EnzoSé que no estoy pensando demasiado bien las cosas. Llevar secuestrada una vez más a Cyrene a mi guarida no es exactamente el mejor plan del mundo, pero ya no sé qué más hacer. La situación me tiene desesperado. Necesito salvar a Duko y a Kurt; la manada y yo somos la única familia que tienen, ¿qué clase de líder sería si les doy la espalda o los dejo morir sin al menos intentarlo?Esta vez al menos me aseguro de que ella no pueda encontrar la ubicación.Conseguir la camioneta en tiempo récord no fue un problema, tampoco llevar a los tres cazadores a la casa, el problema fue verla a ella con ese hombre.Nunca lo había visto antes en el pueblo, aunque tampoco puedo presumir de que me paseo mucho por ahí. El pequeño espectáculo que hice en la cafetería me habrá servido para no volver a mostrar mi cara por el lugar en un par de semanas.Se supone que no debería llamar la atención, sin embargo, Cyrene me descoloca. Hace que mi lado salvaje e impulsivo salga con más frecuencia que ante
Desde que conocí a Enzo mi vida solo se ha convertido en un espiral de locura tras locura. Cuando creo haber hecho algo bien, todo se transforma en un desastre.Debí asegurarme de que los lobos estaban muertos, debí dejar a Hailey al cuidado de alguien en el hospital en lugar de distraerme con los ojos bonitos de Vincent.Ahora estoy encerrada en esta casa en algún lugar del bosque con once hombres lobo que podrían matarme en un segundo. No importa que falten dos semanas para la luna llena. Ellos siguen siendo más y más poderosos que yo. En especial cuando no tengo ningún arma con la que defenderme.Me acerco a él con los ojos llorosos. No me gusta demostrarle debilidad, no quiero tener que deberle nada, pero no sé con qué me estoy enfrentando. No se me olvida que el Alfa y los Beta también se escaparon, y ahora mismo todo en lo que puedo pensar es en Hailey.—Enzo, por favor, déjame ir, tengo que ir a salvarla. Ella es mi mejor amiga en todo el mundo. No puedo perderla.—No —responde
EnzoLlevamos toda la tarde andando por el bosque en busca de esa cabaña. Saber que tengo a mi lado a un despreciable cazador, que no dudaría en matarme si tuviese las armas, me pone alerta hasta límites insospechados.No me gusta su actitud prepotente, ni esa mirada de que tiene algún as bajo la manga que usará en cualquier momento para clavarme el puñal por la espalda.La luz nos abandona poco a poco, debajo de esta arboleda tan espesa que casi nunca deja pasar los rayos del sol; y, además, con el cielo siempre nublado; para las cuatro de la tarde, la visibilidad es casi nula, sin embargo, eso no es problema para mí. Tengo una visión superior a la de los humanos.Veo que Sam está a punto de tropezarse con una rama. Estoy tentado a dejarlo caer, pero a último momento, me arrepiento.Lo sujeto del brazo antes de que resbale y se dé de bruces contra las pequeñas rocas.—¿Qué haces? No necesito de tu ayuda —asegura sacudiéndose de mi agarre.—Está bien, la próxima vez dejaré que te romp
Enzo Lo primero que siento es un frío intenso que se apodera de mi cuerpo sin que lo pueda detener. La bala envenenada con acónito se esparce de prisa por mi sangre, infectándome con una lentitud digna de una tortura. Sam se queda un poco estupefacto sin apartar la vista de mí. Al parecer en algún momento que no alcancé a ver, Hailey había quedado inconsciente. Pues está tendida en el suelo y no se mueve. Intento no demostrar que estoy sufriendo un dolor agonizante, sin embargo, me es un poco difícil ignorar el hecho de que, si este cazador le ha dicho la verdad al Omega, moriré aquí esta noche. El dolor no me deja ponerme de pie, comienzo a agonizar bastante rápido. Termino de caer al suelo de costado, ante la mirada inerte de Sam. Al principio da un paso hacia atrás, recoge a Hailey y se la pone en brazos como un costal. Pienso que me dejará ahí, pero para mi sorpresa, se acerca. —Aunque no me guste reconocerlo, me has salvado la vida, a pesar de que yo iba a abandonarte. Solo p
—¿De verdad?El tono de incredulidad de Enzo me causa un poco de gracia.Comprendo que para él sea algo increíble, pero yo he tenido un montón de tiempo para pensarlo detenidamente mientras estuve cautiva en esta casa.Empezando por el hecho de que la angustia que sentí mientras estaba lejos de mí y no sabía lo que le sucedería fue horrible. La necesidad que tenía por ir corriendo a buscarlo, advertirle lo de Sam, o por lo menos asegurarme de que estaba bien, fue demasiado difícil de combatir.Quise negarlo al principio, pero entre más pasaba el tiempo, más me daba cuenta de lo obvio.Enzo y yo tenemos un lazo que nos une. Uno que hace que nos preocupemos por el otro, aunque no queramos.No estoy segura de si lo que siento por él es amor. Dudo enormemente que se trate de eso, pues a penas y lo conozco, no puedo sentir algo tan grande por él.Tampoco entiendo cómo es que funciona esto de ser su luna. No soy una loba, solo soy una simple humana que se vio envuelta en lo sobrenatural des
La noche cae bastante rápido, hay luna menguante y hace un frío intenso que te hiela hasta los huesos. El vestido que Enzo dejó para mí es demasiado revelador, me congelaré si uso algo como eso, no obstante, me lo pongo solo para matar la curiosidad de cómo se me vería.La caída queda perfecta a mi cuerpo, realza mi pecho y la silueta de mis caderas queda hermosa. Incluso yo misma me sorprendo al verme.La puerta se abre de improviso a mis espaldas, doy un respingo, Enzo está entrando vestido de traje y corbata, y no podría verse más guapo.Abre la boca, asombrado con mi atuendo.—¡Wow! Te ves muy bien.Se acerca a mí y me hace dar un par de vueltas, luego me toma de la cintura de forma atrevida.—Enzo, al menos pídeme permiso para tocarme así —reclamo.—No estoy acostumbrado a hacer eso, eres mía Cyrene, cuando te unas a mí, me pertenecerás —dice de forma posesiva.Una parte de mí odia esto, nunca había estado en una situación ni remotamente similar, sin embargo, el otro lado, el que
Me despierto en medio de la cama de Enzo. No sé en qué momento de la noche me quedé dormida, seguramente después de haber bebido mi octava copa de vino. La manada había hecho una celebración por la unión de nuestro lazo hasta bien entrada la madrugada. Fue extraño, sentir que había familiaridad con ellos, cuando al mismo tiempo hacía poco había querido cazarlos. Todavía mis instintos de cazadora me dicen que debo cuidarme; en especial de Alarick, pero he dejado de sentirme tan a la defensiva al lado de los demás. Enzo no está por ninguna parte, por un segundo me quedo paralizada al pensar que quizá él y yo hicimos algo anoche, sin embargo, el vestido todavía sigue intacto sobre mi cuerpo, y no me siento diferente. Me siento en la cama justo cuando la puerta se abre frente a mí. El Alfa viene entrando con una bandeja de comida para mí. —Buenos días —saluda con una sonrisa. —¿Qué pasó anoche? —Te quedaste dormida así que te traje a la habitación. —¿Y nada más? Enzo sonríe de medi
EnzoIntento controlar los espasmos de temblor que tienen mis manos, en un vano esfuerzo por tranquilizarme. No puede ser que ese sueño haya sido realidad, no quiero creer que yo he vuelto a ser el monstruo que he mantenido a raya dentro de mí desde hace más de diez años.Tengo que dejar a Cyrene sola en la casa, aunque no es lo que deseo.Ahora que es mi luna, me siento más poderoso, más ágil y rápido, pero todo eso, lejos de hacerme sentir bien, me preocupa.No entiendo qué es lo que sucede conmigo. Esos sueños extraños los he mantenido en secreto, solo para mí mismo, pues no quiero tampoco preocupar a la manada. Además, tampoco creí que fuesen algo real. Es que nada de esto tiene sentido.Lo más lógico es que haya sido la manada de Alex. Lo están haciendo por venganza, eso es seguro.Sin embargo, no se me olvida que también llegué a soñar con ellos.Sacudo la cabeza para desechar esos pensamientos de mi mente. Todo eso no fue más que un sueño, al igual que lo de esta familia.Me de