EnzoLo primero que vi incluso antes de llegar a la comisaría fue el denso humo gris oscuro elevándose hacia el cielo. De por sí, eso ya era un mal augurio, pero dentro de mí quería creer que quizá se trataba de algo más.Que esa humareda provenía de otra parte. Sin embargo, a medida que me acercaba más al lugar, ya sabía que no era así.Adolph a mi lado ya estaba agitado, cuando los dos estuvimos frente al edificio de la policía y lo vimos en llamas, no nos quedó ninguna duda.Los bomberos están ahora mismo intentando apagar el fuego abrazador que amenaza con reducir el lugar a cenizas, y, además, esparcirse a otras casas y árboles aledaños.—¡NO! —grita mi tío.Sale corriendo en busca de intentar entrar a la estación, lo que me obliga a salir de mi shock y sujetarlo con fuerza de la cintura para evitar que entre a ese lugar que parece el mismo infierno.Escucho la voz del sheriff a la distancia, viene corriendo hacia nosotros con una expresión de vergüenza y arrepentimiento total. A
No puedo creer la actitud de Enzo hacia Vincent. Sé que está agobiado, molesto y triste por la muerte de media manada, yo también lo estoy. Me duelen sus muertes como si fuesen parte de mí misma. Es algo que no puedo explicar, a la mayoría de ellos ni siquiera los llegué a conocer tan bien, sin embargo, saber que ya no están más me hace sentir un vacío dentro de mi pecho, como si se tratase de un familiar. Supongo que es el lazo de luna que tengo con el Alfa, el responsable de eso. Aun así, es inconcebible para mí tolerar lo que ha hecho contra Vincent, que no tiene la culpa de nada. Si acaso su hijo fue responsable de acusarlos en vano, pero todo lo demás, corre por cuenta de los cazadores. Enzo me mostró el casquete de bala, y lo conozco demasiado bien como para que tenga algún espacio a la duda. Esas armas le pertenecen a Simon. No se me hace extraño que todavía no se haya aparecido, lo más seguro es que esté ocultándose entre las sombras, disfrutando en silencio de la masacre
Enzo—¡Vámonos de aquí, Enzo! —me pide Adolph mientras yo estoy como un estúpido viendo a Cyrene alejarse con él.Mi tío toma mi brazo y me jala de improvisto, yo me sacudo de su agarre y acomodo mi chaqueta antes de dar media vuelta. Sé que lo que hice fue una estupidez, pero me duele que Cyrene lo haya preferido a él por sobre mí. Sus heridas no son nada en comparación a lo que estoy sintiendo en este momento.Camino con paso acelerado hasta el todoterreno, me subo y cierro la puerta de un portazo.—Vámonos ya a la casa de los Dagger —digo sin quitar la vista del frente.—¿Se puede saber qué fue eso? ¿Por qué atacaste a ese humano?—Porque no me agrada, ¿ok?Arranco el auto y piso el acelerador dando la vuelta a media calle.—Enzo… —comienza a decir en tono de sermón.—No digas nada, sé que no debí hacer eso.—Si el muchacho de Vincent nos acusó o no, sigue sin ser su culpa lo que pasó.—¡Ya lo sé! —grito. Piso el freno cuando estamos a punto de entrar en el bosque.—Enzo, tienes qu
Enzo—Muy bien, cambiar de forma a voluntad no es algo que pueda hacer todo el mundo. Lleva tiempo y años de práctica. Se trata más bien de conectarse con tu lobo interno —explica Mía.Llevamos horas aquí metidos intentando algún cambio sin mucho éxito.—Es cierto, yo tengo más de sesenta años y no he sido capaz de lograrlo —comenta Adolph.—No nos estás dando muchas esperanzas —dice Alarick con fastidio. Se descruza de brazos y vuelve a sentarse al lado de Hailey, quien ya comienza a dar atisbos de despertar.Una vez que lo haga, la usaremos para llegar a los cazadores y, con suerte, también a la criatura.—A mí me tomó bastante tiempo, pero a mi hermano le llevó solo unos días, depende de la voluntad de cada uno. —La sonrisa de Mía casi me da aliento para creer que es posible.De hecho, ya yo lo había logrado un poco esa vez en la comisaría. El único problema es que no tengo idea de cómo lo logré. Se lo comenté, pero ella tampoco tuvo respuestas para explicarlo.Por otro lado, no pu
El primer escalón cruje al poner el peso de mi cuerpo sobre él. Me detengo en seco y espero a que Vincent se aparezca, pero luego de un minuto, nada ocurre.Piso el siguiente, esta vez con mucho más cuidado. Mientras desciendo las escaleras, la oscuridad me va engullendo hasta que ya no consigo ver nada más que negro.Al principio no escucho ningún ruido, sin embargo, de la nada, un golpe me hace dar un respingo. Creo que fue una mala idea bajar a este lugar. Lo más probable es que realmente solo se trate de ratas, y yo estoy aquí pecando de curiosa en una casa que no es mía.Mis ojos se acostumbran a la oscuridad, tanteo con la mano la pared, pues dejé mi celular como tonta arriba. Finalmente consigo encontrar lo que creo es un interruptor. Lo enciendo y enseguida todo se ilumina de una luz blanca y tenue.Una parte de mí esperaba ver algo extraño, sin embargo, solo parece un sótano común.Suspiro con alivio y me echo a reír.—Qué tonta soy, ¿cómo va a tener Vincent algo raro en su s
EnzoNo sé cuánto tiempo llevo corriendo, solo sé que ya me he alejado demasiado de los pocos que quedan de mi manada, porque ya no puedo percibirlos.En este estado, soy capaz de distinguirlos incluso a varios kilómetros de distancia, nunca había sentido tanto poder, es como si la luna estuviese todo el tiempo álgido en el cielo, sin embargo, esta nueva transformación también me está cobrando factura, porque poco a poco, mi lado bestia está comenzando a tomar más presencia en mi mente.Ahora mismo no puedo pensar en nada más que la sensación de correr, sentir la tierra húmeda debajo de mis patas. Casi puedo escuchar todos los sonidos del bosque, desde el ciervo que pasta tranquilamente a unos metros de mi posición, o la ardilla que está cascando las nueces que escondió en el hueco de un árbol.Estar así se siente bien, incluso Cyrene se ha desplazado de mis pensamientos, aunque por muy poco, pues es imposible sacarla del todo.Comprender el motivo por el que ha decidido irse no hace
—Se fue hace horas, ¿por qué no intentamos escapar? —pregunto por enésima vez.—Ya te lo dije, no se puede, nadie sabe que estamos aquí, si intentamos escapar, nos matará más rápido —insiste Max.Giro los ojos, no puedo creer que sea tan cobarde. Habría jurado que este no es el mismo Max que conocí antes, de no ser porque además de su reticencia a huir, es exactamente igual en todo lo demás.Jean por su parte ha estado demasiado callado.—Jean, ¿tú que piensas?—Que todo esto es demasiado extraño, no entiendo nada.—¿A qué te refieres?—Al hecho de que no comprendo cómo o para qué tiene secuestrado a ese hombre lobo, y por qué se inyecta su veneno para convertirse en esa cosa… no lo entiendo.Jean tiene razón, llevo horas pensando lo mismo, aunque en realidad, mi mente ha estado divagando en las palabras que le dije a Enzo por el celular.El maldito de Vincent me había obligado a decirle todas esas mentiras mientras tenía sus garras en el cuello de Max.No me imagino lo que podría est
Vincent me sujeta por el cabello con violencia y golpea mi cabeza contra el muro de la isla de la cocina. De inmediato siento la sangre brotando a borbotones de la herida que me acaba de causar. Mi vista se nubla una vez más y el mareo se hace presente.Chasquea la lengua y niega con la cabeza en repetidas ocasiones.—Sabes, me pregunto por qué siempre intentan escapar, es gracioso, como si de verdad creyeran que tienen alguna oportunidad —dice agachado frente a mí.Meneo la cabeza e intento alejarme de él, pero la verdad es que no tengo a dónde huir. Arranca el celular de mis manos y lo hace polvo frente a mí.—¿Qué es lo que quieres en realidad? —pregunto en un intento por distraerlo.No sé qué demonios está haciendo Max, Jean o Connor, solo espero que estén buscando la forma de escapar, o por lo menos algo para derrotarlo.Vincent acaricia mi rostro con sus manos, sin embargo, me doy cuenta de que, en lugar de sus dedos habituales, hay una hilera de garras afiladas.—¿Qué es lo que