ElizabethMis lágrimas caen como cascada al no encontrar ningún rastro de mí familia, la desesperación me invade, necesito encontrarlos cuánto antes.Jamás podré perdonarme si algo les sucediera, yo soy la única responsable por todo esto.¡Dios protegerlas, por favor!Veo a James correr hacia la ventana, dirigió su mirada a Andrés, no necesitaba decir más para poder notar lo que sucedía, ellos habían regresado por nosotros.Andrés me pidió que mantuviera a salvo, pero no puedo hacer eso, quiero respuestas y las conseguiré.Tomé el arma que he utilizado con los vampiros, aún le quedan dos municiones, sé que lo que haré será muy estúpido pero debo hacerlo. Salí de la vivienda dirigiéndome hacia la ubicación de los hombres que habían llegado a la puerta.-¡¿DÓNDE ESTÁN?, pregunte.-Debe acompañarnos, me dijo uno de ellos.-Ni se les ocurra tocarme... les advertí mostrándoles el arma que tenía, el hombre observó con atención y se quedó en silencio por un momento, luego comenzó a reírse ju
Elizabeth -¿Puedes explicarme lo qué esta sucediendo, Alfred?-No deberías de preocuparte preciosa, dijo luego acarició su perfecto rostro.-Por supuesto que me preocupo. No entiendo qué es lo que está sucediendo. ¿Por qué te has ido con esa gente? pregunté y se quedó en silencio.-¿No vas a responderme?, insistí.-Eres tu la que me debe una explicación, me dijo mirándome con seriedad.-Lo importante es que todo salió bien. Sé que te molestarías por esto, pero debía hacerlo, si yo te lo decía jamás me dejarías ir, dije y comenzó a reírse.-¿Qué es lo que te hace gracia?, no entiendo.-Si has ido, fue porque así yo lo quise, has hecho un buen trabajo. -¿Cómo es posible?, me has escuchado cuando hablaba con...-Elizabeth, sabes que lo puedes ocultarme nada, aún así, me hubiese gustado que me lo dijeras. Necesito confiar en tí y con lo que has hecho me has demostrado que no puedo hacerlo.-¿Cómo dices eso?, he arriesgado mi propia vida... intenté hablar pero me interrumpió.-No solo la
ElizabethDesperté por la mañana me doy cuenta de que Alfred aún no ha regresando y eso es algo que me preocupa.Salí de la habitación para buscar mi teléfono y llamar a mi familia, no sé por qué pero creo que algo no anda bien, Abril jamás se iría mucho menos después de ver a Andrés. -¡Buenos días Amelia!, saludé luego le pedí mi teléfono.-Buenos días señorita Elizabeth, por orden de su Majestad no puedo hacerlo.-¿De qué está hablando?, necesito hacer una llamada urgente.-Lo siento mucho señorita, pero no puedo desobedecer, tome asiento le serviré el desayuno.-¿Qué significa todo ésto?, ¿por qué no puedes dármelo?, ¿que hago aquí? -No puedo responder sus preguntas, me dijo la señora luego de eso me dejó a solas.-¡No puedo creerlo!, yo me largo de aquí.-Señorita Elizabeth, no puede marcharse sin la autorización del señor.-¿Qué se supone que voy hacer aquí... -Lo mejor será que se relaje, con su Majestad no habrá nada de qué preocuparse. Tiene mucha suerte.-¿Por qué lo dice?
NarradorLas horas transcurrieron rápido, se sentó en el sofá mientras leía un libro para esperar por él. La noche era sin estrella, la quietud del ambiente anunciaba una gran tormenta.Los vientos cada vez eran más violentos, los árboles se sacudían de un lado a otro, deseaba con fervor que él llegara a tiempo. Los lobos que custodiaban la zona estaban inquietos como si percibieron la presencia de algo más en esa oscura noche.Un fuerte gruñido se escuchó a lo lejos, Amelia se alertó, luego de eso se dirigió a Elizabeth quién permanecía expectante a lo que acontecía. Observó a su compañera acercándose a ella, luego de manera repentina, la luz se cortó dejándola a oscuras.-Sígame, señorita... indicó como si algo la hubiese alertado de un peligro.-Es solo una tormenta... comentó Elizabeth.-No, es la tormenta lo que me preocupa, si no que solo tenemos un guardia custodiando la entrada, los otros no han regresado. -¿Qué?... bien, dame el teléfono voy a llamar a Alfred.-Si, por supue
Narrador No podía tan solo ignorar lo que acababa de suceder en aquella habitación, ¿cómo era posible eso?, ¿Alfred la estaba engañando? Bajo las escalera en silencio, ignorando todas las pregunta que le había hecho Amelia. Elizabeth parecía estar en un estado de shock, como si algún mal recuerdo se apoderaba de su mente, o quizás había caído en la realidad de lo que sucedía, pensó Amelia.Con el celular en la mano y miles de preguntas que revoloteaba por su mente, decidió comprobar lo que Rapsody le había dicho y llamo a su prima.El celular sonaba, pero nadie respondió aún así, no se dio por vencida y marco a su madre, pero no hubo resultado. Luego pensó en una persona que sabría sobre su regreso y era la tía de Abril quién había regresado a su país antes de tiempo. -Hola, mi querida Elizabeth, que sorpresa tu llamada, ¿le ha pasado algo a tu prima o a tu madre?, le dijo y su respuesta fue muy claro, con eso pudo darse cuenta de que ellas aún estaban aquí.-Tia, mi madre te dijo
Narrador En el reino de Castleville se encontraba el alfa Tarik junto a la princesa de Kyra dando directivas. Alfred había llegado a su reino e intentaron impedir su paso los hombres del Alfa, pero ni siquiera tuvieron oportunidad. Sus más leales hombres se encontraban dentro del castillo, desconociendo la nueva posición de Alfred, Tarik intentaba ejercer dominio sobre las nuevas tierras conquistadas, o por lo menos eso pensó. Alfred avanzó en dirección a quién había puesto a prueba su confianza, lealtad y falló ahora conocería el castigo. Abrió la puerta de su despacho y se encontró con el Alfa sentado en su trono junto a su hija quiénes al verlo quedaron en estado de shock. -¿Qué haces aquí?, preguntó él luego observó a los guardias, nadie se atrevía a retarlo incluso él sintió temor al verlo allí. -Así es como muestra tu lealtad… río Alfred, el alfa Tarik no tuvo oportunidad de hacer un solo movimiento ya había sido rodeado por los hombres de Alfred… -Has cometido un error, b
ElizabethEscuchar la voz de Alfred fue como escuchar la melodía de una dulce canción, por un momento todos esos terribles pensamientos desaparecieron de mi mente y éramos solo nosotros.Pero no podía engañarme mi realidad me daba una bofetada por la cara cuando veo el la situación en la que me encuentro... Y es, ¿quién se cree para hacerme ésto?Yo no voy a ser una más de sus mujeres, no pienso someterme a sus reglas, si cree que lo esperaré por veinte años ha cometido un gran error. Estoy tan molesta por su trato, en un principio creía que éramos solo nosotros, pero eso jamás podrá ser.Puedo aceptar que sea un hombre lobo y vivir a su lado, lo haría sin pensarlo, pero no puedo tolerar este tipo de humillación.Veo cómo Amelia habla con él con tanto entusiasmo, solo escuchar cómo le habla hace que se pongan los pelos de puntas. Estoy tratando de contener mi irá antes de ir y arrebatarle mi teléfono.En un impulso me encuentro detrás de ella, y escuché la voz de Alfred diciendo que te
ElizabethTodo mi cuerpo tiembla involuntariamente al sentir la presencia de una sombra negra hacia nosotros, el vampiro detiene mis movimientos con su agarre, sus asquerosas uñas largas se incrustan en mi piel.Contengo la respiración mientras siento los colmillos de vampiro acercándose peligrosamente hacia mí. La sombra comienza a moverse con velocidad, e imagino que deben ser más de ellos que vienen a reclamar parte de mi sangre. Creo que he cometido un gran error.-Dime humana... estás dispuesta a pagar el precio por este favor?-¿Cuál es el precio? -No es difícil de adivinar, queremos un poco de tu sangre antes de comenzar el trabajo, luego vendremos a cobrarte el resto... dijo riendo.-Tranquila, no acabaremos con tu vida.-¿Tenemos un trato?, me preguntó, luego de eso tomó distancia de mí.-Este favor te saldrá caro, con que el Alfa de Castleville, uno de los hombres más peligrosos.-¿Cómo sabe...-Llevas impregnado su asqueroso olor a perro, me extraña que nos haya llamado tú.