La mañana pareció pasar más rápido de lo que había anticipado, y Amaris no se sentía como si hubiera dormido en absoluto. Sin embargo, debió haberse quedado dormida en algún momento de la madrugada, escuchando los suaves ronquidos rítmicos de Dave mientras su pecho subía y bajaba de forma predecible bajo su mano.

Cuando abrió los ojos, no se veía a Dave por ninguna parte y Coral estaba preparando el desayuno en la mesa junto a la ventana.

Amaris se estiró de mala gana y se sentó en la cama, parpadeando para quitarse el sueño de los ojos y antes de que él pudiera abrir la boca para preguntar algo, Coral habló.

'Buenos días, su alteza'. Ella dijo suavemente con una pequeña reverencia: ‘El rey consorte dijo que te dijera que ha ido a llamar a Ben y que no olvides que Eva estará aquí en breve. Pensó que era prudente desayunar en tus habitaciones para ahorrar un poco de tiempo'

Amaris abrió la boca para objetar y luego la volvió a cerrar, mientras una sonrisa jugaba en las comisuras de su