Dave había regresado a la habitación poco después de que Eva y Coral se fueran y se encontró frente a su bella esposa concentrada en el teléfono frente a ella.

Metió aún más las manos en el bolsillo y se reajustó mientras se apoyaba contra el marco de la puerta.

Era deslumbrante en todos los sentidos, incluso concentrada tan intensamente en lo que fuera que estaba haciendo, que solo quería salpicar su cuello con besos y escucharla gemir debajo de él otra vez. Se había necesitado una increíble cantidad de autocontrol para no devastarla la noche anterior.

Sus instintos le dijeron que ambos necesitaban la liberación que traería estar juntos, pero también era muy consciente de que cuando se trataba de su intimidad, ambos eran cualquier cosa menos callados.

Sin embargo, nada los detendría esta noche.

Se permitió disfrutar un poco más, bebiendo su vista y almacenándola en su mente para recordarla cuando le convenga antes de aclararse la garganta y ella lo miró con una sonrisa sensual en su