AlfredYa hace un tiempo que está cerca mío y aún no se acostumbra a verme desnudo, incluso trata de no mirar.Sonrió al ver lo roja que se pone, incluso su pulso se ha acelerado, tomó de su mano para poder ayudar a calmar los nervios. Colocó sus manos en mis piernas y disimuladamente la va acercando hacia mi entre piernas.Ella se sonroja al darse cuenta lo duro que estoy, con vergüenza intenta quitar su mano pero no se lo permito.-Sabes que soy todo ésto es tuyo le dije haciendo mención a mi cuerpo, no debes avergonzarte conmigo.Veo a Zack haciendo señas que rápidamente nos hace volver en sí y menos mal, de lo contrario la haría mía en medio del bosque. -Deja que yo baja, me dijo ella descendiendo del coche, para ver qué sucedía.La veo que habla con Zack, luego de eso se dirige hacia la camioneta, puedo ver la preocupación en su cara. Luego discute un asunto con Zack, no se qué le habrá dicho. Corrió hacia mi dirección muy preocupada...-¿Qué sucede Luna? -Hay que ir al hospita
ElizabethA primera hora de la mañana Alfred tuvo que marchar hacía la oficina de urgencia, yo aproveché para ver el estado de nuestros hombres. Francisco había sido muy mal herido, mientras que el resto se encontraba fuera de peligro. Ayer me asusté mucho cuando ví su herida, si fuera un simple humano no hubiese sobrevivido a algo como eso. Los que han hecho ésto tienen que pagar. Anoche hemos tenido una larga charla con Alfred después de pasar una noche de tanta pasión. Una sonrisa se dibuja en mi rostro al repasar lo que sucedió con el hombre que amo, amo sus besos y caricias, la forma en cómo me hace el amor, ¡uf!Espero que apartir de ahora ya no hayas secretos y mentiras, no lo hemos jurando a la luz de la luna, confío en él y creo que apartir de ahora las cosas van a cambiar para nosotros.-Señorita Elizabeth, puede pasar a ver al paciente, me indico el doctor.Después de escuchar el parte médico decido entrar para verlo. Francisco es uno de los hombres más cercano de Alfred
Abril regresaba de su primer día de trabajo, estaba muy contenta se consolaba pensando que de esa forma podría ocupar su mente.Muy distraída caminaba rumbo a su casa hasta que una camioneta interrumpió su paso. Ella se asustó mucho, lo primero que pensó es que intentaría robarle, aunque no tuviera nada de calor consigo, corrió con todas sus fuerzas.Escuchó a alguien descender pero no pudo ver con claridad de quien se trataba, tenia el presentimiento de que no tenía buenas intenciones al estacionarse estrepitosamente frente a ella.Se escondió detrás de un coche que estaba estacionado hasta que sintió a alguien detrás suyo, en ese momento se paralizó.Con el corazón agitado, tomó aire, apretó los puños y encaro en dirección de su agresor.-¡¡¡¡Aaaaaaaahhhh!!!, gritó en ese momento sus voz fue callada por una mano.-Hola preciosa, soy yo.-Andrés... casi muero del susto. -No fue mi intensión asustarse, es que justo te ví pasar y quería sorprenderte.-Lo has hecho, pero no lo vuelvas
-¿Que sucede?, preguntó ella algo asustada al ver su reacción.-Sube al coche, dijo en un tono seco.-¿Puedes decirme lo que te ocurre? -No es nada, dijo tratando de contenerse.-Creo que será mejor que te lleve a tu casa, dijo luego subió rápidamente a la camioneta. Abril se quedó un momento analizando la situación, luego lo siguió.Cansada, ella subió al coche y no se atrevió a siquiera mirarlo, estar con el solo le causaba dolor. Tenía el presentimiento de que él había decidido dejarla y no sabía cómo hacerlo, quizás había alguien más en su vida. Había pensado en la posibilidad de que él tuviera a alguien más en su vida y que todo lo que habían vivido fue solo una aventura del momento, pero ella se había enamorado de él y eso le dolía. La rabia le invadía por no percatarse de sus intenciones, y nuevamente hoy se había prestado nuevamente para un juego. -¿Qué haces?, dijiste que me llevaría a mi casa, eso es lo que estoy haciendo. Pero antes debemos pasar por un lugar.-¿Que luga
NarradorQuería detener este sufrimiento de ambos, quizás si ella lo aceptaba tal cual era, las cosas podrían cambiar para ambos. -Te diré mi razón de todo, por favor no temas... le dijo.Abril se mantuvo en una distancia considerable esperando, tomó aire para poder darse fuerza y enfrentarse a la realidad. El cuerpo de Andrés empezó a tensarse, luego empezó a escuchar el sonido como si se le estuviese rompiendo costillas, aún así se mantuvo inmóvil en el lugar. Sus afilados colmillos empezaron a verse, al igual que sus garras.Apretó los ojos tratando de conseguir la calmar los nervios y no salir corriendo, abrió nuevamente los ojos y frente a ella se encontraba un enorme lobo marrón. El animal dejo caer su cuerpo frente a ella, mientras que Abril con sus manos tapaba su boca. Tragó saliva, luego de eso se fue acercándose, calculando los movimientos de la bestia. La verdad se mostraba a sus ojos, eso confirmaba todas sus teorías, eso la asustaba un poco. Extendió su mano para pod
Narrador En Castleville se llevó acabo una gran celebración, todos estaban muy felices, el alfa observaba en su trono como la manada recibía con amor a su luna. -Esto me trae recuerdo, suspiro el señor Ronald,madre de Alfred. -La hecho tanto de menos... comentó Alfred. -Estaría muy orgullosa de tí por todo lo que has construido. Ella siempre me decía que había sido muy duro contigo, y yo le respondía sobre la importancia de forjar el carácter. Nunca estábamos de acuerdo, incluso me dijo que tu luna sería una humana, dijo el señor Ronald mientras se reía. -Lo sé padre, fue por eso que me rehusaba a tener una relación con Elizabeth, las palabras de mi madre se repetía en mi mente cuando la ví. -Elizabeth ha cambiado la forma en la que veo las cosas. -Nos ha cambiado a todos, no tengo duda de ello. -Aunque a veces pone al límite mi paciencia, pero de alguna manera que no logro comprender, no me molesta. Ha cometido muchos errores que jamás perdonaría y aún así no he renunciado
-¿CREÍSTE QUE PODRÍAS ESCAPAR DE MÍ? -¿Que fue eso? ¿lo has escuchado?-¡Ay por Dios! ¡no, por favor... Nooooo!-¡¡ES EL ALFA DE LOS CASTLEVILLE!! gritó horrorizado el Hombre antes de perder su cabeza..........Déjenme aclarar lo que sucede aquí, les hablaré de mí para que entiendan...Me llamo Alfred Marqués vivo en Irlanda, en el gran bosque en donde reino con esplendor. Tengo tres siglo, mido 1.95, cabello castaño, un gran físico en mi forma humana.Soy uno de los lobos más grande de toda la manada. Todos temen al verme por que saben que no doy vueltas, si algo no me parece puedo acabar con su vida en un parpadeo como pasó con los Fooster.Después de la muerte de mi madre, han cambiado las reglas, no tolero ningún tipo de error.Todas mis órdenes deben cumplirse sin objetar, nada se hace o se deja de hacer sin mi consentimiento, me gusta tener todo bajo control. He heredado la fortuna de mi padre, pero además, he construido un imperio que supera los miles de millones. En poco tie
Tengo mis horarios súper apretado, cada minuto cuenta, pero mi lobo me está enloqueciendo.He hecho un gran esfuerzo para mantenerlo calmado.¡Ya basta Jack! Si te comportas, iremos a verla... ahora déjame trabajar.Después de llegar a un acuerdo, continúe con mis reuniones... fue un día muy agotador,así que decidí continuar en casa.Cuando llegue, me dirigí rápidamente a mi despacho. Escuché un fuerte ruido, me alarmé al igual que mi lobo. Abrí la puerta, y ví al niño paseando en un monopatín llevándose por delante todo lo que encontraba.-¡Cría! ¡Detente! ¡¡Carmeeeeeeen!!! grité enfurecido y él se paralizó.-¡¡Lo siento mucho señor!!, ¡no volverá a ocurrir!. ¡Su niñera llegará en un momento!-¡¡Solo sácalo de mis vista!! respondí molesto... tengo objetos muy costoso y su descuido puede echarlo a perder. No sé si podré acostumbrarme, los niños son muy revoltosos, lloran y es lo que menos necesito.Fui a ejercitarme como cada día, soy muy estricto con mis rutinas, mi apariencia es muy