“Ella murió”, respondo, incapaz de ocultar el tono entrecortado de mi voz.

Escucho a Red jadear en sorpresa. Se recupera rápidamente y luego me da un beso en la mejilla y luego en la mandíbula. Siento su tristeza por mí a través de nuestro vínculo.

“¿Estuvieron juntos por mucho tiempo?”. Ella pregunta después de un tiempo.

"No. Nunca la conocí”, respondí con la voz ronca.

Ella me mira confundida. "Entonces, ¿cómo sabes que está muerta?".

“Sentí que el vínculo se rompía. Fue lo más doloroso que jamás sentí en mi vida. Sentí como si mi maldita alma estuviera siendo dividida en dos, luego sentí que una parte de mí había muerto”. Mi voz sale en voz baja.

Los recuerdos de ese día me consumen. Todavía parece que fue ayer. El dolor. La sensación de estar vacío por dentro. No sabía quién era ella, pero el día que murió hizo que mi mundo se derrumbara a mi alrededor. Llevando un pedazo de mí con ella.

Perder a mi pareja me hizo pedazos. Me destrozó de una manera que no se lo desearía ni