, o si tu plan te ofrece otra oportunidad para redimirte'. Amaris estaba sentada en el borde de la c
Dave le abrió las piernas y dirigió una mano directamente hasta su entrep*erna mojada. Resopló para sí mismo al tiempo que le introducía cuatro dedos dentro, y ella comenzó a gemir ruidosamente. 'Pequeña bromista, esto era lo que querías, ¿verdad?' Gruñó en su oído mientras curvaba sus dedos dentro de ella, masajeando su punto G con implacable eficiencia. Amaris se dio cuenta de que era incapaz de formular una respuesta coherente, y solo atinó a sonreír. Justo en ese instante, Dave se dio cuenta de que había sido engañado, y chasqueó la lengua ruidosamente. 'Oh, princesa... eso fue muy sucio de tu parte...' Murmuró él, al tiempo que incrementaba la velocidad de sus movimientos y se deleitaba con la forma en que ella se retorcía contra sus manos. 'Dave... dios mío... por favor... más lento...' Dijo ella finalmente, sin aliento. La sensación era tan increíble que resultaba casi imposible de soportar, agarraba su teléfono con tanta fuerza que sus dedos se estaban poniendo blancos. Da
Dave estaba tan confundido como Amaris.Aunque intentó comunicarse con su lobo en el transcurso y después del incidente, este tuvo dificultades para responderle… o tal vez no quería hacerlo.Fuese lo que fuese, Dave sabía que se había pasado. Entre ellos nunca se había llegado a un punto en el que Amaris realmente quisiera escapar de él, por lo general, era una relación de ida y vuelta llena de lujuria que consistía en que ella quería ser dominada y él le demostraba lo bien que la podía complacer.Su intención era que fuera un poco brusco, puede que también algo violento, porque a ella le encantaba eso, pero estaba preocupado de que la repentina aparición de su lobo y la brutalidad con la que la tomó fuera demasiado, incluso para Amaris.Él tenía miedo de que ella lo dejara…Que nunca volviera a mirarlo con esos hermosos ojos llenos de lujuria… por los que destruiría todo a su paso con tal de introducirse entre sus piernas.¿Y si habia arruinado todo entre ellos?Junto a la puerta del
‘Yo llamaría a esto escapar como un conejo asustado, en vez de hablar de ello’, dijo Maena furiosa. ‘Deberías asumir el papel que tomaste e intentar entender por qué reaccionó así. Los limites no se ponen solos, Amaris!'‘Ya basta Maena, no quiero discutir esto contigo' le contestó Amaris con desdén.'¿No? Pues mala suerte porque vas a oír lo que te tengo que decir, quieras o no. Esto no es unilateral, Amaris, somos dos mitades, como Dave y su lobo' gritó Maena furiosa.‘Pero…' Amaris intentó objetar y, sin contemplaciones, fue interrumpida de nuevo.'¡Sin peros y sin excusas! No tienes ni idea Amaris, ¡no lo entiendes para nada! El lobo de Dave jamás ha visto la luz del día. Ha estado confinado y encerrado, asfixiado y sofocado por la oscuridad hasta que tú lo despertaste. Lo provocaste, despertaste su interés y él respondió' gritó Maena con furia. ‘Sin embargo, aunque él te dio lo que le pediste… le suplicaste… lo castigas y te niegas a aceptar sus intentos de arreglar las cosas…'A
'Si… Minerva estoy bien. Un id*ota que se metió en la carretera, eso es todo. De todas formas estoy en el centro… lo más probable es que sea uno de esos ad ctos…' Respondió Amaris con voz temblorosa.'Amaris, no cuelgues y tampoco abras la puerta…' Le advirtió Minerva, en un tono algo preocupado.'Minerva, no te preocupes, la verdad es que parece fuera de sí. Incluso yo podría moverlo y sacarlo del camino. No puedo dejarlo ahí'. Comentó Amaris mientras soltaba un suspiro fuerte.¿Alguna vez podría disfrutar de un día tranquilo? Aunque sea un par de horas.'Amaris, ¿estás loca? ¡¿No ves películas de terror?! No te conviertas en una futura víctima por amor de Dios. Solo… espera ahí, conduce o lo que sea, pero no salgas del m*ldito auto'. Me gritó Minerva enfadada por el altavoz.Amaris se rio un poco.'No soy una niña, Minerva, sé cuidarme sola, además, sabes que Maena no tolerará tonterías y estamos a media tarde. No pasará nada'.'Amaris, te estoy advirtiendo… los psicopatas no necesi
Minerva llegó una hora después de recibir el mensaje de Amaris donde le aseguraba que estaba bien. Metió la mano en el bolso y revisó su teléfono por si tenía más mensajes de ella, pero el buzón estaba vacío.Mientras miraba la pantalla sin mensajes nuevos, se mordió el labio y frunció el ceño, sintiéndose más nerviosa.‘Amaris, te juro por mi padre que si te has metido en problemas por ser tan ingenua y sin tener en cuenta tu propio bien…' Pensó enfadada mientras cerraba la puerta del auto y entraba a la cafetería.Después de coquetear un poco con el nuevo camarero y tomar su café, se sentó en la mesa de siempre y se quedó mirando por la ventana, esperando a Amaris.Entonces, pasaron cinco minutos, y luego diez…Minerva miró el reloj con impaciencia y volvió a marcar el número de Amaris. Al escuchar el buzón de voz, frunció el ceño y maldijo en voz baja. Había algo que no le gustaba. En un instante tomó una decisión y se levantó de golpe. Haciendo que la silla cayera detrás de ella