Amaris sintió que el corazón se le rompía en pedazos minúsculos mientras miraba absorta la imagen de Dave en el monitor que tenía delante. ¿Por qué estaba aquí? ¿Por qué parecía tan amigo de esa vil…? ¿Qué hacía en la habitación de Jess? La risa burlona de Amanda llenó sus oídos. 'No estás tan segura de ti misma ahora', dijo sonriendo con satisfacción mientras escupía a sus pies. 'Ninguno de ustedes es mejor que los animales que albergan en su interior… esclavos de sus instintos e impulsos básicos. No fueron hechos para gobernar, fueron hechos para ser gobernados por una mano firme. Todos necesitan un poco de disciplina primero… eso es todo'. Así que ese era su plan… apoderarse del reino y hacer que los lobos hicieran su voluntad o la de sus amos. Amaris simplemente estaba en su camino como heredera al trono y eso era exactamente lo que querían tanto Jess como Amanda… su propio lugar en el trono. 'Así que quieres el trono…' 'Claro que sí, niñita tonta. ¿Por qué si no iba a malgas
Amaris miro inexpresiva la puerta abierta frente a ella. Ya había tratado de huir una vez, con ayuda de Maena, pero Amanda se había acercado hasta la puerta y se había reído mientras ella hacía todo lo posible por librarse de sus ataduras. Le había resultado imposible y, cuando al fin se dio por vencida, Amanda simplemente desapareció por donde había venido. Resultaba bastante obvio que, incluso combinando fuerzas con Maena, resultaría imposible escapar de esa manera. Ya casi había perdido cualquier rastro de esperanza de que Dave pudiera encontrarla. Quizás Amanda tenía razón con respecto a los cambia formas masculinos, particularmente los lobos. A fin de cuentas, su padre había traicionado a su madre, Fernando lo había hecho con ella, y ahora Dave… 'No empieces a pensar así, Amaris. ¡No te atrevas! Hace solo unos días estabas muy confiada, ¿qué pasó con eso?' Maena gruñó furiosamente en su interior. Cuando todo esto había ocurrido. Maena se había sentido tan incrédula como ape
Los brazos de Amaris se sacudían dolorosamente con las vibraciones producidas por Fernando mientras intentaba pacientemente cortar los tornillos de la placa de metal por sobre ella. Las esposas estaban demasiado apretadas como para poder cortarlas, y además Fernando estaba seguro de que estaban hechas del mismo material que las cadenas. Solo se podían abrir con la llave, y, de no encontrarla, tendrían que recurrir al cerrajero que las había fabricado. Fue un arduo esfuerzo, pero, cuando Fernando por fin terminó, la placa se deslizó por sobre los tornillos, y las cadenas quedaron sueltas. Las piernas de Amaris estaban prácticamente insensibles, a causa de haber estado en la misma posición durante tanto tiempo. Cuando sus brazos fueron liberados, sus piernas no resistieron todo su peso, y cayó al suelo estrepitosamente. '¡Dios mío! ¡Amaris, lo siento mucho! ¡Debería haber pensado en eso! ¿Estás bien?' Fernando se disculpó mientras se precipitaba hacia ella, y la ayudo a ponerse de p
'¡No te atrevas a mentirme. Dave! ¡Lo vi con mis propios ojos! ¡Te acostaste con esa z*rra de Jess. Amanda nos lo mostró todo! ¡¿Cómo pudiste hacerlo?!' Amaris se enfureció aún más, y el pánico invadió el rostro de Dave. Minerva jadeó sorprendida. Agarró con firmeza los hombros de Amaris y la obligó a mirarla a los ojos. 'Amaris, necesito que me escuches' dijo con firmeza. Podía ver la furia incandescente de Maena brillando en sus ojos. 'Dave no te traicionó'. 'Pero Minerva, yo lo vi! Había cámaras y…' '¿Podrías cerrar la mald*ta boca y escucharme por una vez en tu vida?!' Rugió Minerva. Estaba desesperada por arreglar esta situación, y la negativa de su amiga a escucharla la llenaba de frustración. Maena gruñó, disgustada con el tono de Minerva, pero Amaris permaneció en silencio, frunciendo el ceño mientras esperaba que continuara. 'Te juro que Dave no se acostó con Jess. Desde que tú desapareciste, él estuvo conmigo cada minuto'. Amaris, en estado de shock, solo atinó a mirar
Una sonrisa apareció en el rostro de Minerva, y giró emocionada para compartir su alegría con Amaris. Pero al hacerlo, se encontró con Dave y Amaris todavía abrazados con fuerza, casi como si estuvieran congelados, mirándose fijamente. La expresión en sus rostros era una extraña mezcla de terror e incredulidad, pero también de alegría y esperanza. 'Ohm, ¿chicos? ¿Todo bien?' Preguntó Minerva, Dando un paso incierto en dirección a ellos. Ninguno de los dos respondió, sin embargo, demasiado absortos en la mirada que los conectaba. 'Ohm, ¿hola?' Insistió Minerva, ya un poco irritada. 'La reina de las p*rras ha recibido su merecido, y todo lo que pueden hacer es mirarse profundamente a los ojos. ¿Qué dem*nios están haciendo?' Ni Amaris ni Dave la miraron siquiera, ambos fascinados con la presencia del otro. Su padre se paró a su lado, arrastrando por el cabello el cuerpo inerte de Amanda a través del frío suelo de piedra. Lord Brarthroroz miró a su hija y sonrió. 'Quizás Amanda si
Minerva suspiro exasperada.'¡Oh, por el amor de Dios, de verdad lo olvidaron! Argh, ustedes los peludos me dan náuseas a veces. De acuerdo, vayamos arriba. Démosle la oportunidad a otras personas de sentirse asqueadas por la adoración eterna que ustedes sienten el uno por el otro'. Se rio mientras se dirigía hacia la escalera.'¡Tú lo sabías! ¿verdad?' Gritó Amaris de repente, y Minerva se detuvo en seco al pie de la escalera.Minerva quería mentir y decir que no lo sabía, pero ya no tenía ganas de seguir haciéndolo. Giró para mirar a ambos, y sonrió.'Sí, lo sabía, pero créeme cuando te digo que no había ninguna otra opción' dijo Minerva con severidad. 'Si se los hubiéramos dicho, eso hubiera extinguido cualquier posibilidad de que la maldición se rompiera por sí sola. De hecho, aún no sabemos si la maldición se rompió porque Amanda perdió sus poderes, o sí, todo este asunto con el imitador hizo que ustedes se dieran cuentas por sí mismos… y probablemente nunca lo sepamos'. Se encog
Leopold volvió a su conversación con Fernando, y se esforzó por entender todo lo que este le estaba diciendo. Todo era tan absurdo y descabellado que al principio le costaba creerlo, pero cuanto más oía, más sentido empezaba a tener todo en su vida.Elevó la vista por un instante y su mirada se posó en su hija Amaris, estrechamente abrazada por el Alfa Nocturne mientras caminaban con Minerva a su lado. Su corazón se retorció dolorosamente al verla. Sabía que sus chances de ser perdonado después de todo lo que había pasado eran ínfimas, pero también sabía que tenía que intentarlo.'Discúlpame un momento, Fernando…' Hizo un gesto de disculpa mientras señalaba en dirección a Amaris.'Por supuesto, su alteza' respondió Fernando con una leve reverencia al tiempo que retrocedía, y Leopold se dirigió hacia su hija y sus amigos tan rápido como pudo.'Amaris… espera…' Dijo Leopold, alzando la voz mientras se acercaba al grupo.Amaris hizo una breve pausa y se volvió, mirando por encima del hom
El número de personas que tuvieron acceso a la información confidencial con los detalles que el individuo habría necesitado para sabotear con éxito sus negocios era muy bajo.Si a eso se le añadía el hecho de que las medidas de seguridad en la manada estaban bajo un control tan estricto que solo pudo haber sido alguien cercano y de su confianza, Dave se sentía cada vez más cauteloso con el hombre al que antes consideraba su mejor amigo.Miró por la ventana el paisaje a su paso, con el ceño fruncido, mientras revivía el recuerdo de aquella época tan difícil.No supo nunca quién estaba detrás de todos esos problemas porque estos simplemente cesaron. Por más que intentó provocar a los culpables para que volvieran a actuar, nunca reaparecieron.Desde luego, el fin de los ataques no estuvo acompañado de muertes u hospitalizaciones, ni de cambios en el equilibrio de poder dentro de los consejos de administración, por lo que se quedó intrigado desde entonces.Cuando llegaron hasta el largo c