Después de que Amaris finalmente lograra liberarse de aquel intenso dolor que desgarraba su alma, Coral, con una expresión seria y preocupada, se acercó a ella para entregarle la información que hacía temblar sus cimientos. La impactante noticia de que el mensajero responsable de llevar la macabra ofrenda, la cabeza de su padre y el antiguo rey, había sido capturado y ahora permanecía confinado en los lúgubres calabozos del castillo, aguardando el implacable interrogatorio que lo esperaba.El rostro de Amaris, una mezcla entre determinación y furia contenida, se iluminó mientras escuchaba las palabras de Coral. Sus ojos centelleaban con una intensidad que denotaba una férrea resolución. En ese instante, parecía que el peso del mundo recaía sobre sus hombros.Maena, su loba interior, se agitaba con inquietud en la profundidad de su mente. Un torbellino de emociones revolvía su ser, la rabia hirviendo en su interior, anhelando venganza por la cruel muerte de su padre. Cada fibra de su
El mensajero finalmente alza la mirada, sus ojos llenos de angustia y miedo. Tragó saliva de nuevo y balbucea: 'Yo... yo solo... fui contratado. No sé quién me contrató. Prometieron recompensarme y así podría sacar a mi familia de la pobreza, ellos prometieron...' Su voz tiembla mientras las palabras fluyen de su boca, confesando lo que sabe bajo la intensidad del escrutinio de Amaris.Amaris frunce el ceño, desconfiando de la respuesta. 'No me importa quién te prometió recompensas', dice con frialdad. 'Quiero nombres, quiero saber quién está detrás de esto. Si no hablas, te aseguro que lo que sucederá a continuación será mucho peor que cualquier recompensa que hayas imaginado'Las palabras de Amaris caen como un martillo, cargadas de una amenaza oscura y siniestra. El mensajero traga saliva de nuevo, su rostro empalideciendo ante la perspectiva de lo que podría sufrir si no coopera.Amaris sostiene su espada con un firmeza implacable, sus ojos clavados en el hombre que se encuentra a
Sin más que hacer, Amaris decidió irse a su despacho, sabía que el mensajero no mentía.No había manera de que supiera los nombres de sus enemigos principales, estos no habían sido revelados y como Amanda había sido reina consorte, no era una información fácil de conseguir.Amaris caminaba por los largos pasillos con la mirada conectada en nada en específico, solo no quería perder ideas, que cuando llegó a su despacho vacío en un papel antes de que se le olvidará.Llegó a su escritorio, tomo el papel y rápidamente comenzó a escribir mientras Dave, que venía con ella se la quedó viendo curioso de lo que hacía.'Si yo no puedo detenerlos de la forma que quiero, voy a jugar un rato con ellos' declaró Amaris cuando terminó de escribir, mientras lo doblaba con cuidado, terminando por hacer un pequeño barco de papel.Dave quiso entender pero ya había perdido el hilo de los pensamientos de Amaris hace rato y se había dado cuenta de que a veces solo son pensamientos frenéticos apoyados por Ma
Con los primeros rayos del sol iluminando el horizonte, Amaris y Dave abandonaron la mansión junto con un grupo de guardias, todos ellos con rostros serios y determinados, incluyendo que estaban armados hasta los dientes.Cuando iban a salir del castillo, Minerva los interrumpió.'¿A donde vas, reina?' Hablo Minerva curiosa por ver a Amaris salir con un séquito a sus pies.'Voy a la cabaña de mi padre, quiero averiguar unas cosas' A Minerva esto le pareció raro, claro, sabía que Amaris quería venganza por lo sucedido pero no sé imagino que iría por una pista o dos cuando mucho, ella misma.'Quedate aquí, yo voy' Hablo Minerva cuando los vello de su nuca se erizaron al pensar que a Amaris le podía pasar algo, no quería arriesgarse y menos cuando un pensamiento paso por su cabeza, las dos veces que Amaris casi pudo haber muerto dándole algo más de un susto a ella.'No' hablo Amaris cortante.'¿No? ¿te has visto en un espejo, verdad?' Amaris volteo hacia donde estaba ella y le dedicó un
El silencio en la cabaña se volvió espeso y palpable mientras Amaris depositaba con determinación el pequeño barco de papel sobre la mesa de madera desgastada. Era un gesto que trascendía las palabras, una declaración de guerra en su forma más silenciosa pero contundente, Ella sabía que si Amanda estaba con Eromaug, el una a entender que significaba. Los presentes podían sentir el cambio en el ambiente, una atmósfera tensa y cargada de anticipación.No pasó mucho tiempo antes de que una risa retorcida y amenazante resonara en la sala, rompiendo el silencio como un cuchillo afilado. La risa parecía vibrar en el aire, un eco siniestro que retumbaba en los corazones de todos los presentes. En respuesta, los rostros de Dave, Minerva y los guardias se tensaron aún más, listos para enfrentar cualquier amenaza que se presentara, mientras que Amaris presentaba un rostro tranquilo.Y entonces, como si el mismo tejido de la realidad se hubiera rasgado, un portal se abrió en el centro de la
Dave la miró con una mezcla de preocupación y empatía, su mano buscando la suya en busca de consuelo mutuo. No eran solo las vidas de sus seres queridos lo que estaba en juego, sino el destino mismo de su reino y de aquellos que habían sido arrastrados a esta lucha épica entre la luz y la oscuridad. Con la esperanza como su brújula y el amor como su arma más poderosa, estaban dispuestos a enfrentar cualquier desafío que se les presentara en el horizonte incierto.La atmósfera de la cabaña se cargó de tensión una vez más, cuando un rayo rojo como la sangre rasgó el cielo y dejó en su estela la figura de una persona amenazante y oscura. La silueta parecía vibrar con una energía siniestra, lista para desatar su furia sobre aquellos que se atrevieran a enfrentarla.Nadie en la cabaña podía determinar quién era esa figura, pero la incertidumbre y la inquietud se apoderaron de ellos. Los guardias ajustaron sus posiciones, sus armas listas para defenderse ante cualquier amenaza que se avecin
Amaris no quería luchar con su madre, sus últimos recuerdos de ella estaban siendo manchados y no quería herirla.Dave, con una mezcla de urgencia y temor, se transformó en lobo y corrió tras Amaris. El corazón de Baldur latía con fuerza, su mente llena de angustia mientras intentaba proteger a su mate, que amaba sobre todas las cosas, de cualquier peligro. Pero el escenario que se presentaba ante ellos era más oscuro y aterrador de lo que podrían haber imaginado.Maena rugía en la cabeza de Amaris, Baldur podría sentirlo, estaba llena de frustración al ver en lo que se había convertido su madre.El encuentro entre madre e hija se volvía más inevitable con cada paso que Amaris daba, pero el resultado era incierto. La madre de Amaris se acercó lentamente, sus ojos negros fijos en la figura de su hija. La tensión en el aire era palpable, una lucha épica entre la luz y la oscuridad, entre el amor y la traición, estaba a punto de desencadenarse.El bosque parecía un campo de batalla en es
La escena estaba impregnada de tensión y conflicto. Los lobos luchaban con una intensidad feroz, cada uno movido por su propia motivación y emoción. Amaris, soltó un rugido lleno de dolor y se convirtió en Maena, Dave en Baldur la veía sorprendida ya que no pensó que ella se convertiría en Maena, Baldur la veía con orgullo, Maena era su loba.Maena avanzó con determinación hacia la madre que alguna vez había amado. Los ojos de ambas lobas se encontraron en un enfrentamiento silencioso, como si la historia de su relación pasada estuviera escrita en esos instantes.La batalla se desplegó como una coreografía salvaje de destrezas y emociones enredadas. Las dos lobas, imponentes en su ferocidad y gracia, se enfrentaron en un escenario donde el suelo temblaba bajo sus pasos enérgicos. Sus pelajes eran un torbellino de sombras y destellos, contrastando entre sí como las luces y sombras de la noche.Los ojos de los observadores se encontraban cautivos por la intensidad del conflicto, por el