“¿Estás aquí para recogernos?”, pregunta Jax.

"Sí", respondo y luego escaneo el área. "No veo a Mason, ¿dónde está?".

Krystal responde. “Ya lo recogieron”.

"Está bien, entonces vámonos a casa".

Nos subimos al coche y Hunter empieza a conducir. Después de hacer clic en sus cinturones de seguridad, me enfrento a ellos.

"Entonces, ¿cómo estuvo la escuela hoy?".

Se miran y sonríen antes de girarse para mirarme.

“Obtuve un noventa y ocho en mi examen de matemáticas”, responde Jax sonriendo.

“Y pude alimentar a la iguana de la clase. Finalmente llegó mi turno”, burbujea Krystal.

Pasan los siguientes treinta minutos contándome historias de cómo pasan el día. Cuando llegamos a la casa de manada, yo estaba sonriendo y riendo. Pude olvidar el estrés del día.

Entramos y la burbuja feliz se evaporó cuando vi al miembro de la manada lanzándome miradas de asco. No de nuevo, pensé para mis adentros. Probablemente habían visto esas imágenes virales.

“¿Por qué no suben ustedes dos y hacen su