Daren
Estoy en una inmensa habitación del palacio, al menos dos docenas de personas me rodean, están aquí para prepararme para la coronación. Me encuentro de pie, hay tres inmensos espejos frente a mí, éstos me permiten ver mi transformación, desde ahora ha comenzado el ritual, me estoy convirtiendo en el alfa de la manada HochFinster. Ya me pusieron una túnica y un cinturón dorado que mide quince centímetros de ancho, con grabados que aluden a las proezas de nuestros ancestros en los campos de batalla por la liberación de nuestra manada de sus opresores. Este cinturón les recuerda al alfa y a todos los políticos que debemos mantener en la memoria los héroes del pasado y seguir como ejemplo su amor por la manada. Intentaré recuperar todo lo que hemos perdido en la última batalla y vengaré la muerte de todos nuestros líderes, las manadas enemigas van a pagar con sangre el daño que nos han causado, eso es lo que tengo en mente hacer ahora que tan de repente me tocó asumir este cargo honorable; jamás pedí ser el alfa, estoy seguro de que es un designio de la diosa, ella así lo quiso, no la voy a desobedecer, ya una vez lo hice, y estoy pagando con el luto de mi alma, con tanta infelicidad que siento, por no seguir su designio estoy roto, rodeado por muchos, pero sin mi compañera. Dos chambelanes se acercan con una capa blanca, junto con una pequeña tiara con diamantes azules, representa el linaje de la dinastía blauer-Mond. En la ceremonia serán sustituidas, la tiara por una corona y la capa por otra de color azul rey y con bordados en oro y piedras preciosas. Levanto mis brazos para que me pongan dicha capa, de repente Libeyka interrumpió la preparación, ha llegado con Draco, Tala, la niñera lo carga en sus brazos, Libeyka jamás ha cargado a su pequeño, excepto cuando nació. —¿Por qué Tala carga al niño? Draco ya está grande y puede caminar. —Libeyka se nota exasperada. —Está llorando desde hace rato y no se calma, no sé qué le pasa justo hoy que estoy tan ocupada. Draco me miró y extendió sus brazos, no se supone que deba cargarlo en este momento en que me están preparando, pero sus ojos llorosos y sus mejillas rojas me indican que algo le pasa. No sé por qué, pero sus ojos marrones me recuerdan los de Aurora, su mirada se parece a la de ella, sé que suena a locura lo que digo, estoy consciente de que Aurora no tiene parentesco con Libeyka, todos dicen que Draco tiene el color de los ojos de mi abuela, creo que en realidad anhelo ver a Aurora en mi pequeño, él es quien le da razones a mi existencia, y quizás me aferro al recuerdo de mi mate, quien yace en una tumba, pero yo siento que ella está viva. Me bajé del estrado y cargué al niño. —¿Qué tienes? —Con su tierna vocecita en son de ruego respondió: —Me quiero ir a la mansión, no quiero estar aquí. —Libeyka lo miró con recelo y le habló con voz autoritaria. —Ya te dije que no podemos ir a casa ahora. —Papá, llévame a mi habitación. —Te llevaré más tarde, solo debes esperar que me pongan la corona. —No quiero estar aquí. —¿Por qué no vas a jugar con tus primos? —Miré a Tala. —¿Dónde están Ethan y Lycan? —Están en la habitación de juegos con su sobrina Ariel. Le dije al chambelán principal que llevaría a mi hijo al cuarto de juegos. —En diez minutos regreso. Se que no debería interrumpir el momento en que todos están preparándome, pero no me agrada cuando mi hijo está afligido, intentaré calmarlo un rato. —¿A dónde vas? —preguntó Libeyka como si yo estuviera haciendo algo irracional. —Llevaré al niño al cuarto de juegos. —Pero perderás mucho tiempo. —¿Y qué? —Debes prepararte, mi tía… —Mi hijo está primero y lo sabes. Camino hacia la puerta, ella me sigue. —Déjalo con la niñera, nosotros tenemos que estar listos en menos de una hora. —No pierdas más el tiempo, ve y alístate, yo iré con Draco. Salí al pasillo, ella agregó con enojo en su voz. —Nunca me escuchas. Me detuve y volteé a mirarla con una dura expresión, después di algunos pasos y me acerqué a ella, en voz baja le susurré cerca del oído: —Y tú no escuchas a tu hijo, tengo que hacer tu trabajo. —ella en voz alta respondió: —¿Insinúas que no lo cuido? Estoy partiéndome el lomo para que todo salga bien en tu coronación, ¿te parece que actuo mal? —Hay muchos empleados del palacio con mucha más experiencia que tú organizando eventos políticos. —Soy la esposa del alfa, tengo derecho… —No es eso lo que quiero de ti, ya te he dicho mil veces que nuestro hijo es lo más importante, pero ahora no vamos a discutir delante de él. De pronto Draco se quejó. —Me duele la cabeza. —Noté que sus mejillas estaban más rojas que hace minutos atrás, me preocupé. —Tiene fiebre, hay que llevarlo a la enfermería. —Libeyka tocó su frente. —Si, le diré a tía Valka que se haga cargo de llevarlo a la enfermería, tú tienes… —Yo lo llevaré, tú mejor ve y dígale al chambelán que lleve todo lo que falta al bastidor del salón ceremonial. Ella respondió algo molesta: —Está bien, te estaré esperando en los bastidores. —Mejor atiende al público. ***Creí que Gabriel y yo iríamos en la limusina como él siempre acostumbra a viajar conmigo a todos los eventos públicos, pero no, esta vez decidió que iríamos solos en su convertible, el último que compró antes de marcharse a Europa, un auto único en el mundo, hecho con especificaciones de su dueño.Subí al asiento de copiloto, el hombre de confianza que Gabriel asignó para que me cuidara abrió mi puerta mientras Gabriel rodeó el auto y subió a su asiento. Mi agudo olfato percibió el aroma a nuevo, aunque han pasado varios años, aun conserva el aroma característico del cuero de los asientos sin usar.—¿Te gusta mi convertible? —él sabe que no me interesan sus juguetes costosos.—Está bonito. —respondí sin fingir especial interés, Gabriel bajó sus ojos hacia mi pecho, le encanta el escote atrevido de mi vestido, fue su voluntad que el diseñador lo hiciera así para mi, para exhibirme en público, pues a él le gusta alardear acerca de todo lo que tiene, de sus juguetes caros, sus casas l
Aurora.Gabriel y yo fuimos recibidos con honores en el palacio, hace siete años, ¿Quién iba a pensar que yo, una chica cualquiera, hija de los sirvientes de la familia estaría entre los invitados. Un par de escoltas nos llevó hasta el salón de ceremonias, hay mucha gente por todo el lugar, todos con sus mejores atuendos y relucientes joyas, parecen estar muy felices, quizás están conformes con su nuevo alfa, a pesar de que hace menos de un año murieron varios miembros de la familia alfa de la manada y hombres del ejército; por eso dicen que a rey muerto, rey puesto; la vida continúa para todos los que pueden, mientras que otros yacen bajo tierra y quedan en el olvido, también hay otros que siguen vivos, pero sus almas están enterradas, como yo lo estuve por tantos años… hasta que supe que mi hijo vivía, ese día mi alma resucitó, emergí convertida en una mujer muy fuerte, y capaz de todo por recuperar a mi bebé; juro por la diosa que nada ni nadie podrá impedir que me lleve a mi hij
Gabriel me acercó a ella y me las presentó.—Querida, ven que quiero presentarte a algunas parientes políticas. Antes de voltear a mirar saqué mi pecho y enderecé mis hombros, asumo un talante erguido como una diosa empoderada. Observo a esas malditas, las miro como si les tuviera admiración y sonrío.—Ellas son Valca y Libeyka, ya te he hablado de ellas. —Me aseguro de hablar con mi acento italiano.—Encantada queridas, mucho gusto de conocerlas.Valka al parecer no se ha percatado de mi parecido con la niña Aurora, a la que desterró. Libeyka en cambio no puede disimular su asombro, sus párpados están tensos, ni siquiera puede parpadear, no deja de mirarme, debe estar llena de dudas, se supone que estoy muerta. Le sonrío de manera muy cordial.—Eres una mujer muy hermosa, supongo que el alfa no deja que ningún lobo se te acerque, me refiero, es familia de mi esposo, Gabriel es muy celoso, supongo que todos los Castell lo son. Veo como agacha la mirada, significa que acerté e
Después del mediodía llegué a mi casa, por el camino había decidido que me marcharía, iba a regresar a mi manada de origen, con todo mi dolor tendría que abandonar a mis padres, tendría que dejarlos junto a mi hermana que estaba muy enferma. También dejaría mi carrera universitaria, tan solo me faltaba dos años para graduarme… lo había perdido todo en un instante, y todo por confiar en Daren, mi corazón se llenó de rencor, tenía tanto dolor.Cuando llegué a mi casa encontré a mis padres en la sala, ellos me estaban esperándome; vi angustia en el rostro de mi mamá, en cambio papá tenía una dura expresión, me miraba con enojo y con una voz ronca me dijo:—Hasta que al fin te dignas a regresar, ¿dónde demonios estabas metida? —Con una voz vacilante respondí:—Estaba en la biblioteca de la municipalidad, es que…—¡Mentiras! —gritó—. Acabo de volver de la universidad, el rector me citó urgente y me puso al tanto de todo lo que has estado haciendo. —Temblé por dentro.—¿El rector?—Si,
Daren.Ha llegado el momento de marcharme al salón ceremonial, la guardia real del alfa está aquí, han venido por mí. Le beso la frente a mi hijo, él se ha quedado dormido oyendo un cuento de lobos legendarios que le encanta. Me levanto del lado de la cama y me dirijo a la puerta, luego camino todo el pasillo escoltado por una docena de guardias, hoy portan sus trajes rojos de gala.Debo entrar por la puerta principal del salón ceremonial, todas las demás están cerradas, a partir de este momento hasta mi coronación nadie puede entrar excepto yo y los guardias.Hay un silencio sepulcral, de pronto al fondo del salón sonó una campana, la cual rompió dicho silencio, enseguida todos se levantaron de sus asientos, se pusieron de pie y voltearon a mirar hacia donde yo me encuentro.Inicio mi marcha en medio de todos, me dirijo hacia la tribuna, dónde se encuentra el sacerdocio de la luna y los ministros políticos de la manada.Me detengo justo al frente de la tribuna, hay tres escalones
Cuando la mucama salió con el carro, decidí que era el momento de entrar, la niñera se sorprendió, me observó con extrañeza.—Perdón, es que estoy perdida, necesito ir a la sala ceremonial, pero no encuentro el camino, mi esposo debe estar esperándome muy preocupado.—Perdón, jamás la he visto.—Es que vengo de las tierras bajas, de la manada Grauer Mond.—Usted es la esposa del embajador Gabriel Castell. —Sonrió aliviada.—Eh soy, soy yo, Luna Meyer. La niñera es una chica joven, su rostro denota inocencia y nada de malicia, al igual como lo fui en el pasado.—La sala de ceremonias está muy lejos de aquí, un escolta puede llevarla.—¿Un escolta? No vi a ninguno.—Están al otro lado del pasillo, en la puerta de entrada a esta área, es extraño que usted haya llegado hasta aquí sin que la vieran.—Si, la verdad creí que no había nadie, hasta que oí a los niños, supongo que son los pequeños de la familia.—Si, están en el cuarto de juegos, ¿desea verlos?—Si claro, son como
Narrador Después de la coronación, Daren bajó de la tribuna convertido en el nuevo alfa de la manada OchFisnter. Tenía puesta la corona, la capa, el cinturón y portaba en su mano derecha el cetro de la luna. Caminó en medio de todos los presentes con talante erguido, como correspondía al lobo más poderoso de todos sus patriotas. Esto formaba parte de las formalidades del evento. Después regresó a la tribuna y se sentó en el trono. Más tarde empezó la celebración, hubo aplausos, un brindis por el nuevo líder. Daren se mezcló entre la gente, siempre acompañado por un par de guardias reales y otra docena que estaban por todo el gran salón.Llegó el momento de saludar a Gabriel, él miró a Daren, hizo la leve inclinación de reverencia ante el alfa. —Recibe mis felicitaciones , amado alfa, que la manada tenga prosperidad y éxitos en las batallas mientras esté bajo su dominio.—Gracias por sus buenos deseos embajador. Noté que llegó tarde a la ceremonia.—Pido disculpas su majestad, ll
Daren.Mis guardias me rescataron, cuando recuperé el conocimiento, había pasado un rato , me encontraba en la enfermería del palacio, me habían hecho estudios para descartar que tuviera heridas internas. Desperté muy alterado preguntando por ella.—¡Aurora! ¿Dónde está?El doctor me dijo que me tranquilizara y me explicó que me habían sacado del lago.—Tuvo un accidente, sus guardias lo rescataron del lago, casi muere ahogado.Vi a Libeyka y a Valka junto a algunos ministros de la manada, Libeyka se mostró algo molesta y me dijo:—¿Casi te mueres y llamas a esa? ¿Qué demonios te pasa?—La vi, Aurora está viva, ella no ha muerto como me lo han hecho creer. —Libeyka apretó los dientes.—No puedo creer que el día más importante que hemos tenido en nuestras vidas, te hayas lanzado al lago para irte con ella. —Valka agregó:—Mi sobrina tiene razón Daren, por años has insistido en que ella sigue con vida, pero jamás habías intentado quitarte la tuya para irte con ella, esto ya es demasiad