Narrador Casa de Abril (prima de Elizabeth)Era la una de la mañana de una noche tranquila, Abril aún continuaba despierta, repasando una y otra vez su encuentro con Andrés. Había algo en él que la atraía como imán, lo reservado en varios asuntos. Le parecía un hombres con muchos misterios que ella quería descubrir. En ocasiones había escuchado las conversaciones que tenían entre ellos, también con Alfred. Habían permanecido mucho tiempo cerca, había prestado mucha atención cuando ocurrió el insistente de Elizabeth, pero aún no tenía las respuestas.Había hecho una investigación a Alfred, y en todas las noticias se hablaba de su gran éxito, “el lobo de los negocios", se repetían en varios sitios web. Aún así, no era suficiente, había más mucho más, tenía el presentimiento de que algo ocultaba y quizás no era lo que ella pensaba de él, eso involucraba a Andrés.¿Podía confiar en él se preguntaba?Ingresó a la red para empezar a investigar, “la luna de la manada, ¿a qué se refería?", a
Narrador Después de que Alfred abandonara aquel sitio, un gran silencio lo inundó todo. Habían muchas preguntas que requería de respuestas.¿Que significaba eso?, ¿a dónde había ido Alfred? se preguntaba Elizabeth confundida por lo que sucedía.Una risa se escuchó desde una de las habitaciones, era Greace que permanecía encadenada.-Se marchó, ¿cierto?, preguntó con una gran sonrisa al verla ingresar a Elizabeth quién aún estaba analizando lo sucedido.-Esto es lo que siempre ha querido, continúo diciendo y su comentario llamó la atención de Elizabeth.-¿Qué quieres decir? -Eres tan ilusa, ¡pobre Elizabeth!... comentó Greace generando fastidio en ella quien decidió dejarla sola.-¿Sabes por qué hice esto?... gritó, haciendo que se detenga en la puerta.-Dí lo que tenga que decir, aún así no sé si creeré en alguien como tú que ha traicionado a su mejor amigo, respondió Elizabeth.-Crees que lo conoces...pero no es así, el planificó todo ésto hace tiempo. Ese cuerpo que yace sin vida e
Narrador Eran las cuatro de la mañana aproximadamente cuando el coche de Elizabeth se estacionaba frente a la casa de su madre. Aún no amanecía, la quietud del ambiente los alertaba de un peligro que acechaba el lugar. Los guardias que deberían estar custodiando no estaban. Su oídos percibieron un chillido en el interior de la vivienda entendiendo que algo malo sucedía. James decidió descender, mientras Andrés permanecía en alerta a su alrededor.Los pies descansos del hombre lobo pudieron percibir sobre un gran peligro, se comunicó con Andrés a través de una mirada, luego de eso tomó su forma de lobo y avanzo con cautela hacia el interior de la vivienda.-¡DAME TU TELÉFONO!, ordenó Andrés para poder marcar a Zack, pero no obtuvo respuestas.Un fuerte gruñido se escuchó proveniente del interior de la casa, eso hizo que ambos se sobresaltara.-¡¿QUÉ SUCEDE ANDRÉS?!, ¡¡mi familia está ahí!!, dijo Elizabeth y con desesperación intentó descender pero Andrés no se lo permitió.Rápidame
AlfredLas enormes puertas del edificio se abren ante mí, llevo preparándome para esto hace años. He sacrificado mucho, tengo una buena razón para esto.La edificación se encuentra en la capital de la gran ciudad, la personas pasan a su lado sin siquiera imaginar que aquí se llevan planes que pueden llegar a cambiar su vida por completo.Subí por el ascensor mientras dos miembros de la orden me escoltan, estoy llendo a poner fin con lo que está mal.El plan no resultó como esperaba, desde que Elizabeth está en mi vida muchas cosas han perdido sentido para mí, incluso una de las razones por la que he luchado por siglos, venganza.Castleville ha sido castigado muy duro en el pasado, mi padre ha sido un gran líder pero sus fuerzas no fue suficiente para poder enfrentar a estos malditos. El mundo no puede depender de quienes no poseen sentidos ni entiende el valor de una vida.Fui al lugar que en algún momento perteneció al anterior líder.Mandé a pedir un teléfono para poder acabar con t
ElizabethMis lágrimas caen como cascada al no encontrar ningún rastro de mí familia, la desesperación me invade, necesito encontrarlos cuánto antes.Jamás podré perdonarme si algo les sucediera, yo soy la única responsable por todo esto.¡Dios protegerlas, por favor!Veo a James correr hacia la ventana, dirigió su mirada a Andrés, no necesitaba decir más para poder notar lo que sucedía, ellos habían regresado por nosotros.Andrés me pidió que mantuviera a salvo, pero no puedo hacer eso, quiero respuestas y las conseguiré.Tomé el arma que he utilizado con los vampiros, aún le quedan dos municiones, sé que lo que haré será muy estúpido pero debo hacerlo. Salí de la vivienda dirigiéndome hacia la ubicación de los hombres que habían llegado a la puerta.-¡¿DÓNDE ESTÁN?, pregunte.-Debe acompañarnos, me dijo uno de ellos.-Ni se les ocurra tocarme... les advertí mostrándoles el arma que tenía, el hombre observó con atención y se quedó en silencio por un momento, luego comenzó a reírse ju
Elizabeth -¿Puedes explicarme lo qué esta sucediendo, Alfred?-No deberías de preocuparte preciosa, dijo luego acarició su perfecto rostro.-Por supuesto que me preocupo. No entiendo qué es lo que está sucediendo. ¿Por qué te has ido con esa gente? pregunté y se quedó en silencio.-¿No vas a responderme?, insistí.-Eres tu la que me debe una explicación, me dijo mirándome con seriedad.-Lo importante es que todo salió bien. Sé que te molestarías por esto, pero debía hacerlo, si yo te lo decía jamás me dejarías ir, dije y comenzó a reírse.-¿Qué es lo que te hace gracia?, no entiendo.-Si has ido, fue porque así yo lo quise, has hecho un buen trabajo. -¿Cómo es posible?, me has escuchado cuando hablaba con...-Elizabeth, sabes que lo puedes ocultarme nada, aún así, me hubiese gustado que me lo dijeras. Necesito confiar en tí y con lo que has hecho me has demostrado que no puedo hacerlo.-¿Cómo dices eso?, he arriesgado mi propia vida... intenté hablar pero me interrumpió.-No solo la
ElizabethDesperté por la mañana me doy cuenta de que Alfred aún no ha regresando y eso es algo que me preocupa.Salí de la habitación para buscar mi teléfono y llamar a mi familia, no sé por qué pero creo que algo no anda bien, Abril jamás se iría mucho menos después de ver a Andrés. -¡Buenos días Amelia!, saludé luego le pedí mi teléfono.-Buenos días señorita Elizabeth, por orden de su Majestad no puedo hacerlo.-¿De qué está hablando?, necesito hacer una llamada urgente.-Lo siento mucho señorita, pero no puedo desobedecer, tome asiento le serviré el desayuno.-¿Qué significa todo ésto?, ¿por qué no puedes dármelo?, ¿que hago aquí? -No puedo responder sus preguntas, me dijo la señora luego de eso me dejó a solas.-¡No puedo creerlo!, yo me largo de aquí.-Señorita Elizabeth, no puede marcharse sin la autorización del señor.-¿Qué se supone que voy hacer aquí... -Lo mejor será que se relaje, con su Majestad no habrá nada de qué preocuparse. Tiene mucha suerte.-¿Por qué lo dice?
NarradorLas horas transcurrieron rápido, se sentó en el sofá mientras leía un libro para esperar por él. La noche era sin estrella, la quietud del ambiente anunciaba una gran tormenta.Los vientos cada vez eran más violentos, los árboles se sacudían de un lado a otro, deseaba con fervor que él llegara a tiempo. Los lobos que custodiaban la zona estaban inquietos como si percibieron la presencia de algo más en esa oscura noche.Un fuerte gruñido se escuchó a lo lejos, Amelia se alertó, luego de eso se dirigió a Elizabeth quién permanecía expectante a lo que acontecía. Observó a su compañera acercándose a ella, luego de manera repentina, la luz se cortó dejándola a oscuras.-Sígame, señorita... indicó como si algo la hubiese alertado de un peligro.-Es solo una tormenta... comentó Elizabeth.-No, es la tormenta lo que me preocupa, si no que solo tenemos un guardia custodiando la entrada, los otros no han regresado. -¿Qué?... bien, dame el teléfono voy a llamar a Alfred.-Si, por supue