Ninguno de nosotros es capaz de disimular la sorpresa que le causa esta nueva revelación. Al parecer, Adolph y Mía se conocen. La forma en la que él se la queda viendo, como si estuviese frente a un fantasma; es sencillamente agobiante.Camina con parsimonia hacia nosotros, mientras Enzo todavía la tiene bien sujeta de las cuerdas.—No puede ser, tú… creí que estabas muerta.—Esa era la idea —responde ella con una media sonrisa. Sin embargo, solo veo una tremenda tristeza en su semblante.—¿La conoces? —cuestiona Enzo.Adolph recién repara en él, pues no podía quitarle la vista de encima a la chica.—Claro que la conozco, ella era mi mate —confiesa.Enzo abre los ojos hasta el límite, incluso yo trato de ahogar un jadeo de asombro. Si me hubiesen dicho que el mundo es un pañuelo, no lo hubiera creído antes.—¿Era? —cuestiona Mía.—Me rechazaste, creo que esa palabra encaja bien con la descripción, ¿o no?—Ok, será mejor que alguien explique lo que está pasando aquí —interviene Duko.—
EnzoCyrene y yo caminamos por el pasillo hasta las escaleras. Ella me da la espalda, sé que está tratando de ocultar sus sentimientos, y algo me dice que no es solo eso. Hay algo que no quiere decirme, algo más además de todo lo que me ha contado hasta el momento.Dije que no la presionaría, sin embargo, temo que eso que está ocultándome termine por acabar con la poca estabilidad que hay entre los dos. Estoy por creer que sus sentimientos hacia mí ya no son tan fuertes, y eso me atemoriza.No quiero perderla, eso sería como morir; además la manada se debilitaría; no obstante, por mucho que suene egoísta con lo que pienso, realmente no me importa si perdiésemos poder. Lo único en lo que pienso es en ella.Siempre he pensado que compartir nuestras emociones e incluso algunos pensamientos, es una bendición, sin embargo, ahora no estoy tan seguro de ello. Porque lo que acabo de percibir de Cyrene me hizo sentir un vacío en el pecho tan intenso y agobiante, que me ha costado trabajo mante
Con la salida del sol, Enzo y yo tomamos caminos separados. Por alguna razón eso se siente como si en realidad estuviésemos alejándonos de verdad. Lo miro una última vez antes de adentrarme al bosque con los pocos que quedan de la manada.Me tranquiliza un poco saber que, al menos, podrán recuperar al resto en la comisaría.Conozco muy bien las tácticas de Simon, si ya está en el pueblo, lo primero que hará será averiguar todo sobre nosotros. Es probable que ya sepa dónde vive la manada; me preocupa que esté planeando algo grande.Alarick dijo que eran al menos veinte cazadores, un grupo tan grande debería ser bastante obvio, sin embargo, Simon y los demás son buenos para pasar desapercibidos.Voy con Elijah y Duko a mi espalda. Ellos van el todoterreno, mientras yo conduzco la moto.En ese mismo auto en la parte de atrás, está Alarick con Hailey sedada, y a su lado, Mía.Enzo sigue sin confiar en ella, así que dio la orden de enviarla junto a nosotros con las manos atadas.A la dista
EnzoLo primero que vi incluso antes de llegar a la comisaría fue el denso humo gris oscuro elevándose hacia el cielo. De por sí, eso ya era un mal augurio, pero dentro de mí quería creer que quizá se trataba de algo más.Que esa humareda provenía de otra parte. Sin embargo, a medida que me acercaba más al lugar, ya sabía que no era así.Adolph a mi lado ya estaba agitado, cuando los dos estuvimos frente al edificio de la policía y lo vimos en llamas, no nos quedó ninguna duda.Los bomberos están ahora mismo intentando apagar el fuego abrazador que amenaza con reducir el lugar a cenizas, y, además, esparcirse a otras casas y árboles aledaños.—¡NO! —grita mi tío.Sale corriendo en busca de intentar entrar a la estación, lo que me obliga a salir de mi shock y sujetarlo con fuerza de la cintura para evitar que entre a ese lugar que parece el mismo infierno.Escucho la voz del sheriff a la distancia, viene corriendo hacia nosotros con una expresión de vergüenza y arrepentimiento total. A
No puedo creer la actitud de Enzo hacia Vincent. Sé que está agobiado, molesto y triste por la muerte de media manada, yo también lo estoy. Me duelen sus muertes como si fuesen parte de mí misma. Es algo que no puedo explicar, a la mayoría de ellos ni siquiera los llegué a conocer tan bien, sin embargo, saber que ya no están más me hace sentir un vacío dentro de mi pecho, como si se tratase de un familiar. Supongo que es el lazo de luna que tengo con el Alfa, el responsable de eso. Aun así, es inconcebible para mí tolerar lo que ha hecho contra Vincent, que no tiene la culpa de nada. Si acaso su hijo fue responsable de acusarlos en vano, pero todo lo demás, corre por cuenta de los cazadores. Enzo me mostró el casquete de bala, y lo conozco demasiado bien como para que tenga algún espacio a la duda. Esas armas le pertenecen a Simon. No se me hace extraño que todavía no se haya aparecido, lo más seguro es que esté ocultándose entre las sombras, disfrutando en silencio de la masacre
Enzo—¡Vámonos de aquí, Enzo! —me pide Adolph mientras yo estoy como un estúpido viendo a Cyrene alejarse con él.Mi tío toma mi brazo y me jala de improvisto, yo me sacudo de su agarre y acomodo mi chaqueta antes de dar media vuelta. Sé que lo que hice fue una estupidez, pero me duele que Cyrene lo haya preferido a él por sobre mí. Sus heridas no son nada en comparación a lo que estoy sintiendo en este momento.Camino con paso acelerado hasta el todoterreno, me subo y cierro la puerta de un portazo.—Vámonos ya a la casa de los Dagger —digo sin quitar la vista del frente.—¿Se puede saber qué fue eso? ¿Por qué atacaste a ese humano?—Porque no me agrada, ¿ok?Arranco el auto y piso el acelerador dando la vuelta a media calle.—Enzo… —comienza a decir en tono de sermón.—No digas nada, sé que no debí hacer eso.—Si el muchacho de Vincent nos acusó o no, sigue sin ser su culpa lo que pasó.—¡Ya lo sé! —grito. Piso el freno cuando estamos a punto de entrar en el bosque.—Enzo, tienes qu
Enzo—Muy bien, cambiar de forma a voluntad no es algo que pueda hacer todo el mundo. Lleva tiempo y años de práctica. Se trata más bien de conectarse con tu lobo interno —explica Mía.Llevamos horas aquí metidos intentando algún cambio sin mucho éxito.—Es cierto, yo tengo más de sesenta años y no he sido capaz de lograrlo —comenta Adolph.—No nos estás dando muchas esperanzas —dice Alarick con fastidio. Se descruza de brazos y vuelve a sentarse al lado de Hailey, quien ya comienza a dar atisbos de despertar.Una vez que lo haga, la usaremos para llegar a los cazadores y, con suerte, también a la criatura.—A mí me tomó bastante tiempo, pero a mi hermano le llevó solo unos días, depende de la voluntad de cada uno. —La sonrisa de Mía casi me da aliento para creer que es posible.De hecho, ya yo lo había logrado un poco esa vez en la comisaría. El único problema es que no tengo idea de cómo lo logré. Se lo comenté, pero ella tampoco tuvo respuestas para explicarlo.Por otro lado, no pu
El primer escalón cruje al poner el peso de mi cuerpo sobre él. Me detengo en seco y espero a que Vincent se aparezca, pero luego de un minuto, nada ocurre.Piso el siguiente, esta vez con mucho más cuidado. Mientras desciendo las escaleras, la oscuridad me va engullendo hasta que ya no consigo ver nada más que negro.Al principio no escucho ningún ruido, sin embargo, de la nada, un golpe me hace dar un respingo. Creo que fue una mala idea bajar a este lugar. Lo más probable es que realmente solo se trate de ratas, y yo estoy aquí pecando de curiosa en una casa que no es mía.Mis ojos se acostumbran a la oscuridad, tanteo con la mano la pared, pues dejé mi celular como tonta arriba. Finalmente consigo encontrar lo que creo es un interruptor. Lo enciendo y enseguida todo se ilumina de una luz blanca y tenue.Una parte de mí esperaba ver algo extraño, sin embargo, solo parece un sótano común.Suspiro con alivio y me echo a reír.—Qué tonta soy, ¿cómo va a tener Vincent algo raro en su s